"New Sensation capítulo 49" ¡Wow!

-Está cerrado-Forcejeaba con el manillar de la puerta del lujoso “Kia”

-Espera-Dudu apartó mi mano y dando unos golpecitos a el cristal avisó al hombre que conducía que desbloqueara el cierre-Ya está-Abrió la puerta y caballerosamente nos invitó a entrar a Winona y a mí primero.
Dentro olía a coche nuevo, ya que seguramente lo era, ocho eran las plazas que tenia el móvil, Dudu, Winona y yo tomamos asiento en las mas traseras, forradas de cuero y con una manta de raso color violeta tapando la parte de debajo de los asientos, para que a la vuelta a casa no ensuciáramos la carísima tapicería con el agua de mar que desprenderían nuestros bañadores, en los siguientes, una fila más adelante, se encontraban Joan, Igor y un chico rubio que no tenía el gusto de conocer, iban alborotados, algo nerviosos, se daban collejas unos a otros, fingían pegarse para que al grito de “¡Achante!” pudieran anestesiarse a puñetazos en el hombro, me recordaban a mi infancia, yo hacia esas cosas en quinto de primaria, no con 18 años...
Finalmente en el asiento de copiloto yacía Eric, miraba constantemente hacia atrás para unirse al doloroso juego de sus amigos, vestía una camiseta de Billabong en tonos verdes, como no, de marca, conduciendo, un hombre que nunca antes había visto, por el aspecto podía echarle unos 50 años, al principio cabía la posibilidad de que fuera el mayordomo de la mansión Surita, pero me di cuenta de que sus gafas “Ray Ban” de más de ocho cientos euros no podían ser capricho de un simple sirviente.
-¡Papá, date prisa que las mejores olas van a comenzar ya!-Dijo Eric dando golpecitos en el salpicadero, con que era su padre, la verdad nunca lo habría averiguado, ya que sus hijos eran esculturas hecho por el mismísimo Dios griego y mejoradas por la diosa de la belleza Afrodita, y él la verdad no era muy hermoso, quizá sea porque los años pasan factura, a lo mejor en su época era un rompe corazones.
-Que sí Eric cariño-Giró la llave y el motor se encendió potente, inundando la calle de un ruido expectante-¿No me vas a presentar a tus amigas?-Dio un par de vueltas al volante y tomó carretera.
-Como quieras, la del pelo rojo se llamaba… ¿Cómo te llamabas?-Preguntó curioso.
-Winona, pero es fácil que no te acuerdes Eric, no te preocupes-Wi sonrió, será pelota la tía, me pellizcaba el brazo por abajo, estaba nerviosa de que el mismísimo Emilio Surita le hablara mirándola a los ojos.
-Con que Winona, bonito nombre-El padre apretó un poco el acelerador, nos adentramos en una carretera de un sentido, todo lo que nos rodeaba era bosque tropical y bananeros, agricultores de piel morena y sonrisa en la cara que recolectaban con alegría, estaba distraída hasta que volví a escuchar la voz más masculina y preciosa de la historia.
-Y bueno, la otra se llama Dakota, insoportable, pero le cae bien a Dudu, que se le va a hacer-Me sonrió con maldad, yo le miré con asco levantando el labio superior con desprecio, su padre movió la cabeza y giró el volante, ya se empezaba a ver de nuevo el mar.
-No es una bonita manera de hablar de tu amiga.
-No somos amigos, señor-Añadí con resignación, Eric me empezó a imitar, enfadándose como un niño pequeño y pataleando en el asiento, sus amigos se rieron, yo pasé de él cómo de la mierda, claramente.
-Llámame Emilio bonita, tienes una cara preciosa-El señor Surita, padre de Dudu y Eric, me miró por el retrovisor amablemente, yo le sonreí como pude, en serio, ¿Por qué el único insolente de la familia es Eric? Qué asco de chico.
-Papá, en realidad no se llevan tan mal, eeh-Dudu le dio dos suaves codazos a Winona con picardía, ella sonrió satisfecha y le siguió el rollo, después habló.
-Es verdad señor Surita, si luego se bañan en la misma bañera-Eric y yo empezamos a chillar negándolo todo, poniendo excusas, diciendo que todo fue un malentendido, mientras, los demás reían como hienas, incluido el padre.
-Sí, sí papá, mucho dicen que se llevan mal, pero luego salen de fiesta juntos-Dudu empezó a pincharnos más, todos los demás se descojonaban, para ser claros, yo chillaba impotente intentando que el padre de Eric no creyera que estaba con el imbécil de su hijo, Eric amenazaba a Dudu cabreado, pero él lo único que hacía era reírse, hubo un momento de silencio, parecía que ya habían acabado las tonterías.
-¡Y además han dormido juntos!-Soltó Joan de la nada.
-Uuuuuuuuh-Añadieron todos los demás cachondeándose, también Emilio padre.
-¡Pero que no!, ¡Eric, haz algo!- me levanté del asiento a pegar a Joan, el paraba mis golpes a carcajadas, Eric negaba todo el rato y se cagaba en sus amigos.
-Que no me lo neguéis más chicos-Dijo el señor Surita, ya rojísimo, le hacía mucha gracia lo histéricos que Eric y yo nos poníamos.
-Papai, já chegámos ¿Não?-Preguntó Dudu mientras miraba por la ventana.
-Se filho-Añadió, aparcando en la calle principal, todos miramos expectantes por la ventanilla, nos amontonamos para ver la paradisíaca e impresionante playa donde íbamos a pasar el día.