"New Sensation" Capítulo 21-Agueda
Estaba sentada en un lugar que nunca antes había visto, un lugar que
desconocía de la mansión, un lugar perfecto para pensar, y recapacitar.
Vuelvo a Madrid, de vuelta, como si nada hubiera cambiado, como si nunca hubiera pasado esto, como siempre, llegando tarde a clase, pelándome y reconciliándome con Karen, recordándole a mi madre sus citas con el dentista, pegándome con mi hermano, discutiendo con mi padre, viendo de diario a toda mi gente, a Laila, esa zorra…
Echo de menos mi familia, mi casa, mi hogar, mis amigos, pero no quiero, ¡NO!, no quiero irme de aquí, al menos por ahora no, ¿Es que nadie piensa en lo que pierdo sin me voy?
Me perdía muchas cosas, como ver el océano al despertar, abrir las ventanas y oler a mar, tirarme encima de Winona, reírme en las clases de la profesora Pudel, pasear por las alegres calles de Brasil, sentarme a la sombra de una palmera a comer un helado, ir a ver a Dudu, pasar momentos increíbles a su lado, hablar con su amable madre Anne…
Estar con Eric…
Me dejé de ralladas, me fui a mi habitación, y me acosté.
Era por la mañana, ya que en una semana me iba a ir, me dejaron salir todo el día, ni siquiera dirigí la palabra a Winona, solo me vestí y salí en busca de obviamente, Dudu.
Entré a su casa con la cara más triste que podáis imaginar, me senté en el brillante sillón negro del hall, su sirvienta me dijo que Dudu ahora bajaba, que se estaba duchando, desapareció.
Para no aburrirme, me puse a dar una vuelta por la casa, llego una perfecta y familiar voz a mis oídos, provenía del salón, era la de Eric, así que me acerque silenciosamente, intentando que mis Vans no chirriaran demasiado con la madera del suelo, me escondí detrás de la puerta, asomé ligeramente mi cabecilla y vi que Eric y un amigo veían un partido en la increíble televisión de plasma, volví a colocarme y me dispuse a escuchar.
-Venga, ¡Falta!, me cago en la puta, árbitro de mierda-Eric estaba en pie, chillando a la pantalla mientras su amigo comía palomitas sonriente.
-Na, ni faltas ni pollas, está bien, mi equipo es el mejor
-¿El mejor?-Eric empezó a reírse falsamente-Que buen chiste Joan, cuenta otro- se acercó a su amigo, y estirando su camiseta por la parte del escudo lo enseñó vacilante, sonriendo, que sexy, que potencia hay en todo él, increíble.
Vuelvo a Madrid, de vuelta, como si nada hubiera cambiado, como si nunca hubiera pasado esto, como siempre, llegando tarde a clase, pelándome y reconciliándome con Karen, recordándole a mi madre sus citas con el dentista, pegándome con mi hermano, discutiendo con mi padre, viendo de diario a toda mi gente, a Laila, esa zorra…
Echo de menos mi familia, mi casa, mi hogar, mis amigos, pero no quiero, ¡NO!, no quiero irme de aquí, al menos por ahora no, ¿Es que nadie piensa en lo que pierdo sin me voy?
Me perdía muchas cosas, como ver el océano al despertar, abrir las ventanas y oler a mar, tirarme encima de Winona, reírme en las clases de la profesora Pudel, pasear por las alegres calles de Brasil, sentarme a la sombra de una palmera a comer un helado, ir a ver a Dudu, pasar momentos increíbles a su lado, hablar con su amable madre Anne…
Estar con Eric…
Me dejé de ralladas, me fui a mi habitación, y me acosté.
Era por la mañana, ya que en una semana me iba a ir, me dejaron salir todo el día, ni siquiera dirigí la palabra a Winona, solo me vestí y salí en busca de obviamente, Dudu.
Entré a su casa con la cara más triste que podáis imaginar, me senté en el brillante sillón negro del hall, su sirvienta me dijo que Dudu ahora bajaba, que se estaba duchando, desapareció.
Para no aburrirme, me puse a dar una vuelta por la casa, llego una perfecta y familiar voz a mis oídos, provenía del salón, era la de Eric, así que me acerque silenciosamente, intentando que mis Vans no chirriaran demasiado con la madera del suelo, me escondí detrás de la puerta, asomé ligeramente mi cabecilla y vi que Eric y un amigo veían un partido en la increíble televisión de plasma, volví a colocarme y me dispuse a escuchar.
-Venga, ¡Falta!, me cago en la puta, árbitro de mierda-Eric estaba en pie, chillando a la pantalla mientras su amigo comía palomitas sonriente.
-Na, ni faltas ni pollas, está bien, mi equipo es el mejor
-¿El mejor?-Eric empezó a reírse falsamente-Que buen chiste Joan, cuenta otro- se acercó a su amigo, y estirando su camiseta por la parte del escudo lo enseñó vacilante, sonriendo, que sexy, que potencia hay en todo él, increíble.
Terminó el primer tiempo, y los dos se estiraron a la vez.
-¿Más palomitas?-Eric cogió el bol de palomitas, que estaba vacio
-No, antes respóndeme ¿Qué te pasa con esa chica?
Con esa chica, ¿a qué chica se refiere? Estaba intranquila y afine más el oído.
-Mmm ¿Que chica?
-¿Como que qué chica?, pues Dakota
En ese momento mi corazón dio un giro de 180 grados, y empezó a latir fuerte, tanto que casi se podía escuchar, quería saber la respuesta de Eric, haber, que no me gustaba, pero quería saber qué es lo que piensa, que piensa Eric Surita de mi…
-Que me va a pasar, nada, no me cae bien, eso es todo
Quería hablar, salir de allí y decirle que a mí el también me caía mal, y que me alegraba de irme y no verle nunca más, pero apretando los dientes, me logré contener.
-Me tienes hasta la polla, nos conocemos, ni más ni menos que 13 años, somos como hermanos, siempre, siempre que te ha gustado una tía te has liado con ella, o te la has tirado, siempre que la has odiado, has pasado de ella,¿ y con ella? Es distinto, la jodes, la molestas y la haces de rabiar, haces que se sienta mal, y cuando algo malo le pasa, vas corriendo a ayudarla como si te fuera la vida en ello, a cuidarla… ¿Vas a seguir mintiéndome? O me vas a contar la puta verdad…
Eric perdió la mirada, se sentía incomodo, miraba a la ventana y en sus ojos se veía reflejado el sol, pensaba, y lo que a mí más me sorprendía es que esa reacción, se la había producido yo, de repente volvió a su ser y saco una pequeña sonrisa.
-Yo flipó contigo, si la aguanto es por mi hermano, no la soporto, fóllatela si es lo que quieres ¿Palomitas?-Levantó de nuevo el recipiente, y se fue a la cocina, odiaba a Eric, como podía haber dicho eso de mi… Eso le importo…soy gilipollas por creer que al menos algo podía importarle, es Eric Surita, lo tiene todo, y yo solo soy Dakota Fight… Una pequeña adolescente insignificante entre millones…Nada especial.
Acariciaba el gotéele de la pared, iba a levantarme e irme de nuevo al hall hasta que otros dos amigos de Eric aparecieron, y tuve que quedarme a escuchar lo que decían, sí, soy un poco cotilla, pero solo un poco.
-He Joan, ¿y el Eric?
-Tíos, tenéis que ayudarme
Joan empezó a contar a los otros dos lo que acababa de hablar con Eric.
-¿Y que nos quieres decir con eso? –Dijo el más rellenito
-Eso-Añadió el otro
-Quiero saber si es verdad lo que dice de que no le gusta Dakota…Vamos a tener que llamarla, a ya sabéis quien.
Los chicos pusieron cara de sorpresa, uno empezó a dar vueltas sobre sí mismo y el otro se tapó la boca con la mano.
-Joan, no es buena idea…No lo hagas
-¿Tenéis su teléfono?
-Joan, enserio…Que no
-¡Te he preguntado!
-Si…
-Pues a las cinco en la playa, vosotros traer a Eric,
yo traigo a Agueda.
-¿Más palomitas?-Eric cogió el bol de palomitas, que estaba vacio
-No, antes respóndeme ¿Qué te pasa con esa chica?
Con esa chica, ¿a qué chica se refiere? Estaba intranquila y afine más el oído.
-Mmm ¿Que chica?
-¿Como que qué chica?, pues Dakota
En ese momento mi corazón dio un giro de 180 grados, y empezó a latir fuerte, tanto que casi se podía escuchar, quería saber la respuesta de Eric, haber, que no me gustaba, pero quería saber qué es lo que piensa, que piensa Eric Surita de mi…
-Que me va a pasar, nada, no me cae bien, eso es todo
Quería hablar, salir de allí y decirle que a mí el también me caía mal, y que me alegraba de irme y no verle nunca más, pero apretando los dientes, me logré contener.
-Me tienes hasta la polla, nos conocemos, ni más ni menos que 13 años, somos como hermanos, siempre, siempre que te ha gustado una tía te has liado con ella, o te la has tirado, siempre que la has odiado, has pasado de ella,¿ y con ella? Es distinto, la jodes, la molestas y la haces de rabiar, haces que se sienta mal, y cuando algo malo le pasa, vas corriendo a ayudarla como si te fuera la vida en ello, a cuidarla… ¿Vas a seguir mintiéndome? O me vas a contar la puta verdad…
Eric perdió la mirada, se sentía incomodo, miraba a la ventana y en sus ojos se veía reflejado el sol, pensaba, y lo que a mí más me sorprendía es que esa reacción, se la había producido yo, de repente volvió a su ser y saco una pequeña sonrisa.
-Yo flipó contigo, si la aguanto es por mi hermano, no la soporto, fóllatela si es lo que quieres ¿Palomitas?-Levantó de nuevo el recipiente, y se fue a la cocina, odiaba a Eric, como podía haber dicho eso de mi… Eso le importo…soy gilipollas por creer que al menos algo podía importarle, es Eric Surita, lo tiene todo, y yo solo soy Dakota Fight… Una pequeña adolescente insignificante entre millones…Nada especial.
Acariciaba el gotéele de la pared, iba a levantarme e irme de nuevo al hall hasta que otros dos amigos de Eric aparecieron, y tuve que quedarme a escuchar lo que decían, sí, soy un poco cotilla, pero solo un poco.
-He Joan, ¿y el Eric?
-Tíos, tenéis que ayudarme
Joan empezó a contar a los otros dos lo que acababa de hablar con Eric.
-¿Y que nos quieres decir con eso? –Dijo el más rellenito
-Eso-Añadió el otro
-Quiero saber si es verdad lo que dice de que no le gusta Dakota…Vamos a tener que llamarla, a ya sabéis quien.
Los chicos pusieron cara de sorpresa, uno empezó a dar vueltas sobre sí mismo y el otro se tapó la boca con la mano.
-Joan, no es buena idea…No lo hagas
-¿Tenéis su teléfono?
-Joan, enserio…Que no
-¡Te he preguntado!
-Si…
-Pues a las cinco en la playa, vosotros traer a Eric,
yo traigo a Agueda.
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