"New Sensation" Capítulo 24-Tu eres mio.
A las puntiagudas orejas de Agueda llegaron dichas palabras procedentes
de Eric, de sus azules ojos cayeron dos lagrimas, se arrodillo frente a
él y colocó la cabeza entre las manos, empezó a llorar sin descontrol,
casi se podía sentir su dolor, no sé si estaría actuando, pero si lo
hacía, valía para ello.
Eric se balanceaba levemente para delante y para atrás, se mantenía distraído dibujando en la arena con los pies, de vez en cuando miraba a Agueda, pero al instante volvía a pasar de ella…
-¡Tu eres mío!-Agueda mostró su cara, roja como un tomate, repleta de amargura, yo miraba exhausta, no entendía porque se ponía así, y por lo que se veía, Eric tampoco.
-Agueda, ¿Qué pretendías? ¿Llegar aquí, y que todo fuera como antes?, ¿Creías que seguirías siendo mi día a día? ¿Que mi vida todavía estaría ligada a ti? Te equivocas, lárgate.-Eric pasó su dedo índice por sus tríceps y se dio la vuelta para irse, Agueda cogió impulso y se levantó veloz, paró a Eric con sus minúsculas manos y se volvió a arrodillar.
-¡Que tu eres mío!-Intentó bajar el bañador a Eric, pero como podía ser tan guarra, y tenía el valor de llevar puesto en la camiseta “como yo no hay dos”, no, como tú no hay dos, hay dos mil, y todas en las esquinas.
-Ahora sí, ataca gatita-Me dijo Joan mientras me soltaba de entre sus brazos, sentí un alivio en mi tripita, pero de nuevo volví a quemarme por dentro, Eric chillaba a Agueda, ella seguía empeñada en bajarle el bañador, la muy puta, le di una patada a un castillo de arena medio destrozado y corrí enfurecida hacia ellos.
Eric logró escabullirse, enfadado descargaba su furia insultando a la nada, yo, estaba feliz, ni idea de por qué, pero allí estaba yo, más alegre que unas castañuelas, siguiendo a Eric trotando como Heidi, el se dio cuenta, me miro con cara de “si pudiera te asesinaba”, y yo, como me cae tan mal y me encantaba joderle, por gilipollas, me puse a poner morritos, recreando el momento anterior, como lo hizo Agueda.
-¿Que haces ahí Dakota?-El sol me cegaba, pero entre destellos podía ver el sombreado y precioso rostro de Dudu Surita, estiré los brazos para que me ayudara a levantarme, el se agachó levemente y me agarro, por detrás otras manos presionaban mi espalda para hacérmelo mas fácil, era Winona, no sabía ni nada la tía, en cuanto vio a Dudu vino como un rayo, será convenida…
-Joder, pareces un filete empanado.
-Que gracioso Dudu…-Dije con ironía, Dudu seguía riendo, y Winona también, yo cogí la toalla y empecé a quitarme la arena.
-Es tu culpa, no aprendes, sabes perfectamente que te odia, y sigues pinchándole…-Le miré completamente indignada, se quitó la sonrisa se su cara.
-¿Ah soy yo sola? ¿El no me pincha? ¡Te recuerdo que me metió en un baño y quería mojarme, guapo!…Y yo sí que le odio
Dudu me empezó a clavar el dedo en la tripa, yo me hacía la enfada, pero decirme ¿Quién se puede enfadar con Dudu Surita? Con Eric si, hasta te pueden entrar ganas de matarle, ¿pero con Dudu? Ni una persona del mundo.
-Dakota, nos tenemos que ir, que van a empezar las clas… Clastarñadas- ¿Pero que había dicho Winona? Sí, sé que es una excusa para que Dudu no se enterase de lo del reformatorio, pero es que había dicho una gilipollez como una casa, menos mal que la dije que no pusiera ella las excusas…
-Es verdad, ¡Que tarde llegamos!, ¡acompáñanos hasta la mitad del camino Dudu!.
-Mmm…Vale- cogí de la mano a Dudu, tiré de él, y los tres desaparecimos por el horizonte de la playa.
Eric se balanceaba levemente para delante y para atrás, se mantenía distraído dibujando en la arena con los pies, de vez en cuando miraba a Agueda, pero al instante volvía a pasar de ella…
-¡Tu eres mío!-Agueda mostró su cara, roja como un tomate, repleta de amargura, yo miraba exhausta, no entendía porque se ponía así, y por lo que se veía, Eric tampoco.
-Agueda, ¿Qué pretendías? ¿Llegar aquí, y que todo fuera como antes?, ¿Creías que seguirías siendo mi día a día? ¿Que mi vida todavía estaría ligada a ti? Te equivocas, lárgate.-Eric pasó su dedo índice por sus tríceps y se dio la vuelta para irse, Agueda cogió impulso y se levantó veloz, paró a Eric con sus minúsculas manos y se volvió a arrodillar.
-¡Que tu eres mío!-Intentó bajar el bañador a Eric, pero como podía ser tan guarra, y tenía el valor de llevar puesto en la camiseta “como yo no hay dos”, no, como tú no hay dos, hay dos mil, y todas en las esquinas.
-Ahora sí, ataca gatita-Me dijo Joan mientras me soltaba de entre sus brazos, sentí un alivio en mi tripita, pero de nuevo volví a quemarme por dentro, Eric chillaba a Agueda, ella seguía empeñada en bajarle el bañador, la muy puta, le di una patada a un castillo de arena medio destrozado y corrí enfurecida hacia ellos.
Eric logró escabullirse, enfadado descargaba su furia insultando a la nada, yo, estaba feliz, ni idea de por qué, pero allí estaba yo, más alegre que unas castañuelas, siguiendo a Eric trotando como Heidi, el se dio cuenta, me miro con cara de “si pudiera te asesinaba”, y yo, como me cae tan mal y me encantaba joderle, por gilipollas, me puse a poner morritos, recreando el momento anterior, como lo hizo Agueda.
-Eres gilipollas chica, pero con ganas-Me empecé a reír señalándole, a
modo de burla, ya le terminé de cabrear, me persiguió, yo corrí entre
risas, despues de una larga carrera, me tiró al suelo sin dificultad
alguna, cogió mis pies y me empezó a arrastrar por la arena, no veía
nada, pataleaba, chillaba su nombre, pero todo en vano, ya que no me
hacia ni puto caso, al cabo de un rato me soltó, y se piró junto a Joan,
que por cierto, le iba a caer una buena por traer a Agueda…
-¿Que haces ahí Dakota?-El sol me cegaba, pero entre destellos podía ver el sombreado y precioso rostro de Dudu Surita, estiré los brazos para que me ayudara a levantarme, el se agachó levemente y me agarro, por detrás otras manos presionaban mi espalda para hacérmelo mas fácil, era Winona, no sabía ni nada la tía, en cuanto vio a Dudu vino como un rayo, será convenida…
-Joder, pareces un filete empanado.
-Que gracioso Dudu…-Dije con ironía, Dudu seguía riendo, y Winona también, yo cogí la toalla y empecé a quitarme la arena.
-Es tu culpa, no aprendes, sabes perfectamente que te odia, y sigues pinchándole…-Le miré completamente indignada, se quitó la sonrisa se su cara.
-¿Ah soy yo sola? ¿El no me pincha? ¡Te recuerdo que me metió en un baño y quería mojarme, guapo!…Y yo sí que le odio
Dudu me empezó a clavar el dedo en la tripa, yo me hacía la enfada, pero decirme ¿Quién se puede enfadar con Dudu Surita? Con Eric si, hasta te pueden entrar ganas de matarle, ¿pero con Dudu? Ni una persona del mundo.
-Dakota, nos tenemos que ir, que van a empezar las clas… Clastarñadas- ¿Pero que había dicho Winona? Sí, sé que es una excusa para que Dudu no se enterase de lo del reformatorio, pero es que había dicho una gilipollez como una casa, menos mal que la dije que no pusiera ella las excusas…
-Es verdad, ¡Que tarde llegamos!, ¡acompáñanos hasta la mitad del camino Dudu!.
-Mmm…Vale- cogí de la mano a Dudu, tiré de él, y los tres desaparecimos por el horizonte de la playa.
-Anda que eres más tonta…
-¡No sabía que decir!
Wi y yo comíamos pipas sentadas en el suelo de la terraza de nuestra habitación, estaba atardeciendo y veíamos esconderse el sol, acurrucándose con el norte y desprendiendo sus últimos rayos de luz sobre el mar azul, ya habíamos terminados las clases, estábamos en pijama, y hablábamos de nuestras cosas.
-Hay, menos mal que Dudu nos ha creído, es tan mono-Winona ponía cara de angelito enamorado.
-Sí, pero hemos quedado como adictas a la comida basura, le he tenido que decir que las clastarñadas era una comida española a base de patatas fritas, croquetas, bacon y san jacobos,..
-¡Pero molamos!
Nos empezamos a reír como unas locas, de repente se hizo el silencio, me dispuse a buscar en el neceser que había a mi lado un algodón y quitaesmaltes para las uñas, mientras Winona miraba entre las rejas.
-Anda mira, Kristin está abajo
-Que ilusión, ya le podían meter un mordisco los perros
-No estaría mal, la verdad-Winona cogió una nueva bolsa de pipas
-¿Su cara serás así de nacimiento o la habrán bautizado con agua hirviendo?-Wi empezó a carcajear como si no hubiera día, yo encontré el algodón y empecé a quitarme el esmalte de las uñas de los pies.
-Anda, pero si tiene novio la Kristin, Uy… parece que tiene rota la nariz…
-Anda, haber-Derramé toda la acetona por el suelo, el algodón se me calló de la mano, froté mis ojos al menos dos veces, porque el chico que estaba besando a Kristin, era Damian, el chico al que Eric pegó en la discoteca…
-¡No sabía que decir!
Wi y yo comíamos pipas sentadas en el suelo de la terraza de nuestra habitación, estaba atardeciendo y veíamos esconderse el sol, acurrucándose con el norte y desprendiendo sus últimos rayos de luz sobre el mar azul, ya habíamos terminados las clases, estábamos en pijama, y hablábamos de nuestras cosas.
-Hay, menos mal que Dudu nos ha creído, es tan mono-Winona ponía cara de angelito enamorado.
-Sí, pero hemos quedado como adictas a la comida basura, le he tenido que decir que las clastarñadas era una comida española a base de patatas fritas, croquetas, bacon y san jacobos,..
-¡Pero molamos!
Nos empezamos a reír como unas locas, de repente se hizo el silencio, me dispuse a buscar en el neceser que había a mi lado un algodón y quitaesmaltes para las uñas, mientras Winona miraba entre las rejas.
-Anda mira, Kristin está abajo
-Que ilusión, ya le podían meter un mordisco los perros
-No estaría mal, la verdad-Winona cogió una nueva bolsa de pipas
-¿Su cara serás así de nacimiento o la habrán bautizado con agua hirviendo?-Wi empezó a carcajear como si no hubiera día, yo encontré el algodón y empecé a quitarme el esmalte de las uñas de los pies.
-Anda, pero si tiene novio la Kristin, Uy… parece que tiene rota la nariz…
-Anda, haber-Derramé toda la acetona por el suelo, el algodón se me calló de la mano, froté mis ojos al menos dos veces, porque el chico que estaba besando a Kristin, era Damian, el chico al que Eric pegó en la discoteca…
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