"New Sensation" Capítulo 36-Sube
-Por Emilio Eric, ¿No será por Eduardo?-Pregunté extrañada y a la vez emocionada.
-Que le he dicho que no, que lo pidió Emilio Eric, ahora váyase de mi vista-En otro momento hubiera mirado con asco a la enorme directora, ¿Pero ahora? Tuvo suerte de que no le soltara un beso en toda la cara, Dios, si es que era feliz, antes lo era por tonterías, como por ejemplo que me compraran una muñeca nueva, ir al zoo y eso, pero esto era felicidad de la de verdad, y lo peor, Eric, ¡Eric había pedido que no me fuera! Tiriririri, subí las escaleras bailando, todas se reían, pero qué más da, en ese instante escuché la voz de Yanela.
-Dakota, deje que yo la suba la maleta, usted quédese aquí en el hall hermosa-Me arrebató delicadamente el enorme maletón rojo brillante, ya nadie quedaba allí, solo yo y mi sonrisa, pero, ¡Eh!, que no me alegro por Eric, me alegro casi mas por Dudu, pero no sé cómo se lo habrá tomado, seguro que mal, con lo que habrá exagerado Eric contándolo…
La puerta chirrió, unas manoletinas blancas con lacitos se dejaron ver, una chica con pelo rubio eléctrico apareció por la puerta, vestida con tonos crudos y con un estilo “Vintage”… No, no hay otra persona que vista así, se quitó las gafas de sol… Oh Dios mío…
-¡Karen!- Salté eufórica y corrí como un galgo loco hacia ella, la asusté un poco pero me recibió con los brazos abiertos, la abracé como nunca, vamos, más que nada porque yo no era de abrazos, últimamente estoy muy sensible.
-Ay, Dakota, que te quiero, joder-Sonreía y lloraba de la emoción, yo me enganché en su cintura como un monito, ella me cogió con dificultad, porque teníamos más o menos el mismo peso, pero no me soltó, por nada del mundo.
-¿Tú no sabes el de menos que te he echado? Si es que me da cosa tocarte esa carita que tienes
-Pues a mí no me da cosa-Me tiré encima de ellas y la empecé a morder, ella se quejaba, yo me reía, que de menos echaba hacerla rabiar.
-Dakota para, ¡Dakota!-me apretó la cara, parecía un besugo-Como no pares me voy.
-Umm, ¿amenazándome?, vale, vete, yo me voy con Dudu y Eric entonces-Karen se puso como una loca, empezó a chillar y saltar, se salía de sí misma, que contenta estaba, si es que no se lo creía, yo permanecí sentada en la escalera esbozando una sonrisa al verla tan feliz, contemplando el espectáculo que estaba dando.
Yanela salió de la cocina, estaba con una patata y un cuchillo en la mano, menos mal que hoy no iba a comer allí…
-¡Cállense!-Se volvió a marchar.
-Venga, vamos a la calle, hay mucho que contar-Karen se abrazó a mí y salimos de la mansión.
-Que le he dicho que no, que lo pidió Emilio Eric, ahora váyase de mi vista-En otro momento hubiera mirado con asco a la enorme directora, ¿Pero ahora? Tuvo suerte de que no le soltara un beso en toda la cara, Dios, si es que era feliz, antes lo era por tonterías, como por ejemplo que me compraran una muñeca nueva, ir al zoo y eso, pero esto era felicidad de la de verdad, y lo peor, Eric, ¡Eric había pedido que no me fuera! Tiriririri, subí las escaleras bailando, todas se reían, pero qué más da, en ese instante escuché la voz de Yanela.
-Dakota, deje que yo la suba la maleta, usted quédese aquí en el hall hermosa-Me arrebató delicadamente el enorme maletón rojo brillante, ya nadie quedaba allí, solo yo y mi sonrisa, pero, ¡Eh!, que no me alegro por Eric, me alegro casi mas por Dudu, pero no sé cómo se lo habrá tomado, seguro que mal, con lo que habrá exagerado Eric contándolo…
La puerta chirrió, unas manoletinas blancas con lacitos se dejaron ver, una chica con pelo rubio eléctrico apareció por la puerta, vestida con tonos crudos y con un estilo “Vintage”… No, no hay otra persona que vista así, se quitó las gafas de sol… Oh Dios mío…
-¡Karen!- Salté eufórica y corrí como un galgo loco hacia ella, la asusté un poco pero me recibió con los brazos abiertos, la abracé como nunca, vamos, más que nada porque yo no era de abrazos, últimamente estoy muy sensible.
-Ay, Dakota, que te quiero, joder-Sonreía y lloraba de la emoción, yo me enganché en su cintura como un monito, ella me cogió con dificultad, porque teníamos más o menos el mismo peso, pero no me soltó, por nada del mundo.
-¿Tú no sabes el de menos que te he echado? Si es que me da cosa tocarte esa carita que tienes
-Pues a mí no me da cosa-Me tiré encima de ellas y la empecé a morder, ella se quejaba, yo me reía, que de menos echaba hacerla rabiar.
-Dakota para, ¡Dakota!-me apretó la cara, parecía un besugo-Como no pares me voy.
-Umm, ¿amenazándome?, vale, vete, yo me voy con Dudu y Eric entonces-Karen se puso como una loca, empezó a chillar y saltar, se salía de sí misma, que contenta estaba, si es que no se lo creía, yo permanecí sentada en la escalera esbozando una sonrisa al verla tan feliz, contemplando el espectáculo que estaba dando.
Yanela salió de la cocina, estaba con una patata y un cuchillo en la mano, menos mal que hoy no iba a comer allí…
-¡Cállense!-Se volvió a marchar.
-Venga, vamos a la calle, hay mucho que contar-Karen se abrazó a mí y salimos de la mansión.
-Bueno,
y fue por eso, pero vamos, que la expulsaron una semana, que se
joda-Karen le dio un lametazo a su helado de frambuesa “light”, si es
que era pija hasta para eso…
-Se lo merecía, puta Laila, la tenía que haber arrancado los pelos de pájaro que tiene-Mordí un trozo de helado, se me calaron los dientes.
-Dakota, los pájaros tienen plumas, no pelos-Puso cara de pija inteligente, y se movió con suavidad su larga melena rubia, que compenetraba con el sol
-Calla-La empujé contra una palmera, y ella hizo lo mismo, lo que pasa que me choqué contra un hombre…
Dejamos de hacer el canelo y nos sentamos en un banco al lado de la playa.
-Que gusto da estar en Brasil, ¡Es verano! Lo morenita que me pondría yo aquí
-Pues sí, está muy guay-Tiré el cucurucho a la papelera, las dos nos quedamos mirando a la gente jugar en la playa, veía a Karen con unas ganas inmensas de bañarse en las cristalinas aguas, sonreí, la cogí a caballito y bajé por la cuesta de madera, para refrescarnos y eso.
Estuvimos un rato allí, nos hicimos amigas de dos chicos británicos, hasta jugamos al vóley con ellos, nos machacaron, pero bueno, nos sentamos en la orilla, yo odiaba hacerlo, porque se me metía toda la arena por el bañador, pero a Karen le gustaba.
-Se lo merecía, puta Laila, la tenía que haber arrancado los pelos de pájaro que tiene-Mordí un trozo de helado, se me calaron los dientes.
-Dakota, los pájaros tienen plumas, no pelos-Puso cara de pija inteligente, y se movió con suavidad su larga melena rubia, que compenetraba con el sol
-Calla-La empujé contra una palmera, y ella hizo lo mismo, lo que pasa que me choqué contra un hombre…
Dejamos de hacer el canelo y nos sentamos en un banco al lado de la playa.
-Que gusto da estar en Brasil, ¡Es verano! Lo morenita que me pondría yo aquí
-Pues sí, está muy guay-Tiré el cucurucho a la papelera, las dos nos quedamos mirando a la gente jugar en la playa, veía a Karen con unas ganas inmensas de bañarse en las cristalinas aguas, sonreí, la cogí a caballito y bajé por la cuesta de madera, para refrescarnos y eso.
Estuvimos un rato allí, nos hicimos amigas de dos chicos británicos, hasta jugamos al vóley con ellos, nos machacaron, pero bueno, nos sentamos en la orilla, yo odiaba hacerlo, porque se me metía toda la arena por el bañador, pero a Karen le gustaba.
Sentí dolor en el brazo, Karen me estaba apretando histérica, la miré y
se estaba mordiendo el labio mientras sonreía, se veía la ilusión en el
brillo de sus ojos, su piel estaba escalofriante, tocarla era como
sentir el terciopelo.
-Conoces a los Surita, ¡no me lo puedo creer!, haber, me va a dar mucha vergu que me los presentes, ¡Pero me los tienes que presentar! Madre mía, ¿son igual de guapos que en las fotos? Y Dudu, ¿Canta igual de bien que en los videos? ¡Ah! ¿Y Eric? ¿Tiene la misma tableta que en las fotos?-Me estaba volviendo loca, que bien que estuviera contenta, porque sino mi querida Karen iba a tragar arena…
-Cállate coño Karen, que les veremos, tranquila, pero ¿Qué haces aquí? Si se suponía que mañana iba a volver…
- Vine porque me enteré de que el mismísimo Eric Surita pidió que no te fueras-Sonrió pícaramente y empezó a hacer corazones con las manos, tiraba besitos al aire, parecía una niña pequeña-¡Que le gustas a Eric Surita! ¡DIOS MIO! ¿¡Pero tú sabes lo afortunada que eres!? Madre mía, vas a ser la envidia de todas las chicas, vas a ser…
-Eh, hecha el freno rubia-Se cruzó de brazos y puso morritos como una niña pequeña-Si Eric me odia, ¿No lo sabías? Seguro que el que pidió que me quedara fue Dudu, que es mi amigo, ¿Pero Eric? Sí, yo con él, ni en sueños, por mucho que me guste…
-Ósea que te gusta eeeh-Empezó a mover la pelvis mientras la salada agua inundaba sus piececillos de espuma de mar, moví la cabeza y la arrastré hacia la salida de la playa.
-Anda vámonos que el sol te afecta a la cabeza, como eres rubia…
-Que pesada eres con que soy rubia, ¡Envidiosa!-Empezó a revolotear y a moverse para que la soltase, lo llevaba claro, la lleve hasta el banco del principio, nos empezamos a vestir, yo miraba a la playa, y Karen hacia la carretera, me ponía mi camiseta de los Yankees, y pasé de ponerme los pantalones, ya que así iba a estar más fresquita, Karen se abrochaba la falda color beis, le sentaba muy bien a la cara.
-¿Te imaginas que ahora aparecieran Dudu o Eric por aquí?-Dijo mientras se ataba una coleta perfecta, como ella misma.
-No sería raro-Me hice un moño rápido, quedó desastroso pero no muy feo.
Karen se toco el corazón, apretó con fuerza su camiseta de seda ocre, con la otra mano se abanicaba la cara, abrió la boca y por su expresión, parecía que le faltaba el aire, empezó a sonreír, emitía pequeños chillidos, faltaba poco para que estallara, pero se contuvo.
-Sí, eso ya lo veo.-Dijo en un suspiro
Me di la vuelta y contemplé un espectacular audi r8, el último modelo del mercado, con un motor que se oía a kilómetros a la redonda, impecable, de color blanco brillante, si mi hermano estuviera aquí fliparía…
-Conoces a los Surita, ¡no me lo puedo creer!, haber, me va a dar mucha vergu que me los presentes, ¡Pero me los tienes que presentar! Madre mía, ¿son igual de guapos que en las fotos? Y Dudu, ¿Canta igual de bien que en los videos? ¡Ah! ¿Y Eric? ¿Tiene la misma tableta que en las fotos?-Me estaba volviendo loca, que bien que estuviera contenta, porque sino mi querida Karen iba a tragar arena…
-Cállate coño Karen, que les veremos, tranquila, pero ¿Qué haces aquí? Si se suponía que mañana iba a volver…
- Vine porque me enteré de que el mismísimo Eric Surita pidió que no te fueras-Sonrió pícaramente y empezó a hacer corazones con las manos, tiraba besitos al aire, parecía una niña pequeña-¡Que le gustas a Eric Surita! ¡DIOS MIO! ¿¡Pero tú sabes lo afortunada que eres!? Madre mía, vas a ser la envidia de todas las chicas, vas a ser…
-Eh, hecha el freno rubia-Se cruzó de brazos y puso morritos como una niña pequeña-Si Eric me odia, ¿No lo sabías? Seguro que el que pidió que me quedara fue Dudu, que es mi amigo, ¿Pero Eric? Sí, yo con él, ni en sueños, por mucho que me guste…
-Ósea que te gusta eeeh-Empezó a mover la pelvis mientras la salada agua inundaba sus piececillos de espuma de mar, moví la cabeza y la arrastré hacia la salida de la playa.
-Anda vámonos que el sol te afecta a la cabeza, como eres rubia…
-Que pesada eres con que soy rubia, ¡Envidiosa!-Empezó a revolotear y a moverse para que la soltase, lo llevaba claro, la lleve hasta el banco del principio, nos empezamos a vestir, yo miraba a la playa, y Karen hacia la carretera, me ponía mi camiseta de los Yankees, y pasé de ponerme los pantalones, ya que así iba a estar más fresquita, Karen se abrochaba la falda color beis, le sentaba muy bien a la cara.
-¿Te imaginas que ahora aparecieran Dudu o Eric por aquí?-Dijo mientras se ataba una coleta perfecta, como ella misma.
-No sería raro-Me hice un moño rápido, quedó desastroso pero no muy feo.
Karen se toco el corazón, apretó con fuerza su camiseta de seda ocre, con la otra mano se abanicaba la cara, abrió la boca y por su expresión, parecía que le faltaba el aire, empezó a sonreír, emitía pequeños chillidos, faltaba poco para que estallara, pero se contuvo.
-Sí, eso ya lo veo.-Dijo en un suspiro
Me di la vuelta y contemplé un espectacular audi r8, el último modelo del mercado, con un motor que se oía a kilómetros a la redonda, impecable, de color blanco brillante, si mi hermano estuviera aquí fliparía…
Y adivina adivinanza, ¿a quien le gusta fardar y dárselas de Galán?
Correcto, a Eric, bajo la ventanilla despacio, Karen estaba a punto de
infarto.
-Sube al coche
-Pero Eric qu…
-Dakota, sube.
-Sube al coche
-Pero Eric qu…
-Dakota, sube.
No hay comentarios:
Publicar un comentario