"New Sensation" Capítulo 51-Surfea.
-¿Dónde vas, pequeña?-Wi cogía conchas de la orilla de la playa feliz junto con un pequeño niño rubio, las depositaban en un cubito lleno de agua salada, era un cielo con los bebés, llevaba puesto un bañador negro, muy sencillo, pero le quedaba genial, se ató el pelo en una coleta, algunos rebeldes mechones rojos se quedaban fuera y la tapaban la visión al agacharse, ella lo remediaba metiéndolos detrás de su oreja.-Voy a…
-¡Dakota! –Me interrumpió una voz grave, semejante a la de Eric, lo que pasa es que esta estaba más cascada, el señor Surita gritaba desde un impresionante Yate blanco, que se encontraba justo al lado de la roca por donde quería tirarme sin miedo, en el barquito también se encontraba Anne, tumbada en una hamaca color crudo, sostenía una copa de cava la cual tenía una cereza clavada en el borde, unas gafas enormes de cannel y un bañador en color rosa oscuro con un pareo en tonos claros, casi transparente, el padre de Dudu y Eric volvió a elevar la voz-¡Venir chicas! ¡Desde aquí se ve muy bien a los chicos surfear!
Se me torcieron un poco los planes, pero el yate se encontraba muy cerca de la roca y en cualquier momento podría escabullirme y subir para vivir algo extremo, miré a Winona, ella me sonrió ilusionada de poder montar en yate, después cogió al pequeño infante y se lo entregó de nuevo a sus padres, yo levanté el dedo pulgar en señal de que si íbamos a navegar con ellos, el barco se acercó veloz a la orilla, tuvimos que adentrarnos un poco en el mar y andar entre las cristalinas aguas hasta llegar a él.
-¡Subir marineras!-El señor Surita se emocionó, yo me quedé un buen rato mirándole, para que se diera cuenta de la gilipollez que había soltado por su boca, subimos las tres escaleras hasta llegar a la borda.
-Hola Dakota mi amor-Anne me saludó con la mano, y siguió con lo suyo, el señor Surita se puso al mando del volante, ocupamos unas tumbonas y nos pusimos en marcha, la brisa marina chocaba con nuestros rostros, dándonos así una sensación de libertad, sentirse un criminal y escapar a 300 kilómetros por hora en menos de un segundo, a todo volumen sonó la canción de Criminal, cuando antes lo digo…
Winona y yo nos pusimos a bailar sentadas, ella hacía mucho el tonto, pero yo sentía la música, hacíamos play back, Anne se reía divertida.
-¡Mirar chicas!-Anne señaló a carcajadas la parte más profunda de la playa, donde Eric y Dudu bailaban imitándonos, ya estaban sentados en las tablas de surf esperando impacientes a enormes olas que montar, nosotras paramos de bailar con vergüenza, Wi se escondió tras de mi mientras repetía constantemente “Joder Dakota, quien nos manda hacer esto”, a lo lejos, poco a poco, se iba formando una ola enorme, venia con ganas de devorar surfistas, pero ellos estaban tranquilos, Eric gritó victorioso y nadaron con seguridad hacia ella.
-Y están tremendos
-¿Qué has dicho Dakota?
-Nada…
Todos observaban embobados a Eric y los demás, me di la vuelta y allí seguía, impactante como hace unos minutos, la roca, valientes los chicos que se tiraban desde ella, ¿Por qué no ser la primera mujer en hacerlo?
-Cúbreme, Wi-Susurré en el oído de la pelirroja, ella iba a preguntarme, pero yo fui más rápida, me tiré de la borda y caí en el agua, avancé nadando hasta agarrarme a un saliente, subí con cuidado de no rajarme con la irregular textura de la roca, miré de nuevo al yate, Wi no se lo creía, me mandaba volver moviendo nerviosa la mano, yo llevé mi dedo índice a mi boca, pidiendo silencio, y subí por la cuesta, polvorosa.
Ya en la cima, no quedaba nadie, solo yo, me acerqué con cautela al borde, divisé absolutamente toda la playa, podría quedarme horas allí sentada observando semejante paisaje, pero subí allí para algo, y no era quedarme parada como un poste, di un paso más, mis pies estaban marrón, cubiertos por arena, todo estaba calmado, no había viento que pudiera desviar mi caída, ahí estaba yo, en el borde, miré a los surferos, las olas ya habían terminados, y de pura casualidad la mirada de Eric se desvió a lo más alto de la roca, es decir, donde estaba yo.
-¡Dakota!-nadó veloz, muy nervioso y casi temblando hacia allí-¡BAJATE DE AHÍ AHORA MISMO!.
“Ahora o nunca” pensé, así que me tiré a mi estilo, extremo.
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