lunes, 17 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 65-Volver.

Volví a nacer
Volví a vivir
Sentí de nuevo dolor
Y seguridad
Y amor.
Amor.
Qué bonita palabra, más mi destapada espalda estaba cubierta por la felpa de un abrigo, el cual tapaba a la persona que más he querido en toda mi vida, la que me rompió en mil pedazo y no me ayudó a recogerlos, solo se marchó, más bien, me dejo ir tras un profundo coma.
Seguía inmóvil, parecía un jodido vegetal, pero no me soltaba de él ¿Dejarle escapar otra vez? En la vida, simplemente había vuelto a dármela.
No tenéis idea de lo que se siente volver a tenerle a milímetros, que te abrace, sientas su pelo, su olor, su puta sonrisa en el cuello.
Para.
“Te ha abandonado, no se preocupo por ti en un año, solo de él, solo eras su juguete, si él te dice “ven” tu vas, sin pensarlo dos veces, la belleza te ciega, es peor depredador que el guepardo en época de monzón, una inútil gacela, eso eres Dakota, no más”
Maldita conciencia, hija de la gran puta.
Pero qué razón tenía…
-Suéltame-Eric se apartó extrañado de mí, me petrifiqué como el hielo en Alaska, al volver a ver sus ojos, rayos de sol se escabullían de la calle entrando por el tragaluz colocado a matacaballo en el techo, dando de pleno en sus ojos, masculinos, con destellos miel gracias a la penetrante luz solar.
Daba pasos hacia atrás con lentitud, alejándome de él, creía que era una alucinación, no me podía creer que después de tres años, los más amargos de mi vida, se encontrará delante mía, como si nada hubiera pasado.
¿En serio? Es irracional.
Toqué la puerta con la espalda, la madera estaba fría, al igual que mi expresión, el seguía de pie esperando, ¿El que, Eric? ¿EL QUÉ?
Había madurado, no sé si psíquicamente, pero si física.
Estaba más alto, pero no mucho, sus músculos estaban ligeramente más marcados, pude notarlo porque entre el abrigo se veía su camiseta, blanca, apretada.
Su cara estaba más formada, había perdido la expresión de niño, pero en el fondo seguía siendo el bonito rostro del cual me enamoré, los labios yacían mas marcados que la última vez que los vi, más apetecibles, merecían ser comidos con pasión, lento, mientras el sonríe.
Mi corazón, latía, me informaba de que ya era feliz de nuevo, al igual que yo, mi cabeza nos advertía, de que no volviéramos a caer, pero es que era un ángel, caído del cielo, del mismísimo.
Me terminé de ablandar cuando vi que volvió a ponerse el pelo como el día que lo conocí, con menos cantidad, pero igual, mi precioso e imbécil Eric.
La verdad, no descartaba lo de pasar una tarde juntos. O mejor dos. O tres. O veinte. O todas. Infinito.
Subí la mano sensualmente tocando la desgastada madera mala de la puerta, llegué al plomo y lo giré despacio, Eric se percató de mi movimiento, y se acercó.
Otra vez, casi se me sale el corazón a arcadas por la boca.
Reaccione.
-¡NO, ERIC, NO NOS HAGAS ESTO, LARGATE! –Empujé la puerta, y salí trotando de allí, llorando y con más dolor del que os podáis imaginar, por grande que sea.
Por si no lo sabéis, vivo en Benidorm, Alicante, bastante lejos de mi familia, así que, como allí hay una perfecta y desierta playa de noche, fui allí.
Me senté en la arena, el oleaje me ponía mala, angustia, jugaba con la arena, mis lágrimas la mojaban, pero que mas daba, se secarán al instante, y cuando alguien pase por allí, no notará rastro del dolor que contiene cada grano.
Pensé.
Y pensé.
Le tenia aquí, justo aquí, no en Brasil, aquí, aquí.
Que menos que pedirle explicaciones, que menos que hurgar un poco en el pasado, solo para dejar las cosas claras, sin tapujos.
Ha venido aquí, ¿Por qué? Debería preguntarle, ha venido por mí, algo tiene que decirme, y yo mataría por escuchar en cada instante de mi vida su voz, y ahora le tengo aquí.
Dakota, es el amor de tu vida, tu mañana, tu noche.
La razón de tus días.
-Lo que daría por tenerle aquí, ahora, le necesito.
Y al parecer, mis deseos son órdenes, (AHORA EH, PUTO DESTINO DE MIERDA)
Apareció despacio, mirando al vacio, se sentó a mi lado, sin apartar la mirada del mar.
Empecé a sollozar.
-Me necesitas.
-No te lo puedes ni imaginar.-Añadí llorando.
Hacia frio, empecé a tiritar, retiró su chaqueta y me la puso por encima.
Mi vida volvía a estar completa, de momento. 

jueves, 13 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 64-If you love it like I love it 

Reinolds (Jefe gordo y feo) llamó a dos guardias de la discoteca para que vinieran a recogernos, llegaron a trombones en un coche destartalado sin matrícula, Dios, ¿Hay algo legal en este “fregao”?
-Sube
-Subiré si quiero-Añadí, colocándome las bragas para que no se pudiera ver nada.
Resopló, yo hice lo mismo en signo de burla y sin tocar mucho los enseres de aquel trasto me senté como pude en los asientos, totalmente descolchados por las hojas de afiladas navajas… Genial…
-Vamos al club-Me crucé de brazos y apoyé mi cabeza en la ventanilla, o en lo que quedaba de ella.
-Oye-Uno de los hombres, para ser exactos, el que conducía el coche, enorme, era enorme, me preguntó- ¿Puedo preguntarte algo?
-Tu pregunta, ya veré si te contesto-Hubo un extraño silencio, que el ruido del motor rompía con brutalidad.
-¿Has tenido algún trauma de pequeña?-Me miró expectante por el retrovisor, como siguiera así tres segundos más nos estampábamos todos contra una farola.
-No, ¿Por qué?
-Es que casi todas las chicas que trabajáis en estas cosas, habéis sido maltratadas, o algo por el estilo ¿Me sé explicar? –En realidad no, pero logré entenderle.
-Mi vida ha sido perfecta hasta hace tres años.
-¿Y qué podría hacer para que mi hija no acabase así?
-Mientras no se enamore de Eric Surita, todo le irá bien.
El hombre se quedó loco, no sabía que responder, los demás se reían de su cara de palurdo y yo volví a apoyar la cabeza donde antes.
-Hemos llegado-Anunció el copiloto, el viaje duró apenas diez minutos, bajé la primera y entré por la puerta de atrás, todo estaba más calmado y apenas había gente rodeando el local.
Cuando me vieron aparecer por allí todas mis compañeras se quedaron mirándome, unas con odio, otras sin más, me sentía incomoda, pero traspasé la tenue sala con la cabeza bien alta.

Picha aquí para ver la foto.
-Jackie-La miré
-En esa sala-Me señaló la tercera puerta de la pared derecha, entre los baños y el picadero.
-¿Quién es?
-No lo sé, no le vi la cara.
Me quedé parada un momento, había hecho esto muchas otras veces, y por una cantidad bastante menor de dinero, pero estaba nerviosa, me arreglé un poco por encima, posé la mano en el pomo, pegajoso, algún borracho despistado debió tirar su copa encima, lo giré medio temblando, y empujé la puerta.
La sala estaba oscura, solo estaba iluminada la zona de la barra de baile, que yacía cerca de la puerta de entrada , al fondo, un sillón individual, donde había sentado un hombre, gabardina, y un sombrero que le tapaba, junto con la sombra de este, media cara, tenía las piernas entrecruzadas.
Se me anudó el estomago ¿Por qué? No… no lo sé…
-Hola.
Silencio.
Seguía sin contestarme al cabo de un rato.
-Como quieras-Me acerqué a la cadena de música y busque entre los CD’S de reggaetón algo que bailar, escuché un pequeño golpe de atención que provenía de sus zapatos contra la madera podrida del suelo.
Me di la vuelta, aún de cuclillas, y encontré un papelito en el suelo.
“Permíteme elegir la canción”
-¿Pero tú eres mudo o algo por el estilo?-Pregunté mientras me reincorporaba.
Otro papelito calló de entre sus dedos.
“Puede”
-Bueno, ¿Y qué propones? –Coloqué mi sujetador vulgarmente.
Estiró el brazo, una caratula impecable sujeta por sus manos enguantadas se presentó ante mis ojos, la cogí con cuidado con mis esbeltas y desgastadas manos.
“This is love”
“Esto es amor”
-¿Por qué?-Seguía confusa, con la caratula entre mis manos, leyendo aquella frase, que se clavaba en mi corazón.
Otras pequeña notita chocó con el suelo.
“Porque sí”
-No, porque sí no.-Esto me recordaba bastante a las discusiones que tenia con Er… Eri… Lo siento, no puedo decir su nombre, duele demasiado-Normalmente, aquí los hombre vienen a excitarse con los sensuales bailes de una stripper, lo mejor es el reggaetón, o una canción clásica de pasión, pero esto no es normal, ni siquiera sé como bailarlo, además, mi vida no concuerda con el título de esta canción...
Ya no caían mas papeles, el solo esperaba, yo, sin más dudas que preguntarle, deposité el disco en el reproductor, me coloqué en la plataforma, y apreté en el mando el botón play.















La canción me punzaba el corazón, con cada movimiento sufría más, se pasaban todos los momentos vividos a su lado, por mi cabeza, produciéndome placer, e inmenso e irremediable dolor.

 
 -¡NO PUEDO! ¡NO PUEDO MÁS!-Me tiré al suelo, escondí mi cabeza entre las rodillas para que no me viera llorar, él, se acerco, empecé a oler, algo realmente agradable, algo familiar, me entró la mayor de las alegrías por el cuerpo, lloré más fuerte.
Él, sí él, se arrodilló, sin descubrir su cara y de cuclillas, me abrazó, yo solo podía esnifar el olor que desprendía su cuello y acercándose delicadamente a mi oído, me susurró, la parte más bonita de la canción.
-If you love it like I love it
And you feel what I feel inside
If you want it like I want it
Then baby let’s get it tonight
If you feel it, say hell yeah (hell yeah)
Say hell yeah (hell yeah)
Say hell yeah (hell yeah)
This is love, this is love, this is love
Le agarré del abrigo fuerte, clavándole incluso las uñas, sin soltarlo, tenia empapada la cara, deposité mis labios en su cuello fuertemente, apretando los ojos, el me tenia bien sujeta, yo lloraba, más que en toda mi vida, con menos ropa que una puta, agarrada a…
Agarrada a…
-Eric... Dios, Eric.

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"New Sensation" Capítulo 63-Un último trabajo. 

-¿Qué?
-Disculpa, te he confundido… - Taconeé hasta la puerta con una mano en el pecho, me palpitaba, me ardía también, aquél veinteañero me recordó a Eric de espaldas, normalmente estas confusiones no me suceden, pero Karen hizo que crecieran las dudas en mi:
“-¡DAKOTA, ESPERA! ¡TE GUSTARÁ! ¡PODRAS VOLVER A…”
¿Volver a qué? ¿A verle? Es algo imposible, e ingenuo, no podía estar aquí ¿Qué se le ha perdido? Tiene un programa que presentar, una casa y una novia, esta forrado y da verdadero asco.
Karen salió del callejón, se volvió a acercar a mí, pero rehuí, rehuí del pasado, ella era mi pasado, ahora estoy en mi presente, intentando tener un pasable futuro, aunque sea como stripper de club de carretera oscuro y cochambroso.
Caminar sin cesar era lo único que me importaba en esos momentos, la policía llegó, al igual que la escandalosa ambulancia, pero yo ya estaba lejos del club, el viento soplaba con fuerza y mis tacones arrastraban desgastados por el suelo, lo único que iluminaba aquella calle era la luz de la luna y ni un alma se paseaba a esas horas de la madrugada por allí, solo yo y mis pensamientos, el peor de los castigos, creerme.
Mi madre siempre dijo que era una niña de pocas palabras, algo borde y testaruda, especial, incrédula, infantil y con una chispa de rebelde, también me juro y perjuro por la decimo octava estrella del cielo, que todo me iria bien, que nunca dejaría que me separara de su lado, y que el mas bueno de los hombres que pisara la tierra por aquellos tiempos, seria para mi, que nunca me faltaría de nada, y que si seguía firme a mis reglas, todo sería perfecto.
Y ahora solo te puedo decir, bravo mamá, bravo, deberías verme en estos instantes, quien te diría a decir esto de tu borde y testaruda niña…
Prometió que nunca me dejaría ir… Rasgo esa promesa como al papel.
Escuché pasos, alterados, eran muy seguidos y rápidos, pero cansados, podía deducir vagamente que de una persona con sobrepeso se trataba.
-¡DAKOTA!
Arrugué los parpados, no veía nada, estaba tan sumamente oscuro…
Saqué el teléfono móvil (Si es que así podríamos llamar al ladrillo que poseía) y lo desbloqueé, desprendió una suave luz que me hizo reconocer el rostro de mi rechoncho jefe, sudado, y bueno, con una cara de mala hostia difícil de explicar.
-Pero, PERO… ¿¡ A TI QUE TE PASA?! –Di un respingo hacia atrás, su aliento a alcohol me asqueaba, tapé mi nariz con la mano.
-Que me pasa de qué.-Dije insultante
-TE MATO ¿¡DE QUÉ?! HAS HERIDO A UN CLIENTE, LA POLICIA ESTA REGISTRANDO EL LOCAL, ¡NOS VAN A PILLAR LA DROGA!
En ese momento no pude aguantar las lagrimas, ¿Qué estaba haciendo? ¿En qué mundo estaba viviendo? ¡Mis padres me quieren! ¡Mi familia me necesita! Yo les necesito…
-Tengo que irme a mi casa… Por favor.
-¡PUES CLARO QUE TE VAS! –Exclamo sarcástico-Estas más que despedida, ¡ESTÁS EN LA PUTA CALLE!
Agaché la cabeza y mis destartalados rizos de tenacillas ocultaron mi dolido rostro, mientras el jefe seguía apuñalándome con sus crueles palabras.
-ESO ME PASA POR CONTRATAR NIÑATAS- Esta última palabra la dijo más lento, para que doliera más.
-Por favor… Déjame irme ya.- Las pestañas postizas se deslizaban por las reales, quedándose colgadas por un fino hilo de pegamento mal puesto ¿Qué era? ¿Una barbie?

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Qué coño estaba haciendo… Mi vida ya no era mía, sino de un club de stripper.
Me alejé ¿Qué por donde iba? Ni idea, sin rumbo tal vez, pero nunca más a ese estúpido lug…
-Espérate-El gordo y animal jefe se acercó, era tan repugnante
-Déjame ir.
-¿Quieres 3000 euros?
Pero esto que era, ¿Un anuncio de Cofidis? Me mordí el labio de abajo, era más de lo que ganaba en un mes, crucé los brazos y pregunté el porqué de esa cifra.
-Un caballero ha pedido tus servicios.
-Que servicios, ¿Me ves con pinta de diseñar baños?
-Que graciosa- Si, graciosísima, lo sé, al menos no huelo a mierda. – ¿Aceptas?
-No soy ninguna puta.
-Solo quiere que bailes-Se apoyó en la pared del cansancio.
-Está bien, vamos.

"New Sensation" Capítulo 62-T...Tú 

-¿Qué estás haciendo? –Recogió su pelo dorado en una coleta iluminada por las verdes luces de Neón.
Me agaché para responderla
-Trabajar…
-Baja, por favor-Tiró con suavidad de mi pierna, fruncí el ceño y me levanté para seguir bailando, la música estaba bastante alta así qué no podía oírla, solo veía, rabiosa, como movía sus labios, cabreada, angustiada para que bajase de aquella peligrosa plataforma.

Picha aquí para ver la foto.
Alguien agarró mi tanga, metió un sucio billete de 5€ mientras manoseaba mis piernas, todas las noches igual, asquerosa sensación aquella, tenía que pararlo, debía pararlo, podía pararlo.
Metí un tacón en su boca con brutalidad, empezó a sangrar y agonizar, todo el mundo que presenció esa escena acudió en su ayuda, el corazón empezó a latirme, fuerte, rápido, sabía lo que me esperaba, Karen presenció la escena atónita entre la multitud, todavía flipaba, boquiabierta, la miré y rápido giré su espalda, monté a caballito y bajé la cabeza, el pelo tapaba mi rostro y Karen se abría paso, la salida, sí, por fin.
Entramos a un callejón, bajé y me clavé un cristal, ya que había perdido un tacón, Karen se sentó en una esquina que olía bastante a pis, puso su cara entre las manos e intentó tranquilizarse.
Tiré un cubo, y me senté encima, la miré, con todo el maquillaje corrido, con mi cara de drogadicta.
-Estás fatal- Afirmó
-No lo he superado-me quité el otro tacón.
-Han pasado 3 años y medio, Dakota.
Un incomodo silencio inundó el callejón.
-Pasen los que pasen, esto seguirá igual-Crucé los pies-Y ahora que, ¿De repente te importo?
Suspiró
-¿De repente? ¿YO me largué de casa? ¿YO olvidé a mi familia y amigos? ¿YO me mudé? ¿YO me convertí en una puta?
-¿QUE HAS DICHO?- Salté descalza, destrozándome los pies mientras me acercaba a ella- ¡¿PUTA?!- La agarré del vestido dispuesta a propinarle un puñetazo, pero la miré, mas mayor, mas estúpida, menos pija, pero había sido mi mejor amiga toda la vida… había sido, si… Bajé el puño, retrocedí, lloraba, ella, no yo, hace 3 años que ni una lagrima se escapaba de mi ojo.
-Lo siento-Añadió-Pero vine porque Zendaya me dijo que trabajabas aquí, algo muy fuerte a pasado, se que hace años que no hablábamos, pero esto te impactará, solo tienes 3 días…
-Ha sido bueno volver a verte-La corté, no quería indagar más en el pasado-Adiós.
-¡DAKOTA, ESPERA! ¡TE GUSTARÁ! ¡PODRAS VOLVER A…
Pero ya me estaba alejando del callejón, confusa, descalza, y con toda una vida por delante, una vida de mierda.
-Cariño- Una stripper sentada, abierta de piernas en la acera, me acarició, era Gissel, una compañera-¿Una mala noche?
-Sí…-retiré el pelo de mi cara-¿Tienes?
Gissel me miró, sacó de su escote una bolsitas con polvos blancos, cocaína, seamos claros
-Deberías parar, mami, te estás pasando-Empezó a machacarla con dos tarjetas de crédito realmente usadas.
-No te preocupes-Enrollé un billete que yacía enredado en mi tanga, cogí la tarjeta con cuidado, y haciendo una ralla con los polvos, los esnifé, sin pensar, ya ¿Qué mas da?


-Ten cuidado
-Vale-Me levanté, tambaleando, perdiendo el equilibrio por segundos, con un dolor increible de cabeza, sí, de cabeza me iba a estampar contra el suelo, mientras intentaba caminar, un brutal codazo estalló en mi pecho.
-AAAH! Dios, ¡DIOS!-Me retorcía de dolor
-Lo siento-Unas manos masculinas intentaron tranquilizarme-Perdóname
-¿¡PERO TU ERES TON…-Parálisis cerebral, impresión, demasiada-Que… qu… tú…Dios mío.

"New Sensation" Capítulo 61-Baila. 

-¿Descargaron todo?
-Supongo.
-Te dije que lo revisaras.
-No soy tu puta camarera , solo bailo.
Rió sarcasticamente.
-Bonita, yo te pago el sueldo y tus caprichitos, calla la boca.
-Me suda el coñ...
Marian entró a la sala, de su viejo bolso blanco colgaba una rebeca color pardo.
-Te la dejaste en casa de mi hermano-Me la tiró suavemente con la intención de que la volviera a guardar.
-Fue un buen polvo-Sonreí vacilante mientras guardé la chaqueta en una mochila desgastada, de la marca Adidas para ser exactos.
-Cambiaros, abrimos en 10 minutos-El jefe salió por la puerta a fumar un puro, Marian y yo subimos las escaleras flourescentes de caracol hasta lo que denominabamos "camerinos", una cochambrosa sala llena de trastos, boas de plumas, vestidos extremadamente cortos, tops, faldas, sujetadores, tangas y brillos, donde las strippers nos cambiabamos para salir a bailar toda la noche.
-¿La falda de Leopardo quien la quiere hoy?-La levanté con mi mano llena de pulseras, regalos "generosos" de los señores clientes.
-¡Yo!-Una rubia que rondaba por los 30 años de edad me la arrebató de la mano.
Todas revolvimos cajas y perchas en busca de algo provocativo para bailar, cada uno eligió su modelitos con poco estilo y sin conjuntar, pero pensar ¿Que mas da? A los 10 minutos subida en una barra toda la ropa te la arrancaban.
-Vamos-La discoteca se habia llenado en cuestion de minutos, los clientes esperaban ansiosos que menearas tus caderas, para babear agusto perdido en tus curvas.
Subí a una barra, empezó la música:

Todas empezamps a menearnos con sensualidad, las manos brotaban del público, te manoseaban sudorosos, apretaban tus muslos con fuerza, te piropeaban, hacian obscenos comentarios fuera de lugar, sus bruscas caricias indicaban unas incontrolables ganas de violarte.

Os puedo asegurar que es una de las peores sensaciones del mundo.
Mientras bailaba ví a entrar a un grupo de chicas, la verdad esque debian tener mi edad, unos 19 años, venian felices, hice unos crudos y rapidos calculos y me di cuenta que estabamos en epoca de notas, y que al acudir a universidades vinieron a celebrar sus matriculas de honor, no le di mas importancias a aquellas chicas, hasta que 15 minutos despues una de ellas me tocó la pierna con su dulce mano.
-¿Dakota?
-Karen...

"New Sensation" Capítulo 60- Adiós 18 de Jun a las 23:19

-Como…-Karen se arrodilló en el suelo y se sorprendió en exceso- ¿Pretendes olvidar a Eric Surita?
-No, olvidarle es imposible-Abrí el gmail, pronto iba a iniciar sesión- Solo voy a despedirme de él, y empezar una vida, completamente nueva, sin estrenar, porque si no, voy a caer en una depresión oscura, y posiblemente no pueda salir.
Me miró, yo deposite mis grandes ojos en el ordenador, oí como se cerraba la puerta, estaba completamente sola, yo y mis pensamientos, mis pocas alegrías y mis infinitas penas, mis ganas de decirle a Eric Surita todo lo que pasa por mi mente, y sobre todo, lo dañado que esta mi corazón.
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Suspiré. Mientras lloraba movía mis dedos al son del traqueteo de las teclas
“Hola Eric, ¿Te acuerdas de mí? Solía ser la razón de tu sonrisa.
Sí, estoy destrozada ¿Por qué? Por algo que tú me dabas, por algo llamado amor, y lo que me jode es que a pesar del daño que me has hecho, no puedo evitar echarte de menos.
Echo de menos que me cojas, y bien apretada a tu abdomen, te tires al agua, me hagas rabiar, salir empapada y echando humo de la piscina, después mirarte, y mientras das vida al jardín con tu sonrisa, que digas “Me encanta cuando te enfadas”
Para mi es uno de los recuerdos más bonitos de mi corta vida, dudo que tú te acuerdes de algo tan insignificante, insignificante, sí, como yo.
Todos sabemos que el físico nos atrae, la personalidad nos enamora, y el orgullo nos separa.
Pero, ¿Qué nos ha pasado? Por culpa de un accidente todo ha cambiado, he perdido al único e irrevocable componente que daba sentido a mi vida.
Es jodido que me ignores, pero es más difícil fingir que no me importa…
Ahora para mí todo está oscuro, añoro levantarme entre las cuatro paredes de una triste habitación de reformatorio, desayunar rancias galletas mojadas en leche fría, llevar un pálido uniforme gris, solo y únicamente porque sé que estas a metros de mi, que con dar míseros pasos, puedo notar tu olor, observar tu cara preciosa, esa que aparece en todos mis sueños, sentir el calor de tu cuerpo y observar cada abdominal tuyo como bollito recién salido del horno
Quiero que vuelvas a ponerte delante de mí que creas ser el más guapo del puto universo, que te flipes, que me hagas rabiar y sentir vergüenza, que hagas lo que sea para producir mi furia… Pero al menos, vuelve a ponerte en frente mía, por un minuto, por un segundo, quiero saborear por última vez a Emilio Eric Paolo Skoldberg Surita
Pero, solo es un sueño, solo.
Guardaré esto en lo más profundo, NADIE podrá sacarlo de allí, porque a Eric, a mi Eric, nadie lo va a apartar de mí…
Al menos el vivirá en mi corazón, siempre.
Tu eres el significado de la palabra todo, se podría decir que más de una vez me he preguntado si serás como yo, si piensas en mi antes de acostarte, al levantarte, y en cada bocanada que tomas de aire, tranquilo, he desechado esa idea.
¿Te acuerdas de esa estúpida sonrisa en mi cara? Sí, tú eras el motivo
Soñaba con desayunar contigo en la cama, o desayunarte en la cama, da igual, con estar triste, destrozada y oír de tu boca “Sonríe, porque, en serio, lo único que te falta es la corona, princesa”.
El hecho de que fue bonito, tú eras el motivo.
Ahora, tú has empezado una nueva vida, con ella, con el amor de tu vida ¿Te parece bien si yo hago lo mismo? JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ buen chiste, si mi puta vida eres tú.
Pero no olvides que siempre quise verte feliz, siempre lo querré aunque ya no estés junto a mí.
Es que yo soy tan “para siempre” y tú eres tan “mientras tanto”… No somos compatibles, pero dime ¿Cuántos puzles encajan cuando las piezas son idénticas?
Pero a pesar de todo esto, sonreiré, y le hare saber al mundo que hoy soy más fuerte que ayer.
Yo no soy como tú, a mí ni un accidente de coche, ni un terremoto, ni una invasión extraterrestre me hará olvidarme de ti, ni siquiera un coma de un año entero, aquí sigo, con las mismas mariposas de siempre revoloteando, ahora algo mas dolidas y sin fuerzas, pero ahí siguen y seguirán por siempre.
No me gustas. No te echo de menos. No me importas. No me creas.
Y ahora, esto es un adiós, intentare seguir con mi vida, va a ser difícil, pero nadie dijo que sería fácil.
Solo que sepas, que, estar contigo, ha sido… No sé, como un cúmulo de nuevas sensaciones, y como tú siempre decías “Las palabras suenan más bonitas en inglés” así que
New sensation
Guarda este video como algo irrompible, en el está todo mi amor hacia ti.

Adiós, te amo como nunca nadie más podrá hacerlo.

"New Sesation" Capítulo 59-Twiter

-No voy a llorar-Lagrima que recorría mi mejilla con dolor-No voy a llorar-Otra salía con continuidad, dejando atrás el beso que me di con Eric-No, no voy a llorar-Todos los momentos en los que me hacia rabiar, que a mí me encantaban, quedaban en el recuerdo- ¡No voy a llorar!
Karen sollozaba al verme así de trastornada, yo chillaba, con fuerza, hasta que me calmé por completo, cogí la servilleta de la bandeja y me sequé las lagrimas, por dentro se me clavaban mil puñales en los cuales, grabado en plata, aparecía el nombre de Eric, como me abandonó, y lo que de verdad le importaba, solo me quedaba una cosa por comprobar, para saber si realmente había sido una parte insignificante en su movida vida.
-Karen-Llamaron a la puerta
-Tía vienen a visitarte, yo me voy.
-Al final del día quiero que vuelvas, y me traigas un ordenador.
-Pero…
-¡Tú tráelo ¡
Abandonó la habitación y a continuación mi revuelta y eufórica familia empezó a pasar a la habitación llenándola de calor y alegría, algo muy acogedor.
Mi padre me abrazó con fuerza, venia cansado del trabajo y algo dolorido, pero no le había visto más feliz en mi vida, su nombre es Sergio, la verdad hay que reconocer que mis padres son bastante guapos, mi progenitor siempre ha tenido una vida de putero, hasta que mi madre le paró los pies, sus achinados ojos mostraban felicidad, adoraba a mi duro y estricto papá.
Luego mis tíos, abuelos y primos entre llantos y risas me alegraron la tarde, con regalos y tonterías a tutiplén.
Los padres de Karen también optaron por visitarme y traerme unos pendientes de aro de la tienda Claires, su madre se llamaba Nieves, rubia, como ella y guapa, su padre, o quizás su tío, bueno, digamos que el padre de Karen, Alejandro, tiene un hermano gemelo llamado Guillermo con el que siempre le confundo, yo no sé cómo se las arreglara Nieves para distinguirlos…
Mi hermano también llegó, algo más tarde que los demás, lloró como nunca antes y prometió que cuanto antes me traería al pequeño Viagi para que le conociera.
Cuando todo el barullo pasó, la enfermera me ayudo a ducharme, que bien sienta agua fresquita y jabón lagarto después de un año sin ducharme, asqueroso.
Cené, puse la tele y de repente la puerta volvió a abrirse, Karen apareció, esta vez menos arreglada, con un moño algo destartalado, vaqueros y una camiseta de tirantes roja, sacó del bolso un portátil pequeñito y me lo depositó en las piernas, se sentó en un extremo de la camilla y empezó a observar lo que hacía.
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Nervios
Buscar: Emilio Eric Surita
Observé sus últimos twets, estaban en Brasileño y como me suponía, en ninguno aparecía mi nombre, me metí en sus fotos, quería saber si algo de mi quedaba aun en su corazón.

Picha aquí para ver la foto.
"Con mis chavales de juerga"
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"Una buena tarde en compañía de la family"
Se había cortado el pelo, estaba tan guapo, mas maduro y sensual, increíble sin duda.

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"De comida familiar con mi hermano :P"
Dudu también estaba mucho mas cambiado, antes Eric le sacaba una cabeza, ahora tenían casi la misma altura.

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"Para todas mis fans, os quiero lindas"
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Aquí, empecé a llorar de nuevo, mis manos temblaban y mi boca las imitaba, leí con ganas de morir por dentro.
"Con la chica de mis sueños"

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"Mi niña y yo con nuestro idolo"
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"Eso quiero, tanto tiempo contigo"
Hubo un incomodo silencio en el que mis ojos no paraban de expulsar lagrimas, me quemaba por dentro, y no había estado tan sumamente destruida en mi vida.
-Dakota no tienes porque ver esto...
-No-Corté a Karen-Puedes dejarme un momento sola, necesito escribir.
-Si, pero... ¿Para qué?
-Es la hora de despedirme de él, y empezar una nueva vida.

"New Sensation" Capítulo 58- Que se joda

Un año, 360 días perdidos en una fría camilla de hospital, sobreviviendo gracias a medicamentos dañinos, suero y una maquina que media cada latido de mi corazón, bum, bum, bum, así durante las 8.760 horas de un año, así, perdí mi vida, porque ahora ¿Qué me queda?
-No Karen-La miré con ojos tristes-Un año no, ayer mismo me caí y estuve inconsciente, hoy me he despertado, voy a salir de aquí y en la habitación de al lado estará Eric, con algunas vendas y escayolas, pero despierto y consciente de que no le voy a abandonar-Seguía mirándola, cada vez mis palabras entristecían mas su rostro- Dudu me abrazará, Anne arropará con sabanas de franela a Emilio Surita padre, y todo seguirá igual… Verdad
Lentamente, una gota de agua salada salió de la comisura del verdoso ojo de Karen, hizo que su rímel se corriera, yo, me desgarraba por dentro y volví a repetir
-Verdad…- Amarré la sabana bajera con mi mano, esperando una respuesta, aunque fuese un simple “Sí”…
El chirrido de la barata puerta nos dio la libertad de escapar de aquel incomodo momento, a punto de romper a llorar se encontraban los ojos de aquella bella mujer morena, Paula se llamaba, sí, no me subestiméis, porque esa mujer me había traído al mundo.
-¡Mamá!-De mis ojos pocas lagrimas han caído a lo largo de estos 16… Bueno, ahora 17, pero es mi madre, ¿por ella?, un mundo.

Picha aquí para ver la foto.
-Mi vida…-Su largo pelo moreno acaricio mi demacrado rostro, digno de un zombi de primera, me apretó con fuerza sobre su tórax y por el parecer no quería soltarme nunca, sus lagrimas mojaban mi espalda descubierta por el camisón de hospital, creo que es lo único bueno que me había pasado aquella mañana, sentir el calor de una madre, tanto tiempo sin verla, sin catar su olor a vainilla y coco, sin sus besos de chocolate, una revuelta de sensaciones y olores que nadie es capaz de hacerme sentir, solo ella, mi madre.
-Estas bien vida mía, por favor Dakota este momento es el más feliz de mi vida, creía que te perdía-Colocó un mechón de su teñido pelo detrás de la oreja-Y ahora estás aquí, nunca más te voy a separar de mi lado, por muy mal que vayan las cosas-Volvió a darme un beso, bueno, unos cuantos, yo sonreía.
-Mami-Intente pegar un extremo de la tirita que andaba suelto por mi mano-Te quiero
-Y yo a ti tesoro-Sonrió mientras lloraba, pero de felicidad-Papá vendrá en menos de ya, está totalmente eufórico, ha salido del trabajo como una bala, la familia también esta de camino, y…-La enfermera irrumpió en la habitación, entró con una bandeja azul celador llena de comida.
-Por favor, abandonen la habitación-Invitó con la mano a que traspasasen la puerta, yo cogí a Karen del brazo.
-Tú, quédate…-La enfermera encogió los hombros y posó la bandeja en una mesa blanca, la subió hasta mi altura con una ruedecilla y la puso en frente mía.
Había arroz blanco en uno de los apartados, en otro más pequeño se encontraba el pan, en un extremo el agua, en un hueco algo más grande un filete ruso, y de postre, pera.
Cogí el tenedor sin pensármelo dos veces y ataqué el arroz, apenas tenía sabor pero me sentaba a gloria, comía con placer y muy rápido.
-Creo que eres la única persona a la que le gusta la comida que le dan en el hospital.
-Si tu llevases un año sin meterte alimentos en la boca harías lo mismo, ahora me comería hasta semen de mono-Karen miró hacia arriba y hizo un sonido extraño con la boca.
-Pero mira que eres asquerosita
Solté el tenedor y me limpié la boca, subí mas el respaldo de la camilla y a continuación crucé los brazos.
-Karen, cuéntame todo por favor…
Ella se encontraba tocando el tacón de su zapato, evadiendo mi mirada y pensando muy bien cómo iba a argumentar lo ocurrido sin causarme ninguna alteración fatal para mi estado de salud actual.
-Veamos-Se acomodó en el sillón-Hace exactamente un año, recibí una llamada de Dudu, me alegre bastante ya que sabes que a mi ese niño me encanta, y para mí fue un orgullo conocerle porque es tan sumamente gu…
-Karen…
-Vale, vale-Prosiguió- Me llamó bastante alarmado, me dijo que Eric había sufrido un accidente, que un coche le había atropellado y que estaba totalmente inconsciente, la verdad me dijo que su vida no corría peligro porque le habían atendido muy rápidamente, a continuación me dio la noticia escalofriante, la de que te habías golpeado la cabeza, abriéndotela así, y que también yacías inconsciente, ahí fue cuando avisé a todo el mundo, tus padres viajaron a Brasil, y estuvieron allí un mes aproximadamente, hasta que decidieron que querían que te recuperases del coma aquí en España.
En unos meses largos no supe nada de los Surita, la verdad, tampoco me importaban, solo tú, hasta que un buen día Dudu volvió a telefonearme, me contó que por allí todo iba bien, que Eric se había recuperado con éxito y que todo marchaba bien, me preguntó por ti, y le dije que todavía seguías en coma, me dio muchos recuerdos y buena suerte para ti.
Me quedé pensando, me encontraba mal.
-Y Eric… ¿No pregunto por mí?
-No…
-¿Ni una llamada?
-No Dakota
-¿Un email, un fax, una simple muestra de interés?-Comencé a llorar, esta situación me superaba, lo más importante de mi vida se olvidó de mi en un puto año.
-Mira Dakota, no sé lo que le pasa, pero el único que se preocupó fue Dudu, el sigue su vida, acéptalo, tu sabias como era el, siempre ha sido un putón…
-¡Me dijo que yo le hice cambiar!-Mi llanto aumentaba
-Ya está, amor-Me abrazó.
-Se ha olvidado de mí
-Tú vales mas, olvídale tu a él, y que se joda.
-Sí-afirmé secándome las lagrimas- Que se joda.


New Sensation" Capítulo 57-Uno más, uno. 

Se escuchó el eterno grito de los neumáticos viejos rozando brutalmente con los frenos puestos el asfalto inclinado, Eric empujó mi cuerpo hacia la acera, yo caí empicada y golpeé mi cabeza contra el cemento, todo se me nublo en un eterno instante, en el que, no, no pasó toda mi vida en milésimas de segundo, sino que vi como el esbelto cuerpo de Emilio Eric Surita chocaba con la parte delantera de ese maldito Audi rojo desgastado, como rebotaba cual pelota de goma y como se estampaba al son de un crujido escalofriante, dado a que sus huesos quebraban como ramas de ar.. arbo… Toqué mi cabeza, mi mano se tiñó de rojo cabuleado, la sangre cesaba, no acaba nunca, ya no sentía nada, solo llegaban a mí los cansados latidos de mi corazón que disminuían, y disminuían y…
Pum.
Abrí los ojos con parsimonia, tenía la incierta sensación de que no se habían abierto en mucho tiempo, pasé mis dedos, algo extraños tal vez, por ellos, para apartar las numerosas legañas que cegaban mi campo de visión, me recosté, mis pupilas parecían dilatadas, y mi mirada nerviosa, los ojos, mis ojos, se movían con rapidez divisando aquel lugar tan asquerosamente poco familiar, era claramente la más fría habitación de hospital que existe.
-Por favor, hay alguien-Silencio, entristecedor- ¿Hola?-Dakota, deja de intentarlo, no, nadie me escuchaba.
Resoplé, una maquina, de mi altura aproximadamente, marcaba mis pulsaciones, era un ritmo bastante pausado, la grafica era color verde, lo que quería decir que todo iba bien, que nada podía ocurrirme en esos instantes, de la aparatosa maquina salía un cable, que si lo recorrías con la mirada te conducía hasta mi abdomen, donde dos lapas molestas ardían pegadas a mí, extraño, en mis manos, en cada una de ellas, la verdad, bastante demacradas para una noche de inconsciencia, había clavadas dos agujas finas sujetas por tiritas de color carne, con poros totalmente antiestéticos, estaba enganchada a maquinas, me alimentaba de suero directamente inyectado en mis venas, esto me resultaba familiar, a mi hermano Guille le hicieron lo mismo, cuando de la apendicitis se trataba, pero el tiempo que se necesitaba para una buena recuperación era mucho, y yo solo había estado una noche en urgencias… Solo una…


Empecé a sudar y a agobiarme, comencé a revolver entre las sabanas blancas de la camilla, las descoloqué por completo, por fin encontré un botón rojo al que pulsé varias veces, no lo entiendo, pero las lagrimas recorrían mi rostro dejando un rastro de amargura, quizá por la simple razón de que odio los hospitales, o porque el hecho de estar enganchada a una maquina que no sea el ordenador me provoca mal estar, o porque quería saber cómo estaba Eric, sí, Eric.
La puerta se abrió con rapidez, un hombre caído en la edad de la madurez, con canosas melenas, pero abundantes, envuelto en una bata blanca y acompañado por una exquisita rubia de verdes ropas, dignas de una enfermera en prácticas, me miró, yo resoplaba por la boca con cara de idiota, tragaba agria saliva mientras ellos miraban sorprendida, el doctor apuntaba en su libreta con orgullo, la enfermera se acercó a mi impactada, con una medio sonrisa bastante sincera en la cara, yo la miraba con frecuencia, con miedo y sin apenas paciencia, seguro tenía una melena que ni el rey león en su época de apogeo, me apostaba el cuello.
-Es casi un milagro- Apretó sus dedos índice y corazón en mi muñeca
-Chss-Aullé dolorida, ya que tenía una puta aguja metida.
-Tranquila-Por la expresión de su cara parecía que todo iba bien, todavía me miraba sorprendida-No puedo creer que tus grandes ojos estén abiertos, pequeña <<¿Pequeña, imbécil, tengo 16 años, y seguro que mas cerebro que tú>>
-Já-Elevé mis labios en una media luna, mostrando una sonrisa-Ni que hubiera estado muerta.
Se alejó de mi camilla hacia la puerta
-Pues casi-Salió y dio un pequeño portazo a su ida, anuncio que ya podían pasar las visitas, sus zapatillas de plástico chirriaban con el suelo, pero…Espera ¿Cómo que casi?, que casi estuve muerta, empecé a preocuparme, sudaba, mis ojos enrojecían por momentos, inyectados en sangre, necesitaba el aire, me faltaba, parecía que entre esas cuatro paredes no había una puta bocanada de aire, volvió a abrirse la puerta.
-Dakota…-Los ojos de la flacucha Karen enrojecieron, corrió eufórica hacia la camilla y se tiro encima mía, yo le aparté.-Madre mía, estas, tan…
-Fea, dilo.
-No… yo diría que cambiada.
“¿Cambiada?” Pensé, pero si ella era la que mas cambiada estaba, solo había pasado unas semanas desde que no la veía, ya no llevaba su habitual flequillo recto, llevaba la cara completamente despejada, tenía que darme la marca de su champú porque el pelo le había crecido de una forma casi inhumana, si mi intuición no fallaba su talla de sujetador ya no era la 85, sino la 90… Parecía más madura y algo más alta y esbelta…
-¿Dakota?-Seguía mirándola sin prestarle atención, ella encogió los hombros y sacó un móvil grande y psicodélico que no había visto nunca antes.
-¿Desde cuándo tienes ese móvil?
-Pufff-Levantó la mano y la movió en círculos-Desde hace un montón-Lo guardó de nuevo-Estas despierta, no me lo puedo creer, te he echado tanto de menos.
-¿Y Eric?-Karen me miró fijamente, su mirada era fría como el hielo, podría destruir cualquier cosa.
-Pues no lo sé Dakota, hace mucho que no sabemos de él… ¡Mira lo que te ha comprado Micaela!
-¿Micaela?-Me senté en la camilla y miré como Karen buscaba entre las infinitas cestas que había encima de la mesa, algunas llevaban fruta, otras peluches de distintos animales, otras un surtido de bombones y pastas con deliciosas apariencias, al fin la pequeña rubia con tacones sacó una foto en la que salían tres personas, se acercó más a mí y la posó en mis piernas, yo la cogí, con cuidado para no romperla, de aquellos tres individuos solo reconocí a uno de ellos, mi hermano Guille, la verdad, es que me costó asociarle, porque, estaba tan cambiado, parecía que al menos un año había pasado por su impoluto rostro de porrero alocado, rebelde sin causa o hermano pelma, volteé la foto, por detrás, con una horrible caligrafía se encontraba escrito en doradas letras.
“Princesa, recupérate”
-Karen, quien es esta chica
-Micaela, La novia de tu hermano…
-¿Y el niño?-Señalé al pequeño bebé que se encontraba apoyado en una especie de colchón, el que, curiosamente, guardaba gran parecido con mi hermano.
-Pues… Es Viagi-Una pausa, eterna-Tu sobrino
-¿Qué?...-Me petrifiqué, como si el basilisco de Harry Potter me hubiera mirado-Mi hermano tiene 18 años Karen.
-No… Tu hermano tiene 19 años…
Mi corazón empezó a acelerarse, empecé a asociar todo en un segundo, porque yo estaba tan horrible, porque Karen estaba mucho más guapa y cambiada, porque mi hermano tenía un hijo, porque…
-Que día es hoy…
-17 de Julio de 2013, hoy hace exactamente un año.
Un año en el que caíste en coma. 

"New Sensation" Capítulo 56-SKATE 

-Yo es que soy más de líos ¿Me entiendes no?-Arrugó un ojo, adelantó su mano derecha, como muestra de lo que estaba diciendo era totalmente ético y moral.
-Pues yo es que suelo ser mas de pegar puñetazos-Añadí furiosa
-Creo que me voy
-¡Más vale que corras!-Comencé a mover con continuidad mis piernas, iba rápido, enfurecida, últimamente era mi estado normal, pero ¿Sí le quiero? Que puedo hacer contra ello..
Eric bajó las escaleras mirando por donde pisaba, llevaba una velocidad rápida y su pelo se movía al son de los soplidos del viento, yo le perseguía, mas destartalada, y sin seguridad alguna, ya que siempre que corría, solía caerme y romperme cualquier tipo de hueso, por muy duro y oculto que esté.
Me cansé, opté por sentarme en el séptimo escalón blanco, y descansar de la pequeña maratón que en un momento habíamos montado, apoyé las manos en el peldaño superior, sentí como la molesta arenilla se pegaba en las palmas, deje que mi pelo se deslizase hacia atrás por mis hombros mientras subía la cabeza, allí, donde antes se encontraban todos nuestros amigos, había quedado vacío ¿Pero que coñ…? No me lo podía creer, nos habían dejado solos, Eric ya se encontraba en el nivel inferior del Cristo redentor, me levanté, y asomándome por la barandilla de la escalera deslice la cabeza hacia arriba, amarré mi chaqueta abrigándome más, el tiempo empeoraba por momentos y era hora de salir de allí.
-¿Se han ido?
-Eso parece…-levanté los ojos y volví observar ese solitario balcón, donde antes yacían alegres personas observando uno de los mejores momentos de mi vida-¿Qué hacemos?
-¿Tu qué crees? Tenemos que bajar a pie- se agachó y metió por los calcetines un cordón verde que se le había desatado al correr, yo abrí los ojos y negué con la cabeza un par de veces.
-Deja el crack, yo no bajo a pie-Le aparté con la mano sin establecer ningún tipo de contacto visual, es decir, sin mirarle, y empecé a divisar el paisaje, solo veía escaleras, y escaleras, y más escaleras, ¡Ah y también!.. Ah no, son más escaleras… También estaba allí la carretera por donde los coches accedían a ver la estatua, esa obra que había visto mi beso con Eric, será cotilla… Ya estaba delirando por estar tanto tiempo allí, había pensado un par de maneras de salir de aquel lugar
Primero: Bajar las escaleras, las tropecientas escaleras que había hasta el final de la montaña, es que son ganas de tocar los cojones, el Cristo redentor también hubiera quedado muy bien en el suelo plano, coño.
Segundo: Hacer autostop, además, con Eric Surita el primer coche de desesperadas que pasase por allí iba a cogernos, aunque tendría que haberme dado cuenta que a las diez de la noche poco coche pasaba por allí….
Tercero: Bailar el “hula-hula” hasta que un pony verde melón nos venga a recoger…. No he dicho nada.
-Venga, hay muchas escaleras que bajar-Cogió mi brazo y tiro de él, yo, ya casi dada por vencida accedí a seguirle y morir bajando las miles y miles de escaleras, hasta que casi fugazmente, a la luz de una farola oxidada y vieja, vi como dos skates negros metalizados apoyaban en el bordillo de la acera, en España siempre solía salir a la calle con el mío, era del grupo de rap “Duo Kie” y se me daba bastante bien manejarlo.

Picha aquí para ver la foto.
-Eric, vamos a bajar por la carretera-Señalé los skate con el dedo índice
-Mmm-Parecía bastante incomodo-Mejor no, vamos caminando
-¿No sabes hacer skate?-Alcé una media sonrisa y crucé los brazos orgullosa, el me miró indignado.
-¡SI SÉ! Es que no me apetece…-Desvió la mirada hacia la estatua, los focos le iluminaban, que precioso era.
-Eric…-Palmeé el suelo con la planta de la zapatilla, impaciente-No sabes montar ¿Verdad?
-Complementos hawaianos
-Eso no tiene sentido... Imbécil.
Tuve que aguantar la risa, y tirar de Eric con todas mis fuerzas, logré acercarle hasta los skate, cogí uno y se lo planté en la boca del estomago, el se encogió levemente por el golpe pero después lo miró con asco, tiré el mío al suelo y me subí, nada mas posar mis dos chanclas en él cerré los ojos, me recordaba tanto a mi lugar de nacimiento, a las tardes calurosas en la que el mejor transporte era esa pequeña tabla con ruedas, un golpe me alarmó bruscamente y borró mis pensamientos, Eric había dado una patada al skate.
-Que no quiero
-Sube, venga que te cojo de la mano-Estiré el brazo ofreciéndole mi mano.
-¿Te crees que tengo 6 años?
-De mentalidad te echaría incluso menos-Me miró mal y sonrió.
-Da la casualidad de que un niño de 6 años no se tira a…
-¡Cállate!-Bajé de mi skate y le empuje-Sube.
Después de un resoplido y de tornar los ojos apoyó sus zapatillas de Jack and Jones en la tabla, subía con miedo.
-Espera-Me acerqué a él subida a mi skate y le di la mano-¿Vamos?
-Como se lo cuentes a alguien acabo con tu vida.
-No se lo voy a contar a nadie, y tú nunca me harías daño.
-Losé-Me dio la mano y bajamos un pie ambos para coger impulso, la empinada cuesta nos daba la velocidad suficiente, íbamos bajando con cuidado, bueno, hasta que.
-¡CUIDADO! 


"New Sensation" Capítulo 55-Momentos.

Hay momentos que marcan tu vida para siempre, se quedan en el recuerdo como las cicatrices de las mas profundar heridas en la piel, momentos realmente importantes o instantes sin sentido, momentos que, quieras o no, nunca se separaran de ti, iniciando o finalizando etapas de tu vida, sean las más felices o las más duras quizás.
Poniendo claros ejemplos, la tranquilidad te inunda, tus ojos yacen cerrados y te encuentras encogido, tu cuerpo carece de ropa y estas sumergido en la más placentera y caliente agua, de repente todo se tambalea, el agua se extingue en segundos, ves la necesidad de salir de allí, por muy cómodo que estés, empujas, alguien empuja por ti, oyes gritos, muchos gritos, de dolor, un dolor inmenso, por fin puedes escabullirte y sacas la cabeza, algo extraño te agarra y tira de ti, se escuchan los últimos dolorosos alaridos y ya está, estás fuera, sí, acabas de nacer.
Eso es algo de lo que nosotros mismos somos incapaces de recordar, pero nuestros padres lo recuerdan con claridad, siendo para ellos el más bonito día de sus medianas vidas, y por ello, para ti también
El día en el que mis padres me dieron la vida.
Desde ahí, empecé a caminar, peleé con mi hermano por usar mi cocinita de juguete como fuerte de guerra para sus soldaditos, las vacaciones en Gandía, donde probé por primera vez la arena de la playa, la entrada al colegio, la primera vez que logré hacer la voltereta sin ayuda, mi vieja y asquerosa profesora que me castigaba sin recreo por no hacer los deberes, las escapadas de fin de semana al pueblo con mi familia, los pasteles de arándonos y fruta rojas que compraba mi madre, las bromas pesadas por parte de mi padre que a mi tanto me molestaban, las infinitas veces que cogía cosas de mi hermano Guille sin permiso, mi primer amor, Carlos, con el que me di una especie de beso raro, jugar con Karen y terminar pegándonos de broma, los frigopie que compraba en el Kiosco de la señora Marina, donde siempre me regalaban un chicle, las longevas siestas después de las excursiones escolares…
Sí, son momentos que recuerdo y recordaré siempre, algunos más importantes que otros, pero todos forman parte de mí, por eso son especiales. ¿Qué por qué os cuento todo esto que no os importa una mierda? Por el momento que estaba viviendo, porque allí seguía yo, notando el frio en mis pies, aunque no me importaba, a la luz de la luna, cosa que me daba igual, debajo del inmenso e imponente Cristo Redentor de Rio de Janeiro, y lo siento, pero seguía siendo indiferente para mí, lo que más atención recibía en esos momentos por mi parte era Emilio Eric Paulo Skoldberg Surita, su cuerpo rozaba el mío, seguía mirándome con esos ojos color miel, llenos de vida y alegría, misteriosos, perfectos e inigualables, pero lo más impactante es que se clavaban en mi, sus manos posaban en mi cintura tranquilas, eran masculinas y morenas, las embellecían mas de lo que estaban unas pulseras de cuero color marrón, yo le acogía rodeándole por el cuello, seguía temblando, y no podía evitar que se me escapara una sonrisa despistada de vez en cuando, era demasiado feliz para ocultarlas, el viento soplaba con más fuerza, Eric movía sus manos frotando mi espalda para que la sensación de frio no fuera tan horrible, yo notaba como su pelo se movía acariciando mi mano, era suave como la seda, de el color marrón más bonito que haya podido ver jamás en mi vida, me apoyé en sus pectorales, ya había evadido su mirada, y pude sonreír tranquila, si, mis labios hace escasos segundos se habían juntado con los suyos, una fusión única, exótica, perspicaz, placentera, sexy, la verdad, si queréis saberlo exactamente tendríais que besar a Eric Surita, porque nada es comparable con la suavidad, el tacto, la comodidad y placer que producen sus carnosos labios, como en la mitad del beso sonreía, y he descubierto y estoy completamente segura de que no hay mejor sabor que la sonrisa de otra persona en tu boca, a ratos jugaba, mordía mi labio inferior divertido, con sus ojitos cerrados, yo miraba de reojo sin abrir demasiado el parpado y veía su angelical y masculino rostro mientras me besaba, quizá allá cosas más bonitas en el mundo… ¡Que digo! No, no las hay, él es lo más bonito existente.

Noté como se apartaba con suavidad de mí, yo miré a mi alrededor, nadie estaba allí por suerte, di un paso hacia atrás, le volví a mirar, con su camiseta negra marcando abdominales, ya no sentía tanta vergüenza al hacerlo.
-Bueno…-Rasqué con la punta de mi sandalia el tobillo izquierdo, si era una sensación incomoda, nos mirábamos sin saber que decir, el, tan extrovertido como siempre, me miraba mientras sonreía, no le daba vergüenza, era tan echado para adelante-¿No vas a decir nada?
-Bueno-Se apoyó en la barandilla, se marcaron los músculos del brazo en exceso, mi hombre, Dios, mi hombre-Sí. –Estaba intrigada por lo que Eric iba a decir-que se te ve el sujetador.
Me subí la camiseta ocultando la tira del sujetador, crucé los brazos y choqué las pulseras de plata de ambas manos, puse cara de mala ostia y le miré, Eric sonrió y siguió hablando.
-¿Como es el cierre? El del sujetador ¿Por delante o por atrás? Lo digo porque los de delante se me da mal desabrocharlos, ósea que lo tendrás que hacer tú cuando lo hagamos en la cama, o donde sea-Abrí los ojos y adelante la cabeza mirándole más fijamente, me quedé anonadada y quería tirarle una piedra o algo parecido, el se tuvo que sentar de la risa en el frio suelo de piedra, me acerqué a él y le cogí de la camiseta, el se levantó y volvió a cogerme de la cintura, tiraba besos al aire y me miraba sonriente, intentaba detectar alguna mínima imperfección en su rostro, pero fue imposible.
-No seas guarro Eric, que te vas a llevar una ostia
-Pero una ostia donde ¿eeh?-Bajó la mirada hacia abajo.
-En la cara imbecil-Intenté levantar la mano, pero la tenia paralizada entre las suyas, se reía y observaba mi rostro enfadado.
-Pero si me has besado, ¿Ahora quieres pegarme? Uy que mala-Seguía removiéndome intentando escapar, pero como sus musculosos brazos mostraban, era algo casi imposible.
-Yo no te he besado ¡Tú me has besado!
-Mentira, mira que eres mentirosa ¿eeh?
-Verdad, ¡imbécil!-Pegaba patadas al aire, porque era incapaz de darle a él en aquella posición.
Escuchamos barulló, y paramos, estábamos desconcertados porque no sabíamos de donde venia el ruido, Eric alzó la cabeza y miró hacia las barandillas de más arriba, ahí asomaban la cabeza Dudu, Winona, la madre y el padre de Eric, Joan, Igor, y otros dos que tenían pinta de turistas, genial…
Dudu empezó a dar palmadas, los demás les siguieron, Winona casi lloraba de la emoción, nos envolvieron en un caluroso aplauso, yo tapé mi cara vergonzosa y sonreí, Eric también enseñó sus deslumbrantes dientes mientras me agarraba de la cintura, Anne se emocionó y grito a los cuatro vientos.
-Viva la pareja más bonita de todo Rio-Eric y yo nos estremecimos, nos volvimos a separar incómodos, nos miramos perplejos.
Entonces…-Puse un mechón de pelo que me molestaba detrás de la oreja-¿Somos...? Eso, ya sabes…
-¿El qué Dakotita?-A Eric le encantaba verme nerviosa y avergonzada-¿Novios?-Me miró con los ojos más abiertos y sonriendo vacilante.
-Sí…-Le miré, y luego miré al suelo
-Pues…

"New Sensation" Capítulo 54- ¡ODIO!

-¡Yo no subo! ¡Es que más claro no te lo digo, guapo!-Me crucé de brazos y me senté en medio del asfalto, así, porque me apetecía, para que hubiera venido un coche en aquel momento.
-Eric, cógela-Ordenó Dudu bastante serio.
Parecía que a Eric le divertía la idea de cogerme y hacerme de rabiar, así que se acercó a mí ,agarrando mis desnudas piernas por las pantorrillas, y depositando su mano en mi espalda, me subió, es raro, que la persona a la que mas adoras del planeta te tenga en sus brazos, y tu, impotente, no puedas darle un beso, de esos que se recuerdan para toda la eternidad, de esos que por pequeños que sean, marcan grandes sentimientos en ti, dejando una fuerte huella en el corazón.
-¿Vas bien?-Sus ojos brillaban, más que dos luceros, su boca se movía con absoluta perfección dejando sonar cada palabra que salía de ella como sinfonías de violín.
-Sí…-Apreté mas mis brazos, rodeando su cuello con más fuerza, el sonrió, lo que daría yo, por ser una simple vena, arteria, célula de su increíble persona, me apretó las piernas, yo subía el culo hacia arriba molesta, el siguió divertido, aunque sea de la manera más estúpida posible, que su piel estuviera en contacto con la mía era mágico, irrepetible, podría decir que hasta irreal; perfecto.
-Eric, ¡para!
-¿Te molesta?-Preguntó subiendo un poco el labio, mientras dejaba lucir sus dientes en una media sonrisa mortal.
-Sí
-Entonces, con más razón-Empezó a apretar mis muslos con las dos manos, yo me quejaba, chillaba, le insultaba, el reía, Dudu se hartó, yo no sé porque no nos había soltado un guantazo a cada uno.
-La madre que os pario ¡Entrar al taxi!-Nos señaló un vehículo amarillo con rayas negras, el letrero de “taxi” se iluminaba en el techo, Eric me soltó suave, tenía las marcas de sus manos, ojala y pudieran quedar en mi para siempre.
-Menos mal, por poco Dakota me pega la rabia-Se mordió la lengua mientras guiñaba un ojo.
-Y tú que ¡So’ piojoso!-Porque Dudu me tenia agarrada y hacia fuerza en contra de mi voluntad para meterme en el coche, sino el guantazo se lo habría llevado.
Dudu apretó mis piernas para que postrara mi culo en el asiento, agarró el cinturón de seguridad y lo pasó por mi costado, abrochándolo después, Eric se sentó en el asiento de al lado, parecía que no le hacía mucha gracia que su hermano nos estuviera obligando a ir a el Cristo Redentor, miraba su camiseta distraído, me tenía muy cabreada, así que opté ir todo el viaje mirando por la ventanilla, ajena a quienes estaban dentro del vehículo.
-Ao Cristo Redentor, faz favor-Añadió el pequeño de los Surita sentándose en el asiento copiloto.
-Hoje está esvaziou todo isso senhor-El conductor pronuncio en Brasileño, dijo algo como que estaba muy vacía la estatua.
Arrancamos, la ciudad se veía iluminada, cuanto más subíamos, más hermosa, el cerró del Corcovado se encontraba en lo alto de Rio de Janeiro, el Cristo Redentor abría sus brazos, protegiendo a todos sus habitantes y siendo así una de las mejores esculturas creadas jamás.


Me reflejaba en la ventanilla, las luces me deslumbraba fugazmente y éramos el único coche que subía a dicho lugar, tardamos poco, ya que el taxista cogía velocidades de hasta 170 kilómetros hora.
-Já chegamos, serão 15-El taxista abrió su mano para recibir el dinero, Dudu lo depositó y nos mandó salir del coche.
Hacia frio, yo llevaba una sudadera de los Celtics en blanca con tonos negros y algo me abrigaba, allí estaba, enorme, más impresionante que en las fotos, el Cristo Redentor, daba tortícolis mirarlo entero, y también había una barandilla, si te asomabas por ella, veías absolutamente toda la iluminada ciudad de Rio, yo estaba exhausta, sorprendida, Dudu me empujo con suavidad hacia ella, a unos metros de mi, algo alejado, colocó a Eric, nos extrañaba, el viento soplaba pero era agradable.
-Esta es la idea-Escuchamos inquietos-Dice la leyenda…
-Ya va a empezar a decir mamonadas el niño este-Interrumpió Eric.
-Cállate, coño-Se cabreó- Dice la leyenda que el Cristo Redentor sana todo, vosotros tenéis una enfermedad, aunque todavía no lo sepáis, así que esto es lo que vais a hacer, vais a gritar a toda la ciudad de Rio-expandió la mano para mostrarnos como se veía de bonita-todo lo que os odiáis el uno al otro, pero no os miréis, solo gritarlo, con fuerza, hacerlo-Dudu bajó veloz las escaleras y desapareció, quedamos en silencio, solo se escuchaba el retumbar del viento con los papeles del suelo.
-Esto es una gilipollez-Eric se movió, andaba en dirección de las escaleras para salir de allí
-¡ODIO CUANDO ME INSULTA SIN MOTIVO!-Todo volvió a quedarse en silencio, Eric recapacitó y retrocedió al lugar de partida.
-¡YO ODIO CUANDO SE METE EN MI VIDA!-Añadió a gritos. Silencio de nuevo.
-¡ODIO, CON MUCHA FUERZA, CUANDO ME DEJA EN RIDICULO!
-¡ODIO QUE ME META EN LIOS!
-¡Odio cuando me hace creer que me quiere, y luego me deja por los suelos!-Baje el tono de voz, me acerqué un poco más a él.
-¡Odio cuando se queda en ropa interior y luego se hace la vergonzosa!-También se aproximo, mirando a el infinito.
-¡Odio, y mucho, que me abrace, me diga cosas bonitas, y luego no signifique nada para él!
-¡Yo odio muchas cosas de ella!, pero me encanta la forma en la que me cuida, cuando sabe que ha hecho algo mal-Tuve que sonreír, el corazón empezaba a avisarme de que Eric Surita era el único ocupante en el, latía, latía con fuerza, como nunca.
-¡No le soporto! Pero amo con todas mis fuerzas su sonrisa, y como es en realidad, tierno, amable, en definitiva, Eric Surita-El respiraba fuerte, yo iba a romper a llorar, la emoción podía conmigo.
-No es perfecta, pero sus defectos me vuelven loco, creo que cuando su pelo me roza soy otro ser, puede parecer agresiva, algo pasota, pero gracias a ella, aprendí a ser mejor persona-Se acercó más, ya le sentía más aproximado a mí, no podía mirarle, sentía demasiada vergüenza, pero el amor estaba tocando e invadiendo cada parte de mi cuerpo.
-Es irritante, creído, un sin vergüenza, ligón, su físico es impresionante, ¿Su cara? La de un ángel, pero ¿Sabes qué? Yo estoy enamorada de él, de su manera de fumar, de su sonrisa especial, de su mirada perdida, de cómo se remueve entre las sabanas, de el calor de su cuerpo, de la suavidad de su pelo, de su actitud, de su ego, de su manera de morder, de su estilo al caminar, podrás darme a alguien perfecto, pero yo siempre te diré “No, yo quiero un Eric Surita” porque podré estar el resto de mi vida sin él, pero ya ha se cogido hueco en mi corazón, se quedara para siempre, por muy lejos que esté, siempre recordaré el olor de su colonia, el brillar de sus ojos, y en la persona que me ha convertido… Es único, es Eric Surita, mi Eric Surita.

Una lágrima calló al frio mármol, el Cristo Redentor seguía con los brazos abiertos tras nuestra, Eric se encontraba a mi lado, prácticamente rozándome, se acercó a mí y susurro despacio en mi oído.
-Ayer me miré a el espejo, y dije “Desde hoy quiero ser feliz”-me cogió la mano e hizo que nuestras miradas se cruzaran- Y tú me vas a ayudar-Agarró mi cintura y me acercó a él, hay me di cuenta, de que el chico de el sueño, ese que repito cada noche, el de el lago, era Eric, por fin podía verle claramente.
-Sigues siendo imbécil.
-Lo mismo digo-Añadió cogiendo mi mano y depositándola en su cintura-Cierra los ojos.
-Po… ¿Por qué?-Estaba nerviosa, y a la vez tremenda e irremediablemente feliz.
-Porque las cosas más bonitas, son las que menos se ven.
-Si vas a besarme, hazlo rápido, antes de que me despierte.
Me cogió como a una pequeña pluma, sus manos era el más cómodo asiento en esos momentos, lloraba de la felicidad, mientras lo hacía, Eric me besaba, y sí, era incluso mejor que como lo imaginaba, ¿Lo importante? Era con él, con lo más bonito que ha podido pasarme en la vida, con lo que, sin duda, quería permanecer todos los putos días de mi vida. 

"New Sensation" Capítulo 53-Callate

-Dudu.
-Calla-Esperé menos de tres segundos para volver a pronunciar su nombre.
-Dudu
-¿¡Qué!?-No quitó la vista del mar
-¡Que hacia dónde vamos!-Me tumbé entre dos asientos que había libres, Eric estaba a mi lado, asqueado por tenerme cerca, será imbécil.
-¿Qué te hace pensar que te lo voy a decir? Calla y disfruta del largo viaje-Alargó la ultima silaba, lo que quería decir que íbamos a tardar bastante en llegar a donde coño quiera que fuéramos.
-Eric-Le apretaba la tripa con el dedo índice, para que me hiciera caso, cosa que no funciono-¡Eric!-Le pellizqué, el solo apartaba mi mano para que dejara de hacerlo, pero ni me miraba, me di cuenta de que en su bañador ponía una frase en inglés “Let´s be fuck”, si bueno, tendría que saber lo que significaba, pero es que las clases de inglés que yo daba no eran precisamente en el aula… Vamos, que me iba de pellas.
-¿Qué significa “Let´s be fuck”?-Pegé a Eric flojito para que me atendiera.
-Vamos a follar.
-¡Vale vamos!, pero luego me dices lo que significa...-Todos se empezaron a reír sin parar, incluso los padres de Eric, bueno, hasta él lo hizo, Winona un poco más y le da un ataque de lo que reía la cabrona.
-Mira que eres tonta eeh…-Se levantó luciendo su escultural cuerpo por el yate, sus celestiales estómagos rugían como sutiles leones salvajes, cogió un sándwich mixto y lo mordió con ansia, pero aunque parezca mentira, seguía siendo sexy, muy sexy.

Sonó mi teléfono móvil.

-¿Sí?-Respondí.
-Dakota…-Una fina voz, algo molesta a veces, pero muy familiar. Al otro lado del teléfono se encontraba Karen
-Anda Karen, ¿Estás en Españ…
-Déjame hablar a mi primero-Me cortó-Lo siento, hubo una confusión, ¿Y sabes qué yo por una confusión no voy a perder a mi mejor amiga? ¿Verdad?
-Sí, que no te liaste con Eric, lo sé Karen, lo sé…-Afirmé acomodándome, ya que se me clavaba la madera de los asientos.
-Sí… ¡Yo creía que sí me había liado! Pero al final resultó que estaba muy borracha, y solo besé a su amigo el panadero…-No pude aguantar soltar una carcajada, ella se mosqueó, lo sé porqué oí como me bufaba.
-Y que ¿Decepcionada?-Pregunté
-¿Decepcionada por qué?
-Joder Karen, porque creías que te habías liado con un Dios y en realidad te has liado con… No tengo palabras para ese hombre-Volví a reír.
-Que graciosa eres Dakota, pero no, no estoy decepcionada.
-¿No?-Me extrañé
-Puede que no haya cumplido mi sueño de estar con un famoso, y más si es Eric Surita, pero he aprendido a valorar las cosas, y creo que prefiero que haya pasado esto, al menos, sigo teniendo a mi mejor amiga a mi lado.-Sonreí inconscientemente.
-Ojala y estuvieras aquí, te pegaría un mordisco en la cara, ¡Bonita!
-Me haces dañó cuando haces eso-Escuche ruidos, como el de un peine desenredando nudos en el pelo-Joder, pedazo enredo tengo aquí-Mira, no me equivocaba
-Ya esta fardando de su pelo de zorra rubia-La hice rabiar, ella se mosqueo y empezó a protestar como una niña pequeña, no me hacía falta verla para saber qué cara de enfadada estaba poniendo en esos momentos-Venga Karen, paz, ¡ah! Y te quiero.
-Joder-Ya empezó a llorar-¡Que te echo de menos!-Rompió en llanto.
-Hay Karen pues no sé, el mes que viene me visitan mis padres-Pensé en mis días libres-Pues al siguiente vienes tu otra vez ¿Vale?
-Vale-Aspiró sus mocos-Pero estoy triste.
-Mmm- se me ocurrió un idea brillante-Espera-Puse el móvil en silencio para que no pudiera oír lo que aquí pasaba, me levanté y tire de Eric hacia mí, el me miró extrañado pero me dejo llevarle.
-¡Y ahora que quieres niñata!-Dijo mientras se ponía la camiseta, algo con lo cual yo no estaba de acuerdo.
-Primero; cállate, segundo; ponte y dile algo a Karen, porfa-Le miré con cara de angelito, aunque no colaba muy bien la verdad.
-Anda trae-Me cogió el teléfono y lo puso en modo normal de nuevo-Hola cariño-Dijo con esa voz tan masculina y sensual mientras sonreía, en una palabra, impresionante, escuché los gritos de Karen, y eso que estaba lejos de Eric, me apoyé en la barandilla, Dudu estaba dialogando con su padre.
-Ya hemos llegado-Dijo Dudu-Tú y tú-Nos señaló a Eric y a mi-Venir conmigo, a vente tu también Wi, por si se matan y eso-Winona se puso un vestido muy fresquito color beis, se transparentaba el bikini negro, yo todavía seguía en bañador, así que me vestí mientras el padre de Dudu aparcaba en el puerto.
-¿Pero Dudu a donde se supone que va… Dios mío…-Hay vi, el Cristo Redentor, la escultura más famosa de Brasil, una de las 8 maravillas del mundo-No vamos a subir… ¿Verdad?
-A ¿No te da miedo tirarte desde una roca y te da miedo subir a una escultura gigante?
-Exacto, gracias por comprenderlo, no voy a subir hasta la cima del Corcovador, mide 730 metros, tengo miedo a las alturas <<En realidad soy una vaga en potencia>>
-Que sí, que os tengo una sorpresa guardada.
Tuvimos que bajar del yate, y seguir a Dudu, ya era de noche… ¿Qué iba a pasar? 


"New Sensation" Capítulo 52-Si esto no funciona,nada lo hará

Agua, única y exclusivamente agua era lo que me rodeaba, me hundía centímetro a centímetro, cada segundo perdía un poco de oxigeno más, empecé a sentir angustia, me faltaba el aire y me encontraba a una profundidad considerable, ya que había saltado desde cinco metros mínimo, moví brazos y piernas sin control, lo más rápido que podía, intentando elevarme hacia el exterior, hasta que vi, algo emborronada, una silueta aparentemente perfecta, sí, era él, Eric había bajado hasta el fondo para salvarme, todavía me quedaban las últimas bocanadas de aire y Eric nadaba muy rápido, sabía perfectamente que iba a llegar a el exterior bastante bien, pero opté por darle un pequeño susto, vamos, me hice la inconsciente.
Tenía los ojos cerrados, pero note aliviada como el aire volvía a entrar por mis orificios proporcionándome de nuevo la vida, no podía respirar muy bruscamente, Eric me posó sobre algo solido, debía de ser la tabla de surf, empezó a menarme con fuerzas.
-Contéstame Dakota por favor no me dejes ahora-Tocaba mi tripa, cogía mi brazo y me movía de un lado a otro-¡DAKOTA POR FAVOR! ¡PAPÁ AYUDAME!-no me soltaba por nada del mundo, pero entreabrí el ojo, y vi que hacía señas nervioso al yate-Por favor, ahora no puedes dejarme, ya estaba empezando a ser mejor persona, gracias a ti, no te vayas porque me vas a hundir para siempre ¡¿No entiendes que ahora no puedo seguir sin ti?! ¡Abre los ojos por favor!-Posó su cabeza en mi vientre, vi como daba pequeños brincos… Sí… Estaba llorando, increíble, Eric Surita llorando, le acaricié el pelo con mi húmeda mano, me incorporé y quedé sentada en la tabla, el me miro y apoyó una mano en la tabla, me resbalé y bendito momento el que lo hice, ya que mi precioso Eric me cogió antes de que volviera a hundirme, y me abrazó con fuerza, más cerca que nunca, más precioso que cualquiera de los finales más felices de los cuentos, todo estaba siendo de color rosa, ya sé que me encontraba dentro del agua, pero me sentía en el cielo, hasta que noté como me apartaban del más perfecto sueño, Eric lo había hecho.

-¿¡Por qué me has mentido?! ¿¡TU NO SABES EL SUSTO QUE ME HAS DADO?!-Habló nervioso, mientras intentaba flotar moviéndose al compás de las olas.
-Lo siento… Pero creo que no me arrepiento de haberlo hecho,
-¿Tu eres tonta? ¿Te gustaría que me hubiera dado un infarto?
-No; lo que más me gusta de esta historia, es que te preocupas por mí, sino hubiera fingido, nunca me hubieras dicho eso, esas cosas que son como las mejores notas musicales que pueden llegar a tus oídos-Sujetaba la tabla para no hundirme, el seguía estresado, nervioso, recuperándose del susto.
-No vuelvo a ayudarte en nada, nunca-El yate llegó y Eric subió sus escaleras veloz, Anne me ofreció su mano con cara de preocupación para ayudarme, yo se la cogí y avancé con rapidez, nada más pisar el suelo del barco me abrazó, la verdad Anne era un buena madre, me entró la nostalgia, echaba tanto de menos a mi despistada mamá…
-¿Estás bien mi vida?-Depositó una mano en mi frente con intención de medir mi temperatura, me percaté de que en el fondo del barco un cumulo de personas conocidas se amontonaban, algunos se agachaban, otros se acercaban para tranquilizar a quien en el medio yacía, Eric, sentado con las piernas medianamente abiertas, los codos sobre sus muslos, y las manos tapando su perfecto rostro, Joan pasaba la mano por su espalda intentando calmarlo, Eric susurraba continuamente “Casi me da algo” o “Lo que podría haber pasado”, Winona se agachaba y levantaba con constancia, decía algunas palabras cariñosas hacia Eric, aunque tuviera ganas de violarle en esos momentos, Dudu se sentaba a su lado y le abrazaba, me sentía fatal, pero al mismo tiempo mejor que nunca ¿Por qué? ¿No os dais cuenta de que le importo a Eric Surita, de lo que me ha dicho? Estaba a punto de darle un beso, lo que pasa es que me iba a mandar a la mierda, claramente.
-Iros, por favor- Me dirigí a todos los que rodeaban a Emilio Eric, muchos me miraron raro, pero optaron por levantarse.
-No os vayáis-Me contradijo el que todavía no dejaba ver su rostro, Anne, no sé si lo hizo a posta, pero me echó un cable.
-Venga chicos, que ya vamos a merendar-Señaló con su perfecta uña del dedo índice una cesta de mimbre que se encontraba abierta, en ella había sándwich y bollería casera, todos acudieron corriendo a pillar para comer, yo me senté a su lado, al de Eric.
-¿Qué mas tengo que hacer? Ya te he pedido perdón Eric, pesado
-Estúpida, ¿Qué que tienes que hacer? Ahora ya nada ¿Qué que tendrías que haber hecho? Mmm no sé, pues no tirarte por la roca esa suicida, no hacerte la muerta y no darme estos sustos, imbécil, que no te aguanto en serio-Bufó y se paso la mano por la cara, removiendo así su pelo.
-Te quiero-Añadí
-Pues yo a ti no.
-Te quiero
-Que yo a ti no, pesada.
-Que te quiero.
-Siento no poder decir lo mismo.
-Te quiero.
-Y yo a ti, coño-Sonreí satisfecha mirando al suelo, el seguía sentado vagamente, el sol se estaba escondiendo y el sol reflejaba sus últimos rayos en el precioso Eric, una luz tenue le iluminaba y le hacía más impresionante aún de lo que era.

Picha aquí para ver la foto.
-Pues yo ahora a ti no-Me mordí la lengua, si, matarme, para un momento bonito que no jode Eric, lo jodo yo, pero decirme ¿Quién son Eric y Dakota sin discutir?
-Y yo a ti menos chica-Chistó molesto.
-Sí anda, lo mismo decías antes…
-¡No empieces que a ti hay que traerte un barreño cada vez que me ves!
-¿Un barreño?-Pregunté extrañada.
-Porque se te cae la baba.
-¿¡Qué?!-Me indigné-Mentira.
-Verdad, niñata.
-¡Imbécil!
-“Soy Dakota, una niñata estúpida, voy de malota, pero como todas las demás, me muero por Eric Surita”-Se burló, me levanté de la impotencia.
-¡¿POR TI?! ¡Venga chico, a tu casa!-El se levantó, empezamos a discutir a grito limpio, todos nos miraban mientras zampaban, parecía que miraban una película, estuvimos al menos quince minutos echando trapos sucios, discutimos como nunca, Dudu tiró a mala ostia el sándwich que se estaba comiendo, pegó un chillido y Eric y yo nos callamos asustados.
-Me tenéis hasta los cojones ¡Los dos!-Pegó un pisotón al suelo-¡Papá!, tira para el puerto, os vais a venir conmigo, si lo que hago no funciona
Nada lo hará.

"New Sensation" Capítulo 51-Surfea. 

-¿Dónde vas, pequeña?-Wi cogía conchas de la orilla de la playa feliz junto con un pequeño niño rubio, las depositaban en un cubito lleno de agua salada, era un cielo con los bebés, llevaba puesto un bañador negro, muy sencillo, pero le quedaba genial, se ató el pelo en una coleta, algunos rebeldes mechones rojos se quedaban fuera y la tapaban la visión al agacharse, ella lo remediaba metiéndolos detrás de su oreja.
-Voy a…
-¡Dakota! –Me interrumpió una voz grave, semejante a la de Eric, lo que pasa es que esta estaba más cascada, el señor Surita gritaba desde un impresionante Yate blanco, que se encontraba justo al lado de la roca por donde quería tirarme sin miedo, en el barquito también se encontraba Anne, tumbada en una hamaca color crudo, sostenía una copa de cava la cual tenía una cereza clavada en el borde, unas gafas enormes de cannel y un bañador en color rosa oscuro con un pareo en tonos claros, casi transparente, el padre de Dudu y Eric volvió a elevar la voz-¡Venir chicas! ¡Desde aquí se ve muy bien a los chicos surfear!
Se me torcieron un poco los planes, pero el yate se encontraba muy cerca de la roca y en cualquier momento podría escabullirme y subir para vivir algo extremo, miré a Winona, ella me sonrió ilusionada de poder montar en yate, después cogió al pequeño infante y se lo entregó de nuevo a sus padres, yo levanté el dedo pulgar en señal de que si íbamos a navegar con ellos, el barco se acercó veloz a la orilla, tuvimos que adentrarnos un poco en el mar y andar entre las cristalinas aguas hasta llegar a él.
-¡Subir marineras!-El señor Surita se emocionó, yo me quedé un buen rato mirándole, para que se diera cuenta de la gilipollez que había soltado por su boca, subimos las tres escaleras hasta llegar a la borda.
-Hola Dakota mi amor-Anne me saludó con la mano, y siguió con lo suyo, el señor Surita se puso al mando del volante, ocupamos unas tumbonas y nos pusimos en marcha, la brisa marina chocaba con nuestros rostros, dándonos así una sensación de libertad, sentirse un criminal y escapar a 300 kilómetros por hora en menos de un segundo, a todo volumen sonó la canción de Criminal, cuando antes lo digo…
Winona y yo nos pusimos a bailar sentadas, ella hacía mucho el tonto, pero yo sentía la música, hacíamos play back, Anne se reía divertida.
-¡Mirar chicas!-Anne señaló a carcajadas la parte más profunda de la playa, donde Eric y Dudu bailaban imitándonos, ya estaban sentados en las tablas de surf esperando impacientes a enormes olas que montar, nosotras paramos de bailar con vergüenza, Wi se escondió tras de mi mientras repetía constantemente “Joder Dakota, quien nos manda hacer esto”, a lo lejos, poco a poco, se iba formando una ola enorme, venia con ganas de devorar surfistas, pero ellos estaban tranquilos, Eric gritó victorioso y nadaron con seguridad hacia ella.


-Mira a mis hijos, son tremendos-Dijo el señor Surita orgulloso de cómo sus pequeños manejaban a la perfección una ola de más de dos metros de altura.
-Y están tremendos
-¿Qué has dicho Dakota?
-Nada…
Todos observaban embobados a Eric y los demás, me di la vuelta y allí seguía, impactante como hace unos minutos, la roca, valientes los chicos que se tiraban desde ella, ¿Por qué no ser la primera mujer en hacerlo?
-Cúbreme, Wi-Susurré en el oído de la pelirroja, ella iba a preguntarme, pero yo fui más rápida, me tiré de la borda y caí en el agua, avancé nadando hasta agarrarme a un saliente, subí con cuidado de no rajarme con la irregular textura de la roca, miré de nuevo al yate, Wi no se lo creía, me mandaba volver moviendo nerviosa la mano, yo llevé mi dedo índice a mi boca, pidiendo silencio, y subí por la cuesta, polvorosa.
Ya en la cima, no quedaba nadie, solo yo, me acerqué con cautela al borde, divisé absolutamente toda la playa, podría quedarme horas allí sentada observando semejante paisaje, pero subí allí para algo, y no era quedarme parada como un poste, di un paso más, mis pies estaban marrón, cubiertos por arena, todo estaba calmado, no había viento que pudiera desviar mi caída, ahí estaba yo, en el borde, miré a los surferos, las olas ya habían terminados, y de pura casualidad la mirada de Eric se desvió a lo más alto de la roca, es decir, donde estaba yo.
-¡Dakota!-nadó veloz, muy nervioso y casi temblando hacia allí-¡BAJATE DE AHÍ AHORA MISMO!.
“Ahora o nunca” pensé, así que me tiré a mi estilo, extremo.

Eeeeeh WTMF!