jueves, 13 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 29-Eric, contéstame por favor 

-Eric… Es lo más bonito que he escuchado en 16 años que tengo de vida-Dije, medio temblando, asimilando lo que dicho personaje había soltado por su boca, por una vez, por una puta vez, había escuchado hablar a Emilio Eric Surita como una persona, como una persona sensible, como el tipo de persona que yo buscaba.
-Soy la peor persona del mundo, pero también la que más cosas preciosas dice, es graciosa tu teoría.-Sonrió, Eric seguía con la mirada perdida, yo también tendría que estar mirando a otro lado, pero me era imposible dejar de observar su rostro, sombreado por las hojas, aunque algunos rayos de sol se colaban, y hacían relucir su preciosa cara, esas facciones tan perfectas que hasta intimidaban, daba respeto tocarle por miedo a poder destruir su angelical ser, no sé que semejante cara de estúpida tendría en ese momento, pero creo que me daba igual, solo podía sonreír y mirarle, a él, a Eric Surita.
Volvió la cabeza y sus ojos se posaron en mi ridícula sonrisa, yo me percaté y rápidamente deje de hacerlo y me puse seria, que vergüenza…
Otro incomodo momento de silencio, me sentía genial, todavía no cavia en mi de alegría, la alegría de haber escuchado decir esas fascinantes palabras a Eric, pero ya estaba tardando ¿A qué si? Lo sabía, y si, habéis adivinado, Eric lo jodió todo, con lo bonito que estaba quedando el momento.
-¿Te acuerdas cuando te saqué de Brasil Diamont? Estabas como una cuba maja, menudo pedo, el de la limusina se cago en todos tus muertos, porque le potaste en la tapicería- Movía la cabeza de un lado al otro, divertido, carcajeaba con maldad, y daba golpes con el puño en la húmeda arena mientras se moría de la risa.
Yo me acomodé, apoyé la espalda en el tronco y me intenté tranquilizar, dejé que Eric se riera solito, que ya se cansaría, pero a mi cabeza llego esa imagen, la de la revista capricho, la que me enseñó Kristin, sí, sí, esa en la que me llaman borracha por toda la cara, así que me levanté y me encaré nerviosa a Eric.
-Eric, mas te vale que la revista capricho no salga a la venta ¡¿Tú has visto la portada?!-Me miró, se tapó la boca con la mano y se empezó a reír de nuevo, yo le di una patada y el se levantó desafiante, por un momento creía que me iba a pegar, pero una cosa si os voy a decir, Eric Surita será lo que sea, pero nunca, en la vida, sería capaz de ponerle la mano encima de una mujer. Sonrió.
-¿Ya la has visto?, quería darte una sorpresa, que pena, y claro que se lo que pone, si lo puse yo-Me desilusione, apreté los dientes, enganché mi camiseta y tiré de ella hacia abajo, escuchaba como la tela se rasgaba lentamente… Tenía que empezar a no hacerme ilusiones con Eric, por cada cosa bonita que dice, mil malas lo compensan… Capullo.
-Eric, que no dejes que salga la revista, o si no hago de tu vida un infierno.
-Solo con tu presencia mi vida ya es un infierno.
-Tú no sabes lo mala que puedo llegar a ser, tu existencia va a ser complicada, muy complicada
-Haber empieza, imbécil.
-De momento están volando ostias y tú tienes cara de aeropuerto-Una mirada despreciable me recorrió de arriba abajo, nunca había sentido semejante odio por nadie, en ese momento sentía como si un perro me estuviera mordisqueando bestialmente, haciendo que yo me sienta incomoda y enfadada, con ganas de matar a alguien.
-Quita la puta portada de la revista
-No
¡Sí!
-No
Oí movimiento, como si alguien estuviera apartando las hojas para avanzar, pisadas que marcaban la tierra, y una horrible voz, sentía la presencia de alguien detrás de mí, Eric cambió de expresión, me di la vuelta dándole la espalda, allí estaban, Damián, dos chicos de 17 años aproximadamente y la horrible y asquerosa Kristin.
-Que, ¿interrumpimos una discursión?-Dijo Damián, llevaba un cigarrillo a medio consumir entre los dedos, tenía el tabique nasal metido hacia dentro, del puñetazo que le dio Eric, una sonrisa horrible alegraba su cara, me asusté, y agarré a Eric de la camiseta y le empujé levemente para que se apartara, el, como siempre, paso de hacerme caso, y me estiró hacia atrás, poniéndome a salvo tras de él, se cruzó de brazos, y esperó.
-Desafiante, me gusta-Damián tiró el cigarrillo todavía encendido, y furioso se acercó a Eric, levantó la mano, yo temblaba como un vibrador a pilas, pero tuve coraje y me puse entre ellos.
-¡El te reventó para defenderme! Es que todavía no te acuerdas ¡Me querías violar, hijo de puta!- Empecé a propinar patadas a diestro y siniestro, los dos amigos de Damián me cogieron de las axilas y me levantaron sin esfuerzo alguno, yo me revolvía como una lagartija, arañaba, intentaba morder, pero nada, me encontraba inmovilizada por esos dos todoterreno, madre mía, eran enormes.
Eric se reveló, y fue tranquilo hacia mí, para sacarme de aquel apuro, pero noté como una fuerte colonia llegaba a mí, era Kristin, estaba delante mía, con un…
Con un puño americano, tenía la mano preparada para propinarme un horrible y doloroso puñetazo, Eric se paró en seco, y la miro con asco, ella le sonrió con maldad, y señaló a Damián, que estaba feliz, con un nuevo piti.
-Esto es fácil, tú dejas que te pegue, y la chica no sufre, si te defiendes, que nuestra querida Dakota se olvide de su preciosa cara ¿Capicci?<<Flipado de mierda ¿Qué eres? ¿El más malo? Pues como no sea de tu casa…>>
-¿Solo puedes ganarme si no me defiendo? Cobarde de mierda.
Kristin estiro el brazo, cogió impulso, se disponía a darme, yo me movía nerviosa, aguantaba con esfuerzo, muchísimo esfuerzo las lagrimas, estaba angustiada y me preparaba para el golpe.
-¡Eric ayúdame!-Grite histérica, el pasó suave la mano por su cara, se quedó quieto y cerró los ojos, pasaron unos cuantos segundos, y Eric esperaba algo.
 El puñetazo de Damián.
Sin pensárselo dos veces Damián golpeó fuertemente a Eric, el pudo esquivarlo un poco, pero le dio en la mejilla, se calló hacia atrás, empezó a sangrar su hermosa boca, los chicos me soltaron y se fueron, desaparecieron entre el frondoso bosque, me acerqué a él, preocupada, Eric parecía inconsciente, el corazón me dio un vuelco, y ya sí que no podía mas, eche a llorar como una loca, mis ojos parecían una fuente de lagrimas, me apoyé en su precioso cuerpo, cogí con suavidad su cabeza y la deje descansar entre mis manos, mis lagrimas caían sobre su rostro, morado por el golpe.
-¡ERIC, POR FAVOR, DIME ALGO, CONTESTAME, ERIC!
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