jueves, 13 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 30-No te guardo rencor.

-E…-Eric gemía con los ojos entrecerrados, muy despacio, le costaba arrancar, yo le animaba a que me dijese algo, quería saber si estaba bien, solo quería volver a oír su preciosa e insolente voz.
-Eres gilipollas-Se levantó del tirón, sacudió los hierbajos de su ropa de marca y se abrió paso entre las hojas de los bananeros, yo me levanté del suelo, me tropecé, pero le seguí, feliz, y a el mismo tiempo cabreada, feliz porque estaba bien, y cabreada porque había echo el paripé de una forma, se había inventado que estaba insconsciente, el imbécil.
-Eric ¿Tu no sabes el susto que me has dado?-Dije mientras trotaba a toda ostia detrás de él, se paró, y mirándome con resiganción se dirigió con indignación a mi.
-No te hubieras dado ningún susto si no hubieras sido tan estúpida, sino me hubieras traído aquí, porque querías que me pegasen, ¿Verdad? es más, no te hubieras dado ningún susto sino hubieras aparecido en mi puta vida.
-Eric… ¡¿Yo me he arrepentido sabes?! No quería que te hicieran daño, estaba dolida, por todo lo que me hacias, porque me tratas mal, fatal, y aunque lo parezca no soy de hierro, y tengo sentimientos, cosa de la cual tu careces, ahora no podría soportar que te hicieran daño, nose porqué, ya que te detesto, pero no puedo…No.
Eric me miraba, yo estaba a punto de volver a llorar ¿Pero que coño me pasaba? Ya me estaba pareciendo a Karen, todo el santo dia llorando.
-Dakota, no te creas especial, tú no eres más que otro de mis muchos errores.
Y se fue, dejándome sola con mis pensamientos y penas, perdida y abandonada entre las plantas y arboles, sabiendo que lo que acababa de hacer, me iba a pesar para toda la vida.
Entre por la puerta, ya habían terminado de fluir lagrimas por mi rostro, subí las escaleras de caracol rápidamente, me encontré un espejo por el camino, menudas pintas llevaba, toda sucia por la arena, la gorra rasgada, la camiseta dada de si, segui caminando por le pasillo, hasta llegar a el baño más grande que había en la casa, la puerta estaba entrecerrada y yo la abrí levemente, me encontré el lugar iluminado con una tenue luz, encima del lavabo, un barreño de agua con hielo, Eric estaba sin camiseta, fumandose un cigarro sentado en la tapa del váter, tenia un trapo con uno u dos hielos, con el que se calmaba la mejilla morada, me sentí fatal, y entré.
-Yo lo hago-Me acerqué a él haciendo el amago de arrebatarle el hielo, el escondió el brazo, yo agaché la cabeza, arrepentida, quería que supiera que me sentia fatal, puede que el me hubiera jodido en varias ocasiones, pero nunca me habría llevado a un lugar para que otras me pegasen, nunca, soy despreciable, lo peor, me sentia inútil, era inútil.
-Vete-Dio una calada más, apolló el cigarro en el borde de la bañera e se dispuso a curarse de nuevo, yo sujete su varonil mano, y le intenté quitar el hielo.
-Por favor…-Eric me miró, con una expresión algo indiferente, volvió a coger el cigarro y dejo que le curara, empecé a darle pequeños toquecitos por la cara, pero estaba incomoda, no podía curarle de esa manera, tenia que ponerme comoda y no podía meter una silla en el baño…
-¿Puedo?...-Señalé las piernas de Eric, el se las miró, después, me miró a mi, suspiró molesto y las junto, yo abrí las mias y me senté encima suya, volví a coger el hielo y lo pase con suavidad por la zona dolorida.
-¡Aaah!-Me dio en la mano, yo paré y le miré, verle la mejilla morada me hacia sentirme como una mierda, todo fue mi culpa…
-Perdón
-Yo no tengo nada que perdonarte, los enemigos se joden mutuamente…-Suspiré, el dio las tres ultimas caladas rapidas a su cigarrillo, lo apago apretándolo contra el mármol, y soltó el humo, en toda mi cara, pero no me molestó, supongo que me lo merecía.
Seguí con la cura, Eric se quejaba constantemente, era un poco dramatico, porque en realidad apenas le habían tocado, se tiro al suelo el solo…
-Dentro de poco me vas a perder de vista, un error más que desaparece de tu vida-Eric estaba mirando al suelo, al escucharme, poco a poco subió la mirada hasta que nuestros ojos se fusionaron, yo volví a poner el hielo en su cara, el se quejó, de nuevo.
-Bueno, cuando vuelvas a España, te dejo que mientas, puedes decir que nos hemos llevado bien, pero nada de que nos hemos liado, eso nunca, en la vida-Le miré, yo estaba triste, me sentia mal, solo quería curarle y que aquel moratón desapareciese de su adorable cara, me entró otra vez el bajón, me retiré de las piernas de Eric, me di la vuelta y comencé a llorar, Eric se extrañó, y descansando las piernas me “intento” consolar.
-Bueno, si tanta ilusión te hace, puedes decir que te di un beso o algo, pero en la vida real no eeh!-Cogí un jabón con forma de patito e hice el amago de tirárselo, pero me arrepentí, no quería hacerle mas daño…
-No es eso Eric, solo que me siento fatal, te odiare, te juro que te detesto mas que a nada en este mundo-Eric me sacó el dedo con odio-pero lo que también te puedo jurar, es que yo no quería que te pegaran, no, perdóname, o por lo menos, dime algo, miénteme, para que este peso de conciencia no carge en mi siempre.
-Joder, creía que las malotas no lloraban-Me reí entre lagrimas, el esbozó su preciosa sonrisa, el baño cogió otro color, el ambiente era un poco menos horrible.
-Solo lloramos por cosas importantes.
-Osea, yo, claro, quien va a ser mas importante en esta vida que yo-Bufé, de verdad, que creido se lo tenia, pero claro, es lo que tiene tener dinero y estar buenísimo.
Una pausa, yo seguía en una esquina, con todo el rímel corrido, Eric, en el váter, me miró y se dio dos golpes en los musculosos muslos, como diciéndome que me sentara de nuevo, yo lo hicé sin pensarlo dos veces.
-No te guardo rencor-Dijo mientras me colocaba de nuevo en sus piernas.
-Ya no vale, se que me estás mintiendo-Añadí mientras volviá a pasar el hielo por el moratón.
-No es mentira, pero por eso no te creas que me caes bien-No pude evitar sonreírle, no podía aguantar mucho tiempo mirándole a los ojos, me imponía tanto, tener a la mismísima perfección en frente de mi.
-No, por supuesto, yo te tendré asco por siempre.
Me percaté que había una parte de la cara a la que no había tocado con el hielo, giré levemente la cara de Eric, me acerqué arrastrándome por sus piernas un poco, su aliento daba en mi cuello de pleno, que brutal e increíble, de repente me di cuenta de que estaba muy cerca de Eric, tanto que mi tripa chocaba con sus musculos, que mi cuello rozaba con su boca, y bueno, imaginaros lo que estaba en contacto por las partes bajas, me ruboricé al darme cuenta, Eric me miraba sonriendo, yo seguía curándole como si no me estuviera enterando de nada.
-Joder Dakota-Pusó sus morenas manos en mi cintura y me acercó mas a él-JODER…

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