"New Sensation" Capítulo 58- Que se joda
Un año, 360 días perdidos en una fría camilla de hospital,
sobreviviendo gracias a medicamentos dañinos, suero y una maquina que
media cada latido de mi corazón, bum, bum, bum, así durante las 8.760
horas de un año, así, perdí mi vida, porque ahora ¿Qué me queda?
-No Karen-La miré con ojos tristes-Un año no, ayer mismo me caí y estuve inconsciente, hoy me he despertado, voy a salir de aquí y en la habitación de al lado estará Eric, con algunas vendas y escayolas, pero despierto y consciente de que no le voy a abandonar-Seguía mirándola, cada vez mis palabras entristecían mas su rostro- Dudu me abrazará, Anne arropará con sabanas de franela a Emilio Surita padre, y todo seguirá igual… Verdad
Lentamente, una gota de agua salada salió de la comisura del verdoso ojo de Karen, hizo que su rímel se corriera, yo, me desgarraba por dentro y volví a repetir
-Verdad…- Amarré la sabana bajera con mi mano, esperando una respuesta, aunque fuese un simple “Sí”…
El chirrido de la barata puerta nos dio la libertad de escapar de aquel incomodo momento, a punto de romper a llorar se encontraban los ojos de aquella bella mujer morena, Paula se llamaba, sí, no me subestiméis, porque esa mujer me había traído al mundo.
-¡Mamá!-De mis ojos pocas lagrimas han caído a lo largo de estos 16… Bueno, ahora 17, pero es mi madre, ¿por ella?, un mundo.
-Mi vida…-Su largo pelo moreno acaricio mi demacrado rostro, digno de un zombi de primera, me apretó con fuerza sobre su tórax y por el parecer no quería soltarme nunca, sus lagrimas mojaban mi espalda descubierta por el camisón de hospital, creo que es lo único bueno que me había pasado aquella mañana, sentir el calor de una madre, tanto tiempo sin verla, sin catar su olor a vainilla y coco, sin sus besos de chocolate, una revuelta de sensaciones y olores que nadie es capaz de hacerme sentir, solo ella, mi madre.
-Estas bien vida mía, por favor Dakota este momento es el más feliz de mi vida, creía que te perdía-Colocó un mechón de su teñido pelo detrás de la oreja-Y ahora estás aquí, nunca más te voy a separar de mi lado, por muy mal que vayan las cosas-Volvió a darme un beso, bueno, unos cuantos, yo sonreía.
-Mami-Intente pegar un extremo de la tirita que andaba suelto por mi mano-Te quiero
-Y yo a ti tesoro-Sonrió mientras lloraba, pero de felicidad-Papá vendrá en menos de ya, está totalmente eufórico, ha salido del trabajo como una bala, la familia también esta de camino, y…-La enfermera irrumpió en la habitación, entró con una bandeja azul celador llena de comida.
-Por favor, abandonen la habitación-Invitó con la mano a que traspasasen la puerta, yo cogí a Karen del brazo.
-Tú, quédate…-La enfermera encogió los hombros y posó la bandeja en una mesa blanca, la subió hasta mi altura con una ruedecilla y la puso en frente mía.
Había arroz blanco en uno de los apartados, en otro más pequeño se encontraba el pan, en un extremo el agua, en un hueco algo más grande un filete ruso, y de postre, pera.
Cogí el tenedor sin pensármelo dos veces y ataqué el arroz, apenas tenía sabor pero me sentaba a gloria, comía con placer y muy rápido.
-Creo que eres la única persona a la que le gusta la comida que le dan en el hospital.
-Si tu llevases un año sin meterte alimentos en la boca harías lo mismo, ahora me comería hasta semen de mono-Karen miró hacia arriba y hizo un sonido extraño con la boca.
-Pero mira que eres asquerosita
Solté el tenedor y me limpié la boca, subí mas el respaldo de la camilla y a continuación crucé los brazos.
-Karen, cuéntame todo por favor…
Ella se encontraba tocando el tacón de su zapato, evadiendo mi mirada y pensando muy bien cómo iba a argumentar lo ocurrido sin causarme ninguna alteración fatal para mi estado de salud actual.
-Veamos-Se acomodó en el sillón-Hace exactamente un año, recibí una llamada de Dudu, me alegre bastante ya que sabes que a mi ese niño me encanta, y para mí fue un orgullo conocerle porque es tan sumamente gu…
-Karen…
-Vale, vale-Prosiguió- Me llamó bastante alarmado, me dijo que Eric había sufrido un accidente, que un coche le había atropellado y que estaba totalmente inconsciente, la verdad me dijo que su vida no corría peligro porque le habían atendido muy rápidamente, a continuación me dio la noticia escalofriante, la de que te habías golpeado la cabeza, abriéndotela así, y que también yacías inconsciente, ahí fue cuando avisé a todo el mundo, tus padres viajaron a Brasil, y estuvieron allí un mes aproximadamente, hasta que decidieron que querían que te recuperases del coma aquí en España.
En unos meses largos no supe nada de los Surita, la verdad, tampoco me importaban, solo tú, hasta que un buen día Dudu volvió a telefonearme, me contó que por allí todo iba bien, que Eric se había recuperado con éxito y que todo marchaba bien, me preguntó por ti, y le dije que todavía seguías en coma, me dio muchos recuerdos y buena suerte para ti.
Me quedé pensando, me encontraba mal.
-Y Eric… ¿No pregunto por mí?
-No…
-¿Ni una llamada?
-No Dakota
-¿Un email, un fax, una simple muestra de interés?-Comencé a llorar, esta situación me superaba, lo más importante de mi vida se olvidó de mi en un puto año.
-Mira Dakota, no sé lo que le pasa, pero el único que se preocupó fue Dudu, el sigue su vida, acéptalo, tu sabias como era el, siempre ha sido un putón…
-¡Me dijo que yo le hice cambiar!-Mi llanto aumentaba
-Ya está, amor-Me abrazó.
-Se ha olvidado de mí
-Tú vales mas, olvídale tu a él, y que se joda.
-Sí-afirmé secándome las lagrimas- Que se joda.
-No Karen-La miré con ojos tristes-Un año no, ayer mismo me caí y estuve inconsciente, hoy me he despertado, voy a salir de aquí y en la habitación de al lado estará Eric, con algunas vendas y escayolas, pero despierto y consciente de que no le voy a abandonar-Seguía mirándola, cada vez mis palabras entristecían mas su rostro- Dudu me abrazará, Anne arropará con sabanas de franela a Emilio Surita padre, y todo seguirá igual… Verdad
Lentamente, una gota de agua salada salió de la comisura del verdoso ojo de Karen, hizo que su rímel se corriera, yo, me desgarraba por dentro y volví a repetir
-Verdad…- Amarré la sabana bajera con mi mano, esperando una respuesta, aunque fuese un simple “Sí”…
El chirrido de la barata puerta nos dio la libertad de escapar de aquel incomodo momento, a punto de romper a llorar se encontraban los ojos de aquella bella mujer morena, Paula se llamaba, sí, no me subestiméis, porque esa mujer me había traído al mundo.
-¡Mamá!-De mis ojos pocas lagrimas han caído a lo largo de estos 16… Bueno, ahora 17, pero es mi madre, ¿por ella?, un mundo.
-Mi vida…-Su largo pelo moreno acaricio mi demacrado rostro, digno de un zombi de primera, me apretó con fuerza sobre su tórax y por el parecer no quería soltarme nunca, sus lagrimas mojaban mi espalda descubierta por el camisón de hospital, creo que es lo único bueno que me había pasado aquella mañana, sentir el calor de una madre, tanto tiempo sin verla, sin catar su olor a vainilla y coco, sin sus besos de chocolate, una revuelta de sensaciones y olores que nadie es capaz de hacerme sentir, solo ella, mi madre.
-Estas bien vida mía, por favor Dakota este momento es el más feliz de mi vida, creía que te perdía-Colocó un mechón de su teñido pelo detrás de la oreja-Y ahora estás aquí, nunca más te voy a separar de mi lado, por muy mal que vayan las cosas-Volvió a darme un beso, bueno, unos cuantos, yo sonreía.
-Mami-Intente pegar un extremo de la tirita que andaba suelto por mi mano-Te quiero
-Y yo a ti tesoro-Sonrió mientras lloraba, pero de felicidad-Papá vendrá en menos de ya, está totalmente eufórico, ha salido del trabajo como una bala, la familia también esta de camino, y…-La enfermera irrumpió en la habitación, entró con una bandeja azul celador llena de comida.
-Por favor, abandonen la habitación-Invitó con la mano a que traspasasen la puerta, yo cogí a Karen del brazo.
-Tú, quédate…-La enfermera encogió los hombros y posó la bandeja en una mesa blanca, la subió hasta mi altura con una ruedecilla y la puso en frente mía.
Había arroz blanco en uno de los apartados, en otro más pequeño se encontraba el pan, en un extremo el agua, en un hueco algo más grande un filete ruso, y de postre, pera.
Cogí el tenedor sin pensármelo dos veces y ataqué el arroz, apenas tenía sabor pero me sentaba a gloria, comía con placer y muy rápido.
-Creo que eres la única persona a la que le gusta la comida que le dan en el hospital.
-Si tu llevases un año sin meterte alimentos en la boca harías lo mismo, ahora me comería hasta semen de mono-Karen miró hacia arriba y hizo un sonido extraño con la boca.
-Pero mira que eres asquerosita
Solté el tenedor y me limpié la boca, subí mas el respaldo de la camilla y a continuación crucé los brazos.
-Karen, cuéntame todo por favor…
Ella se encontraba tocando el tacón de su zapato, evadiendo mi mirada y pensando muy bien cómo iba a argumentar lo ocurrido sin causarme ninguna alteración fatal para mi estado de salud actual.
-Veamos-Se acomodó en el sillón-Hace exactamente un año, recibí una llamada de Dudu, me alegre bastante ya que sabes que a mi ese niño me encanta, y para mí fue un orgullo conocerle porque es tan sumamente gu…
-Karen…
-Vale, vale-Prosiguió- Me llamó bastante alarmado, me dijo que Eric había sufrido un accidente, que un coche le había atropellado y que estaba totalmente inconsciente, la verdad me dijo que su vida no corría peligro porque le habían atendido muy rápidamente, a continuación me dio la noticia escalofriante, la de que te habías golpeado la cabeza, abriéndotela así, y que también yacías inconsciente, ahí fue cuando avisé a todo el mundo, tus padres viajaron a Brasil, y estuvieron allí un mes aproximadamente, hasta que decidieron que querían que te recuperases del coma aquí en España.
En unos meses largos no supe nada de los Surita, la verdad, tampoco me importaban, solo tú, hasta que un buen día Dudu volvió a telefonearme, me contó que por allí todo iba bien, que Eric se había recuperado con éxito y que todo marchaba bien, me preguntó por ti, y le dije que todavía seguías en coma, me dio muchos recuerdos y buena suerte para ti.
Me quedé pensando, me encontraba mal.
-Y Eric… ¿No pregunto por mí?
-No…
-¿Ni una llamada?
-No Dakota
-¿Un email, un fax, una simple muestra de interés?-Comencé a llorar, esta situación me superaba, lo más importante de mi vida se olvidó de mi en un puto año.
-Mira Dakota, no sé lo que le pasa, pero el único que se preocupó fue Dudu, el sigue su vida, acéptalo, tu sabias como era el, siempre ha sido un putón…
-¡Me dijo que yo le hice cambiar!-Mi llanto aumentaba
-Ya está, amor-Me abrazó.
-Se ha olvidado de mí
-Tú vales mas, olvídale tu a él, y que se joda.
-Sí-afirmé secándome las lagrimas- Que se joda.
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