viernes, 28 de diciembre de 2012


"New Sensation" Capítulo 71-¿Y? 

Fue en la calle principal, junto a la tienda de ropa interior de seda, el ambiente estaba bastante húmedo, algo habitual, los habitantes pasaban tranquilos, risueños, algo nerviosos por llegar a la playa y pasar una mañana estupenda, compraban hinchables en las tiendas turísticas, escogían algunos vestidos cortos fáciles de quitar y poner, sombrillas de propaganda, toallas de todo tipo, algunos manguitos para los más pequeños y crema solares de protección 50 para los más mayores.
El banco era de granito, llevaba toda la mañana expuesto al sol, así que opté por no sentarme, me cobijé debajo de la sombra de un toldo, la esperaba ansiosa, igual que esperaba el día en el que le volviera a ver, decirle que le quiero, que le quiero y que nunca me he olvidado de él, que pensé mal, que me equivoq…
-Hola-Sonó fríamente, irrumpiendo mis pensamientos.
Una chica rubia se encontraba a escasos metros de mí, tenía la cara apagada, no parecía muy contenta, tampoco esperaba que lo estuviese, llevaba un vestido blanco de palabra de honor, caía con volantes delicados, que jugaban con la suave brisa marina, un bolso colgaba de su hombro, llegando hasta sus rodillas, era ocre y liso, con algunas flores en color marrón palo que no parecían estar muy buen cosidas.
Unas sandalias blancas sencillas completaban el modelito.
La miré, ella me devolvió la mirada al instante.
-Hola-Crucé las piernas y observé las baldosas del suelo, escabulléndome.
Suspiró, agarró el bolso y empezó a rebuscar dentro de él, yo miré cabizbaja lo que hacía, su fina mano se movía ágil pero cuidadosa para no romper ninguna de sus uñas de porcelana.
Finalmente sacó un sobre del bolso, y me lo ofreció.
-Aquí viene planificado todo lo que va ha hacer Eric Surita en los próximos dos días-Me lo volvió a arrebatar y lo desdobló sutilmente, se apoyó en un cubo de basura y me explicó con rapidez lo que contenía el folio.
-En esta columna vienen las horas-Señaló la primera fila-En esta otra las cosas que va ha hacer, como una exposición, una pasarela benéfica- empezó a leer la información de cada celda-Aquí arriba se encuentran los días, como puedes ver.
-¿Y los espacios en blanco?-Pregunté al ver varios huecos sin rellenar.
-Es tiempo libre-Explicó alisando el papel-No sé qué hará.
Asentí en silencio, moviendo la cabeza de arriba abajo, Karen vio que ya tenía todo claro, volvió a meter el folio en el sobre y me lo entregó, un grupo de chicos y chicas esperaban en la acera de en frente con claras intenciones de ir a la playa, la llamaron repetidas veces para poder disfrutar del mar, ella les miraba y hacía señas con las manos para que aguantaran algo más, me miró.
-Bueno, hasta la próxima-Se colocó el bolso de nuevo con cuidado y tiró el envoltorio de un “hurry up” que acababa de tomar, la miré desilusionada, con cara de cachorrito triste, muy triste.-Que pasa.
-Ya no sé como pedirte perdón, lo siento, no estaba en mi mejor momento, ya he cambiado, ha vuelto joder, mírame-Di un paso hacia atrás para que pudiera verme, tenía una cara mucho más sana, no iba pintada, vestía totalmente normal y mis intenciones no eran ofensivas.
-¡Karen!-Una voz masculina voceó, salió del grupo de gente que la esperaban, algunos ya habían optado por sentarse, cansados de estar de pie, otros estaban molestos, se veía en sus caras de culo, Karen volvió a pedirles calma.
-Dakota, eso ya lo sé, pero en vez de apoyarte en mí, o sea, en mí, que soy súper mega buena amiga-volví los ojos y crucé los brazos-¿Por qué hiciste eso? Yo te podría haber ayudado.
-Pero ahora todo puede volver a ser como antes
-Las cosas han cambiado Dakota-Retiró su pelo dejándolo tras de la oreja.
-¡KAREN!-Gritaron a coro.
-MIRA ME CAGO EN LA PUTA MADRE QUE OS PARIÓ-Salté enfadada, pegando patadas a el contenedor, Karen echó a reír intentado pararme, la panda de Karen se quedó flipando, algunos hasta echaron a correr, otros siguieron esperando realmente mosqueados.
-Mira, como bien pone aquí-Señalé la columna del día de hoy, a las 5:45- Hoy estará para inaugurar la zona infantil, y no quiero ir sola, necesito conseguir una entrada, por eso tengo que moverme para obtenerla desde ya.
-Y quieres que te acompañe.
Sonreí y asentí.
Karen suspiró, miro a sus amigos, me miró a mí, miró a sus amigos, me volvió a mirar a mí y así repetidas veces.
-Anda vamos, si es que eres tonta-Me cogió del brazo y se despidió de sus amigos, los que la llamaron de todo menos bonita, yo me alegré bastante, fuimos directas a la parada del bus, ahora era completamente feliz, bueno, solo me faltaba él.  


Te quiero.

domingo, 18 de noviembre de 2012


"New Sensation" Capítulo 70-Ayúdame. 

Mi nombre estaba escrito en boli Bic, con pésima caligrafía pero increíble sentimiento.
Allí, sí, justo en la última frase, la última palabra.
Sonreí como si nunca antes lo hubiera hecho, estaba tranquila, serena y con ganas de llorar, todos mis pensamientos de aquel momento eran bonitos, únicos y especiales, llenos de buenas vibraciones y risas nerviosas, apreté la sabana y la abracé contenta, mientras con mi mano izquierda iba ojeando frases sueltas de cada página de aquel diario.
“Ella aparece en mis sueños”
“Cada vez recuerdo más momentos en su compañía”
“Ojala estuviera aquí conmigo”
Mis ojos vidriosos explicaban a la perfección mi estado de ánimo, la página número 936 me sorprendió.
Decía que Eric había recuperado la memoria completamente, Leticia ya no era su novia, cosa que me alegró enormemente, y que lo primero que había hecho era coger un avión hacía España, en busca de…
En bus… ca de…
El amor de su vida.
Salté de la cama como si de un canguro se tratase, brinqué por mi habitación clavándome trastos que había por el suelo, pero me daba igual, era feliz, realmente feliz y eso nadie iba a cambiarlo, marqué a Eric, e incluso sin memoria, pudo acordarse de mi, pudo valorarme, sabía que no estaba equivocada.
Hice bien al luchar por él.
Abrí mi armario de plástico duro con brutalidad, saqué todas las prendas de guarra de ese espacio, las tiré con desprecio al suelo, no quería sentirme nunca más así, y después de sacar todo aquello, en el fondo del armario, debajo de un plástico transparente polvoriento, se encontraba mi ropa, la de verdad.
La saqué con dificultad, todo el polvo se esparció por la habitación y me dio una ataque de tos, que se me paso en cuento retiré el plástico.
Me ilusione como una niña pija con i-phone nuevo.
Mis camisetas de los Celtics, Lakers, Dodger, Yankees, Bulls, Giants, más los pantalones cortos, de pitillos, de marca, las gorras, las blusas, las camisetas de tirantes.
Que felicidad, en serio.
Me puse algo al azar, nunca me ha gustado mucho elegir la ropa, pero me sentí cómoda, no se me veía medio culo y un pezón.

Picha aquí para ver la foto.
Tome asiento en el sillón, desgastado de tanto uso, y cogí el fijo, todavía me acordaba de aquel número al que llamaba a todas horas.
-¿Quién es?-Respondió
-Karen… Soy Dakota.
-¡No me hagas que llame a la policía!.-Dijo nerviosa.
Me puse a reír, no podía contenerme.
-Karen, no seas tonta.
-Que quieres, ¿Pegarme otra vez?
Mi sonrisa se apagó al instante.
-No te pegue, solo quiero decirme que he vuelto, voy a dejar el trabajo, y bueno, si quedas conmigo te explico, ya que ahora también vives en Benid…
-Haber-Me interrumpió- ¿Qué necesitas?
-Encontrar a Eric.

Picha aquí para ver la foto. v

miércoles, 31 de octubre de 2012

"New Sensation" Capítulo 69- ¿Dakota? 

Abrí aquel pequeño diario con decisión, iba a ser una larga e intensa noche, me mordí la uña del dedo índice, empecé a leer pasando el dedo de la mano contraria por cada frase escrita con descuido
"Día 1- El doctor me obliga a hacer esto, no entiendo muy bien porque me encuentro aquí, desconocidos lloran de alegría porque mis ojos yacen abiertos, yo les aparto extrañado, ¿Quién coño son y que quieren de mi?
No pienso escribir lo que siento todos los días de mi vida, que se olviden, pero bueno, ahí voy.
Al parecer me llamo Emilio Eric Surita, tengo un hermano y dos padres, parece que están bastantes forrados, pero no siento ningún tipo de cariño hacia ellos, lo único que quiero es despertarme de esta pesadilla, ya. "

Me quedé observando las rayas desiguales que marcaban la tinta corrida del boli, palpé con las yemas de los dedos la caligrafía, que se hundía en el fino folio con delicadeza, pasé unas cuantas páginas.
"Día 5- Vuelven, día tras día, vuelven a mí como moscas a la mierda, el tal Dudu me trae fresas con nata, afirma que son mis favoritas, yo solo las veo como un postre más.
Anne llora cada vez que entra a esta ocre habitación de hospital, me mira, y reventada, me saca una sonrisa, dice que no me preocupe, que todo saldrá bien ¿El que tiene que salir bien? Me animan a que recuerde los momentos vividos, mi cabeza está completamente en blanco, estoy bastante harto.
No conozco a estas personas. "
Mi corazón empezó a retorcerse de dolor, intenté calmarlo posando una mano en mi pecho, que se movía al son de duros latidos.

"Día 14- Parece que todo está más animado por aquí, la comida es un puto asco, mis supuestos padres ya se atreven a acercarse mas a mí, me incitan a que mire sus rostros para que en el segundo más inesperado les abrace mientras digo que son mis queridos padres, pero para mí son completos desconocidos, la verdad, es que al mirarme al espejo no me reconozco, pero se nota que Dudu y yo somos hermanos, parecemos jodidas gotas de agua."
Sonreí al recordar a Eric y Dudu juntos, suspiré de gusto.

Picha aquí para ver la foto.
"Día 26- Hoy han venido unos chavales muy raros a visitarme, decían que eran mis amigos, han entrado como potros desalmados montando jaleo, les he mirado bastante raro, todos han venido a abrazarme, Anne les ha apartado furiosa.
Pusieron reggaetón y me miraron todos ansiosos, al cabo de los 2 minutos todos se extrañaron, pero no más que yo.
Uno de ellos, el más alto, dijo “Eric… ¿No perreas? ¿No cantas?”
Yo les dije que no, en ese momento se pusieron a bailar unos con otros arrimando cebolleta, sin comentarios."

Rompí a reír escandalosamente, me imaginaba la escena y lloraba, que panorama, y el pobre Eric flipando.
Era la primera vez que era tan feliz en mucho tiempo, seguí pasando páginas a diestro y siniestro.

“Día 68- Todo va bien en la casa, nunca podía creer que una persona como yo viviera en semejante mansión, era increíble, mis “amigos” me cuentan todo lo que solía hacer de fiesta, menudo personaje estaba hecho, en estos últimos días me he liado con muchísimas tías.”
Rompí un lápiz que encontré por la colcha.
“Todos me admiran, la verdad es que esto no está tan mal, pero sí, sigo sin recordar nada.”

Me puse algo triste, pero era lo que había vivido, su diario, me lo ha entregado a mi.

Es tan bonito.
Pasaba y pasaba hojas escritas, en la mayoría retomaba su vida en compañía de los que le querían, pero el siempre recalcaba al final de cada relato, que seguía sin recordar nada, ya empezaba a notar el sueño en mi cuerpo, los parpados me pesaban más de lo normal, estaba a punto de caer en un profundo sueño, pero una página llamó mi atención más que cualquier otra.

“Día 79- Hoy he experimentado un cambio que a todos a impactado en exceso, Dudu ha entrado a mi habitación para realizar la sesión de recordatorio, esa que hacemos a diario.
Esa en la que me cuenta cosas del pasado, con la esperanza de que algún día, pueda volver todo a la normalidad.
Hoy el tema era “Mis novias” la conversación fue algo así:
Dudu: Bueno, de bien pequeño tuviste una que se llamaba Priscila, fue con la que te diste el primer beso, a la edad de 10 años, no durasteis mucho.
Yo: Ni idea.
Dudu: Bueno, iremos un poco más hacia delante, con Laura estuviste 2 meses cuando tenias 13 años, cuesta decirlo, pero perdiste la misma virginidad con ella, eras muy putero.
Yo: Nada de nada.
Dudu: Buf, pues haber, las más cercanas a tu edad, Yoana, fingiste una posible boda con ella para salir en la prensa, no llegasteis a ser novios pero os liasteis varias veces y otras cosas que paso de contar.
Eric: Umm… Que no, que no.
Dudu: Es que todo lo demás han sido líos, rollos, polvos de una noche, no sé Eric… Bueno, hubo una chica con la que te estabas peleando siempre, pero en el fondo creo que te gustaba, pasabais mucho tiempo juntos, y en poco tiempo has hecho con ella con lo que no has hecho con ninguna.
Yo: ¿Hablas de Dakota?”

domingo, 21 de octubre de 2012

"New Sensation" Capítulo 68-Demasiada presión. 

Mis labios empezaron a temblar y no hacia frio.
Mis ojos expulsaban lágrimas y no había ácido.
Mi corazón latía a un ritmo activo y no estaba cerca.
¿Qué pasaba?

Picha aquí para ver la foto.
Me apoyé en el colchón para acomodarme, al instante metí la mano entre las tapas con cuidado, cogí un pequeño taco de informes médicos ordenados por fechas y en un estado bastante deteriorado, todos eran distintos, con varios temas a tratar, lo único que era igual, idéntico en todos, eran esas tres palabras escritas en letra cursiva.
Emilio Eric Surita.
Leí confusa, con la vista cansada.
Enfermo: Emilio Eric Surita
Estado: En coma
Una puñalada atravesó mi estómago sin piedad, aceleró mi nerviosismo y corto mi respiración.
Tiré esa hoja al suelo, y pase a la siguiente con ansia y ganas de reventar la pared.
Enfermo: Emilio Eric Surita
Estado: No recuerda nada de su pasado, no se auto reconoce, alto riesgo de muerte.
Me levanté de la cama histérica, parecía que mil limas rasgaban mi pecho poco a poco, empecé a chillar mientras ensangrentaba mis manos con los fuertes golpes que propinaba a la pared, ¿Qué había hecho? Que hija de puta, mi bebé precioso.
Recogí los papeles rápido, manchándolos de sangre, a brotes.
Los miré por encima, en todos decía que no recuperaba la memoria, que tardaría años, quizá nunca, nunca, que palabra más dura y desagradable.
Me estaba poniendo de los nervios, los dejé furiosa dentro del maletín y fui corriendo al baño, saltando todos los obstáculos, el orden no reinaba en nuestro piso.
Me lavé las manos, tenía las heridas abiertas, pero que gilipollas soy, busqué unas vendas en el cajón de las compresas, eran viejas, pero eso no caduca.
Volví ágil, cerré la puerta y la atranqué, no quería que nadie entrara, si no quería llevarse una ostia, estaba negra.
Cogí las revistas, tres para ser exactos, en una de ellas Eric salía en portada.
“El mayor de los Surita retoma su vida después del accidente”
Resoplé.
Abrí por la página que marcaba en la portada, salía Eric, con la guarra rubia esa que decía que era su novia.
Leí nerviosa.
“Emilio Eric sigue sin recordar nada, pero sus amigos y familia le ayudan a retomar su vida, el mayor de los Surita, (gracias a su padre, que es su gran apoyo) a entrado como presentador de el nuevo programa de “TV Globino” junto con Leticia Mateo, con la que se le ve mucha complicidad, su madre, Anne, afirma que lo único que quiere es que su hijo tenga una vida de calidad hasta que recupere lo que fue su pasado.
Le hemos preguntado unas cuantas cosas a Emilio Eric, que sigue tan guapo como siempre:
Periodista: ¿Cómo te sientes, ya vas recordando algo?
EES: Pues la verdad no recuerdo nada, pero mi familia tienen confianza en mi, y creen que todo volverá a su…“
Cerré la revista, ¿Qué Eric había perdido la memoria y por eso salía con esa zorra? Dakota, pedazo de gilipollas, niñata de mierda, ¿¡QUE HAS HECHO CON EL AMOR DE TU VIDA?!
Pero yo como iba a saber aquello, escurrí mi cara hasta meterla entre las rodillas, me estiré de la coleta, más enredada que un nido de cigüeñas, me merecía una ostia, pero una bien grande.
Ojeé triste las demás revistas, decían más de lo mismo, que salía con Leticia, y poco más.
Todo esto sin memoria.
Algo tan perfecto como él no es para mí.
Las tiré a la moqueta, no era capaz de reaccionar en esos instantes, me ardían los nudillos, estaban al rojo vivo, tapados por la áspera textura de las gasas viejas.
Las lagrimas cesaban, no paraban ni un momento, querían que me diera cuenta de la persona en la que me había convertido, un monstruo, me auto hería, Pero ¿Yo qué coño sabia? Ojala alguien me hubiera dicho, con un simple sms, que Eric carecía de memoria, que no recordaba su pasado, y que mucho menos a mí, maldito Dudu ¿¡En que estaría pensando para no avisarme?! Se la devolveré, sí.
Aún así, seguía sin entenderlo todo, me faltaban piezas en el puzle, algo no concordaba.
Espera.
El diario.


martes, 16 de octubre de 2012

"New Sensation" Capítulo 67-Y un diario.

Se adentraba la noche, al igual que fluían los peligros, la calle era como una selva, me animaría a decir que incluso peor, mucho peor.
No quería moverme de allí, seguía en medio de la playa de Benidorm abrazada a un maletín.
Lo olí.
Olía a él…
Busqué el teléfono, estaba patosamente enganchado entre las tiras de seda fina de las bragas, busqué con mis fríos dedos entre los contactos, eran tantos, al ser una stripper te da el número hasta el primer vagabundo de la calle, pero bueno, encontré la G.
Guille hermano.
Llamé, dieron algunos molestos pitidos antes de que mi querido hermano contestara.
-¿Sí?
-Guille, ven a buscarme
-¿Otra vez?-Resopló-Joder Dakota, estoy de tu mierda de trabajo hasta la po…
-NO EMPECEMOS-Chillé molesta, el que alisaba la arena de la playa con un camión me miró sorprendido.
-Es que no es normal
-Vale, ya me voy yo sola, por la calle, en ropa interior.-Le amenacé ágil.
-Quédate quieta-Oí unas llaves moverse, escandalosamente.- ¿Dónde estás?
-En la playa, en frente de la discoteca Penélope.
-Espera ahí-Colgó
Me acomodé echando la cabeza hacia atrás, tenía ganas de un cigarro pero el paquete estaba temblando, vamos, sin un puñetero piti, deje el maletín a mi lado, me comía por dentro la curiosidad, pero claramente no lo iba a abrir allí, aunque estaba dispuesta a hacerlo, la verdad.
Escuché un pitido cercano, miré hacia la carretera y allí estaba mi hermano, en su incomparable audi familiar, desde que tiene un hijo está irreconocible, siento en el alma que de mí no se pueda decir lo mismo.
-Hola-Añadió mientras me acomodaba en el asiento, algo duro para mi gusto-¿Y eso?-Miró al maletín.
-Nada…-Lo puse en mis pies y me abroché el cinturón.
-¿No estarás traficando con drogas?
-¿Tú eres gilipollas?
-Tranquilízate, bruta de los cojones, era broma-Arrancó sin más dilación.
Me apoyé en la ventanilla, desde bien pequeña me encantaba hacer aquello, mirar como toda la calle pasaba fugazmente ante tus ojos, como dejabas atrás cosas para descubrir algunas nuevas, y todo ello, a la velocidad que quieras.
-¿Duermes en casa?-Me preguntó mi hermano mientras ponía los 40 principales-Hace un mes que no ves a Viaggi.
-Tengo muchas ganas de verle, pero me voy a mi casa-Cambié a Máxima fm.
-Pues entonces ya hemos llegado, pequeña-Y sin apenas darme cuenta, allí estaba mi triste portal, oscuro, con un cristal roto y los telefonillos descolgados.
-Guille-Sonreí tiernamente-¿Me subes a caballito?
-Dios…-Mi hermano resopló y me echó del coche divertido, volvió a cambiar la emisora.- Asómate a la ventana para que me quede tranquilo.
-Emm…Como quieras…-Me asomé por la ventanilla del coche mirando a la gente pasar.
-¡A LA DE LA VENTANA DE TU CASA, IMBECIL!
Empecé a reír y salí del auto alegre, cerré despacio y saqué las llaves, sí, también de las bragas, eso parece el bolsillo de Doraemon, abrí la puerta y encendí la luz, por hacer algo, porque vamos, ahí no funcionaban ni los interruptores.
Subí por las escaleras poco a poco, estaba tan cansada ¿Y los tacones? Genial, otros menos, llegué al 3º, sin ascensor obviamente, y si lo tuviera, tampoco funcionaria.
Abrí la puerta con la llave.
-¿Hola?-No había nadie, era un piso compartido como podéis deducir, la mayoría de las noches ninguna la pasábamos allí, las tres éramos stripper, y el trabajo es el trabajo, el salón estaba bastante ordenado, Verónica se había dignado a adecentarlo el día anterior, por mi mejor, pero no era un buen sitio para ponerme a…
¡Guille!
Me asomé veloz por la ventana de la cocina, que por cierto, estaba hecha una mierda, y le saludé con la mano, el arrancó cangándose en mis muertos por haber tardado tanto, me quedé un rato mirando como aquel coche se abría paso entre la oscuridad, espero que todo le vaya bien por la carretera.
Cogí el maletín que deje anteriormente en la encimera, tampoco pesaba mucho, así que dinero no era.
Entre a mi cuarto con él, solo era una cama y una mesilla, el presupuesto no llega para tener la habitación de ensueño, yo antes la tenia, en un pasado, que bonito fue.
Me puse cómoda, bueno, más bien me puse ropa, un pantalón de pijama y una sudadera vieja, até mi largo pelo negro eléctrico en una coleta mal hecha, ordené algunos vestidos que estaban tirados por el suelo, y finalmente, me senté en la cama en frente del maletín.
Posé una mano encima, un escalofrió recorrió mi cuerpo, miré al techo confusa, volví a pasar la mano por el cuero, frío como el hielo, dejé de palparlo, y me decidí a abrirlo, primero desabroché una anilla, la derecha, después, la izquierda.
Metí los dedos entre la tapa y la base del maletín, tiré de el despacio, dejando ver lo que ocultaba dentro, poco a poco.
Por fin estaba completamente abierto, vaya…
Varios informes médicos con distintas fechas, todos con un mismo nombre.
Emilio Eric Surita.
Varias revistas, en las que en la portada yacía marcada una página, alguien la puso con permanente.
Y lo más importante, un diario.

Picha aquí para ver la foto.

lunes, 8 de octubre de 2012

"New Sensation" Capítulo 66-Adiós mi vida.

Saqué la cajetilla mojada del sujetador, me dejó el pecho húmedo, pero eso supongo que en aquellos momentos daba igual.
Busqué un mechero entre las apretadas tiras que marcaban mis hombros, pero fue en vano, no encontraba aquel encendedor por ningún lado, toqué la arena, la removí, buscando, pero solo conseguí llenarme las uñas de tierra playera, asqueroso.
Una perfecta mano masculina me ofreció un pequeño clipper color azul, algo desgastado.
Allí seguía.
Eric.
Le observé, dolida, seguía siendo tan perfecto, igual que siempre, maldito hijo de puta, ¿Por qué dejo que se quede a mi lado? ¿Por qué? Me ha hecho daño.
¿La respuesta? Es el jodido amor de mi vida.
Encendí el cigarro, le di la primera calada, esa que mata tus mayores sueños.
-Veo que has hecho amigos-Añadió, con esa voz, increíble, me mataba.
Expulsé el humo.
-No todo el que ríe contigo es tu amigo-miré al suelo y volví a absorber del mortífero filtro.
Se movió sutilmente y deslizo su mirada al mar, la brisa acariciaba su cara, y le hacía sentir más libre.
-Has cambiado, muchísimo-No me digné a mirarle.
-Todos lo hacemos.
-Pero no de esta forma.-Di una gran calada, noté como se difundía el humo por mis pulmones, dañándolos, y salía de nuevo como aire de verano, lento, bochornoso, en fin, solo era humo.
Hubo un silencio, notaba que su mirada se clavaba en mí, yo aún seguía con su chaqueta por encima, me tapé más y me encogí en forma de huevito, creo que aún no podía creer que lo tenía al lado, a mi hombre.
-Te he echado de menos.
-Bonita canción-Apagué el cigarrillo apretándolo contra la arena.
-Dakota, que es verdad.
Me levanté indignada, me miró desde abajo, me derretí, pero en aquellos momentos la furia era mucho más fuerte.
-¿De verdad?, ¿¡DE VERDAD?!- Grité- Eres un mentiroso de mierda.
Se levantó, poniéndose delante de mí, me cortó el paso y agarró mis manos para que no le pudiera soltar un puñetazo como muchas otras veces lo intenté.
-No eres la única que has sufrido.
Abrí los ojos en exceso, en señal de indignación, intenté morderle la mano, el se reía, ¿Pero yo? Ni puta gracia.
-¿Qué tú has sufrido?-Pregunté con angustia-Mírame.
Me aparte un poco de él para que pudiera verme mejor, estiré mis brazos y dejé que me observara con detalle.
Era un stripper, de pacotilla, barata, con una vida de mierda, solo vestía un conjunto interior y una chaqueta de hombre por encima, tenía la cara algo demacrada por la poca cocaína que había consumido en aquellos años, triste, con dolor, se veía el sufrimiento en mis pupilas y el paso de mis lagrimas lo marcaba el rímel corrido.
Cerré los ojos y aguante el llanto, nunca más lloraré por él.
Buen chiste.
Se estremeció, mirándome con ímpetu continuas veces, su mirada era triste, se sentía culpable, lo notaba, y bien hacia, el tenia toda la culpa, en absoluto.
Suspiré y me di la vuelta, debía irme, tenía que irme aunque no fuera lo que deseara en esos momentos, pero no hay persona más terca que Eric en este mundo, así que sentí que sus ardientes manos agarraban mi cintura, y con un pequeño empuje me acercaban hacia él.
-¿En serio?-Preguntó, le sentí sonreír, ya que su aliento chocó sutilmente con mi cuello, poniéndome el vello en punta-Deberías dejar que me expliqué
-Ya no tengo 16 años-le aparté y me di la vuelta, mirándole, observando que bien le habían sentado los años que habían pasado, al contrario que a mí, obviamente-Explicarme… ¿El qué? Que cuando tuvimos el accidente de coche y viste que estaba en coma pasaste de mí, que te importó una puta mierda mi estado de salud, que lo único que hiciste fue sustituirme por la primera rubia guarra que viste por la calle ¿Qué yo te hice cambiar? Yo y cuantas más Eric, ¡Cuantas!-Arrimé ambos pies para calentarlos-No tienes perdón, todos me decían que conmigo no eras como con las demás, supongo que todo era una farsa, ni siquiera te importo…Ni si quiera eso.
Pero lo peor de todo, es que te quiero.
-…
-Ahora sería un buen momento para que dijeras algo-Añadí enfadada.
-Te dije que no te enamoraras de mí.
Puse en blanco mis ojos y di una patada a la arena, volví a sacar un cigarro, ya no podía más con esta situación, era denigrante, incomoda y dura, muy dura de llevar.
Volví a tomar el mechero y a la luz de la llama, prendí aquel cigarro, el que mata poco a poco, ¡anda!, como Eric.
-¿Por qué fumas?-Me preguntó, indeciso, bastante molesto por lo que acababa de decirle.
-Necesito otra droga para alejarme de ti.


Una de mis compañeras de trabajo daba un paseo por allí, para ser claros, Cristina, rubia, muy delgada, pero carecía de curvas y de gracias para bailar, era guapa, bueno, tenía una gran nariz que afeaba su aniñada cara, pero su prepotencia y kilos de maquillaje la hacían ganar puntos.
-¿Dakota?-Me llamó confusa ya que no veía bien de lejos, levanté la mano con la que sujetaba el cigarro, Eric la miró.- ¿Qué haces aquí?-Preguntó con esa desagradable voz de pito.
-Nada, conversas con…-Miré por un momento a Eric, el puso ojos de cachorrillo-Un viejo amigo.
Cristina se mordió el labio inferior con sensualidad, colocó su falda de una forma muy femenina y empezó a jugar con el pelo, yo aspiré el humo y entrecerré los ojos, será imbécil, pero a estas alturas de la vida me daba igual.
-Me tienes que presentar a tu amigo, cariño.-Eric subió las cejas, parecía que mucho no le atraía, y con lo directo que es no tardaría en soltárselo.
-Eric, Cristina, Cristina Eric-Hice un juego de manos señalando a ambos mientras pronunciaba sus respectivos nombres-Yo tengo su pasado, tu puedes tener su futuro.
Me alejé de allí, y Eric apartando a Cris, me siguió.
-Espérate-Se cabreó-¿Quieres que salga de tu vida?
-Ya faltaste los tres años más duros de ella, no te preocupaste por mí, te echaste novia, presentaste un programa. ¿Qué pasa te ha dejado y ahora vuel…
-¡QUE SI QUIERES QUE ME VAYA!-Nervioso, estaba muy nervioso.
-Sería lo mejor para los dos, no tenías ni que haber venido, solo me haces más daño, estás adelantando mi muerte.
-Está bien, me iré, pero espera.
Aceleró el paso, salió de la espesa arena adentrándose en la oscuridad de calle, mi cigarro se había consumido, así que lo arrojé a la arena con parsimonia, en realidad le necesitaba tanto, pero puedo perdonar hasta ciertas cosas, aunque claro está que por el daría la vida, pero… La confusión inundaba mi cabeza, litros y litros de “Quizá” y “Porque” me hacían pensar, y llegar a conclusiones absurdas que podrían hacerse realidad rara vez, ¡DIOS!, deje de martirizarme, por suerte, Eric volvió a aparecer de entre las tinieblas, esta vez, con un maletín negro de cuero.
Estiró el brazo, se marcaba el musculo, había ido al gimnasio, mucho.
Cogí el maletín, abrazándolo con mis brazos.
Tonteando un poco con los pies y la arena, y envuelto en dolor, pudo decir unas palabras, que se notaba que salían de lo más hondo de su corazón.
-Adiós, mi vida.-Agarró mi cintura y beso mi frente apretando mucho tanto los labios como los ojos, noté como algo me mojaba ¿Chispeaba, quizá? No…No… Dios mío.
Una lagrima de Eric Surita, la primera lágrima que caía de sus ojos, al menos delante de mí ser.
Se apartó de mi y se fue por donde vino, me caí al suelo, y sin soltar el maletín, llore desconsoladamente, pero me dio tiempo a susurrar algo al viento.
-¿Adiós? Adiós no, tú vives en mi. 

lunes, 17 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 65-Volver.

Volví a nacer
Volví a vivir
Sentí de nuevo dolor
Y seguridad
Y amor.
Amor.
Qué bonita palabra, más mi destapada espalda estaba cubierta por la felpa de un abrigo, el cual tapaba a la persona que más he querido en toda mi vida, la que me rompió en mil pedazo y no me ayudó a recogerlos, solo se marchó, más bien, me dejo ir tras un profundo coma.
Seguía inmóvil, parecía un jodido vegetal, pero no me soltaba de él ¿Dejarle escapar otra vez? En la vida, simplemente había vuelto a dármela.
No tenéis idea de lo que se siente volver a tenerle a milímetros, que te abrace, sientas su pelo, su olor, su puta sonrisa en el cuello.
Para.
“Te ha abandonado, no se preocupo por ti en un año, solo de él, solo eras su juguete, si él te dice “ven” tu vas, sin pensarlo dos veces, la belleza te ciega, es peor depredador que el guepardo en época de monzón, una inútil gacela, eso eres Dakota, no más”
Maldita conciencia, hija de la gran puta.
Pero qué razón tenía…
-Suéltame-Eric se apartó extrañado de mí, me petrifiqué como el hielo en Alaska, al volver a ver sus ojos, rayos de sol se escabullían de la calle entrando por el tragaluz colocado a matacaballo en el techo, dando de pleno en sus ojos, masculinos, con destellos miel gracias a la penetrante luz solar.
Daba pasos hacia atrás con lentitud, alejándome de él, creía que era una alucinación, no me podía creer que después de tres años, los más amargos de mi vida, se encontrará delante mía, como si nada hubiera pasado.
¿En serio? Es irracional.
Toqué la puerta con la espalda, la madera estaba fría, al igual que mi expresión, el seguía de pie esperando, ¿El que, Eric? ¿EL QUÉ?
Había madurado, no sé si psíquicamente, pero si física.
Estaba más alto, pero no mucho, sus músculos estaban ligeramente más marcados, pude notarlo porque entre el abrigo se veía su camiseta, blanca, apretada.
Su cara estaba más formada, había perdido la expresión de niño, pero en el fondo seguía siendo el bonito rostro del cual me enamoré, los labios yacían mas marcados que la última vez que los vi, más apetecibles, merecían ser comidos con pasión, lento, mientras el sonríe.
Mi corazón, latía, me informaba de que ya era feliz de nuevo, al igual que yo, mi cabeza nos advertía, de que no volviéramos a caer, pero es que era un ángel, caído del cielo, del mismísimo.
Me terminé de ablandar cuando vi que volvió a ponerse el pelo como el día que lo conocí, con menos cantidad, pero igual, mi precioso e imbécil Eric.
La verdad, no descartaba lo de pasar una tarde juntos. O mejor dos. O tres. O veinte. O todas. Infinito.
Subí la mano sensualmente tocando la desgastada madera mala de la puerta, llegué al plomo y lo giré despacio, Eric se percató de mi movimiento, y se acercó.
Otra vez, casi se me sale el corazón a arcadas por la boca.
Reaccione.
-¡NO, ERIC, NO NOS HAGAS ESTO, LARGATE! –Empujé la puerta, y salí trotando de allí, llorando y con más dolor del que os podáis imaginar, por grande que sea.
Por si no lo sabéis, vivo en Benidorm, Alicante, bastante lejos de mi familia, así que, como allí hay una perfecta y desierta playa de noche, fui allí.
Me senté en la arena, el oleaje me ponía mala, angustia, jugaba con la arena, mis lágrimas la mojaban, pero que mas daba, se secarán al instante, y cuando alguien pase por allí, no notará rastro del dolor que contiene cada grano.
Pensé.
Y pensé.
Le tenia aquí, justo aquí, no en Brasil, aquí, aquí.
Que menos que pedirle explicaciones, que menos que hurgar un poco en el pasado, solo para dejar las cosas claras, sin tapujos.
Ha venido aquí, ¿Por qué? Debería preguntarle, ha venido por mí, algo tiene que decirme, y yo mataría por escuchar en cada instante de mi vida su voz, y ahora le tengo aquí.
Dakota, es el amor de tu vida, tu mañana, tu noche.
La razón de tus días.
-Lo que daría por tenerle aquí, ahora, le necesito.
Y al parecer, mis deseos son órdenes, (AHORA EH, PUTO DESTINO DE MIERDA)
Apareció despacio, mirando al vacio, se sentó a mi lado, sin apartar la mirada del mar.
Empecé a sollozar.
-Me necesitas.
-No te lo puedes ni imaginar.-Añadí llorando.
Hacia frio, empecé a tiritar, retiró su chaqueta y me la puso por encima.
Mi vida volvía a estar completa, de momento. 

jueves, 13 de septiembre de 2012

"New Sensation" Capítulo 64-If you love it like I love it 

Reinolds (Jefe gordo y feo) llamó a dos guardias de la discoteca para que vinieran a recogernos, llegaron a trombones en un coche destartalado sin matrícula, Dios, ¿Hay algo legal en este “fregao”?
-Sube
-Subiré si quiero-Añadí, colocándome las bragas para que no se pudiera ver nada.
Resopló, yo hice lo mismo en signo de burla y sin tocar mucho los enseres de aquel trasto me senté como pude en los asientos, totalmente descolchados por las hojas de afiladas navajas… Genial…
-Vamos al club-Me crucé de brazos y apoyé mi cabeza en la ventanilla, o en lo que quedaba de ella.
-Oye-Uno de los hombres, para ser exactos, el que conducía el coche, enorme, era enorme, me preguntó- ¿Puedo preguntarte algo?
-Tu pregunta, ya veré si te contesto-Hubo un extraño silencio, que el ruido del motor rompía con brutalidad.
-¿Has tenido algún trauma de pequeña?-Me miró expectante por el retrovisor, como siguiera así tres segundos más nos estampábamos todos contra una farola.
-No, ¿Por qué?
-Es que casi todas las chicas que trabajáis en estas cosas, habéis sido maltratadas, o algo por el estilo ¿Me sé explicar? –En realidad no, pero logré entenderle.
-Mi vida ha sido perfecta hasta hace tres años.
-¿Y qué podría hacer para que mi hija no acabase así?
-Mientras no se enamore de Eric Surita, todo le irá bien.
El hombre se quedó loco, no sabía que responder, los demás se reían de su cara de palurdo y yo volví a apoyar la cabeza donde antes.
-Hemos llegado-Anunció el copiloto, el viaje duró apenas diez minutos, bajé la primera y entré por la puerta de atrás, todo estaba más calmado y apenas había gente rodeando el local.
Cuando me vieron aparecer por allí todas mis compañeras se quedaron mirándome, unas con odio, otras sin más, me sentía incomoda, pero traspasé la tenue sala con la cabeza bien alta.

Picha aquí para ver la foto.
-Jackie-La miré
-En esa sala-Me señaló la tercera puerta de la pared derecha, entre los baños y el picadero.
-¿Quién es?
-No lo sé, no le vi la cara.
Me quedé parada un momento, había hecho esto muchas otras veces, y por una cantidad bastante menor de dinero, pero estaba nerviosa, me arreglé un poco por encima, posé la mano en el pomo, pegajoso, algún borracho despistado debió tirar su copa encima, lo giré medio temblando, y empujé la puerta.
La sala estaba oscura, solo estaba iluminada la zona de la barra de baile, que yacía cerca de la puerta de entrada , al fondo, un sillón individual, donde había sentado un hombre, gabardina, y un sombrero que le tapaba, junto con la sombra de este, media cara, tenía las piernas entrecruzadas.
Se me anudó el estomago ¿Por qué? No… no lo sé…
-Hola.
Silencio.
Seguía sin contestarme al cabo de un rato.
-Como quieras-Me acerqué a la cadena de música y busque entre los CD’S de reggaetón algo que bailar, escuché un pequeño golpe de atención que provenía de sus zapatos contra la madera podrida del suelo.
Me di la vuelta, aún de cuclillas, y encontré un papelito en el suelo.
“Permíteme elegir la canción”
-¿Pero tú eres mudo o algo por el estilo?-Pregunté mientras me reincorporaba.
Otro papelito calló de entre sus dedos.
“Puede”
-Bueno, ¿Y qué propones? –Coloqué mi sujetador vulgarmente.
Estiró el brazo, una caratula impecable sujeta por sus manos enguantadas se presentó ante mis ojos, la cogí con cuidado con mis esbeltas y desgastadas manos.
“This is love”
“Esto es amor”
-¿Por qué?-Seguía confusa, con la caratula entre mis manos, leyendo aquella frase, que se clavaba en mi corazón.
Otras pequeña notita chocó con el suelo.
“Porque sí”
-No, porque sí no.-Esto me recordaba bastante a las discusiones que tenia con Er… Eri… Lo siento, no puedo decir su nombre, duele demasiado-Normalmente, aquí los hombre vienen a excitarse con los sensuales bailes de una stripper, lo mejor es el reggaetón, o una canción clásica de pasión, pero esto no es normal, ni siquiera sé como bailarlo, además, mi vida no concuerda con el título de esta canción...
Ya no caían mas papeles, el solo esperaba, yo, sin más dudas que preguntarle, deposité el disco en el reproductor, me coloqué en la plataforma, y apreté en el mando el botón play.















La canción me punzaba el corazón, con cada movimiento sufría más, se pasaban todos los momentos vividos a su lado, por mi cabeza, produciéndome placer, e inmenso e irremediable dolor.

 
 -¡NO PUEDO! ¡NO PUEDO MÁS!-Me tiré al suelo, escondí mi cabeza entre las rodillas para que no me viera llorar, él, se acerco, empecé a oler, algo realmente agradable, algo familiar, me entró la mayor de las alegrías por el cuerpo, lloré más fuerte.
Él, sí él, se arrodilló, sin descubrir su cara y de cuclillas, me abrazó, yo solo podía esnifar el olor que desprendía su cuello y acercándose delicadamente a mi oído, me susurró, la parte más bonita de la canción.
-If you love it like I love it
And you feel what I feel inside
If you want it like I want it
Then baby let’s get it tonight
If you feel it, say hell yeah (hell yeah)
Say hell yeah (hell yeah)
Say hell yeah (hell yeah)
This is love, this is love, this is love
Le agarré del abrigo fuerte, clavándole incluso las uñas, sin soltarlo, tenia empapada la cara, deposité mis labios en su cuello fuertemente, apretando los ojos, el me tenia bien sujeta, yo lloraba, más que en toda mi vida, con menos ropa que una puta, agarrada a…
Agarrada a…
-Eric... Dios, Eric.

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"New Sensation" Capítulo 63-Un último trabajo. 

-¿Qué?
-Disculpa, te he confundido… - Taconeé hasta la puerta con una mano en el pecho, me palpitaba, me ardía también, aquél veinteañero me recordó a Eric de espaldas, normalmente estas confusiones no me suceden, pero Karen hizo que crecieran las dudas en mi:
“-¡DAKOTA, ESPERA! ¡TE GUSTARÁ! ¡PODRAS VOLVER A…”
¿Volver a qué? ¿A verle? Es algo imposible, e ingenuo, no podía estar aquí ¿Qué se le ha perdido? Tiene un programa que presentar, una casa y una novia, esta forrado y da verdadero asco.
Karen salió del callejón, se volvió a acercar a mí, pero rehuí, rehuí del pasado, ella era mi pasado, ahora estoy en mi presente, intentando tener un pasable futuro, aunque sea como stripper de club de carretera oscuro y cochambroso.
Caminar sin cesar era lo único que me importaba en esos momentos, la policía llegó, al igual que la escandalosa ambulancia, pero yo ya estaba lejos del club, el viento soplaba con fuerza y mis tacones arrastraban desgastados por el suelo, lo único que iluminaba aquella calle era la luz de la luna y ni un alma se paseaba a esas horas de la madrugada por allí, solo yo y mis pensamientos, el peor de los castigos, creerme.
Mi madre siempre dijo que era una niña de pocas palabras, algo borde y testaruda, especial, incrédula, infantil y con una chispa de rebelde, también me juro y perjuro por la decimo octava estrella del cielo, que todo me iria bien, que nunca dejaría que me separara de su lado, y que el mas bueno de los hombres que pisara la tierra por aquellos tiempos, seria para mi, que nunca me faltaría de nada, y que si seguía firme a mis reglas, todo sería perfecto.
Y ahora solo te puedo decir, bravo mamá, bravo, deberías verme en estos instantes, quien te diría a decir esto de tu borde y testaruda niña…
Prometió que nunca me dejaría ir… Rasgo esa promesa como al papel.
Escuché pasos, alterados, eran muy seguidos y rápidos, pero cansados, podía deducir vagamente que de una persona con sobrepeso se trataba.
-¡DAKOTA!
Arrugué los parpados, no veía nada, estaba tan sumamente oscuro…
Saqué el teléfono móvil (Si es que así podríamos llamar al ladrillo que poseía) y lo desbloqueé, desprendió una suave luz que me hizo reconocer el rostro de mi rechoncho jefe, sudado, y bueno, con una cara de mala hostia difícil de explicar.
-Pero, PERO… ¿¡ A TI QUE TE PASA?! –Di un respingo hacia atrás, su aliento a alcohol me asqueaba, tapé mi nariz con la mano.
-Que me pasa de qué.-Dije insultante
-TE MATO ¿¡DE QUÉ?! HAS HERIDO A UN CLIENTE, LA POLICIA ESTA REGISTRANDO EL LOCAL, ¡NOS VAN A PILLAR LA DROGA!
En ese momento no pude aguantar las lagrimas, ¿Qué estaba haciendo? ¿En qué mundo estaba viviendo? ¡Mis padres me quieren! ¡Mi familia me necesita! Yo les necesito…
-Tengo que irme a mi casa… Por favor.
-¡PUES CLARO QUE TE VAS! –Exclamo sarcástico-Estas más que despedida, ¡ESTÁS EN LA PUTA CALLE!
Agaché la cabeza y mis destartalados rizos de tenacillas ocultaron mi dolido rostro, mientras el jefe seguía apuñalándome con sus crueles palabras.
-ESO ME PASA POR CONTRATAR NIÑATAS- Esta última palabra la dijo más lento, para que doliera más.
-Por favor… Déjame irme ya.- Las pestañas postizas se deslizaban por las reales, quedándose colgadas por un fino hilo de pegamento mal puesto ¿Qué era? ¿Una barbie?

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Qué coño estaba haciendo… Mi vida ya no era mía, sino de un club de stripper.
Me alejé ¿Qué por donde iba? Ni idea, sin rumbo tal vez, pero nunca más a ese estúpido lug…
-Espérate-El gordo y animal jefe se acercó, era tan repugnante
-Déjame ir.
-¿Quieres 3000 euros?
Pero esto que era, ¿Un anuncio de Cofidis? Me mordí el labio de abajo, era más de lo que ganaba en un mes, crucé los brazos y pregunté el porqué de esa cifra.
-Un caballero ha pedido tus servicios.
-Que servicios, ¿Me ves con pinta de diseñar baños?
-Que graciosa- Si, graciosísima, lo sé, al menos no huelo a mierda. – ¿Aceptas?
-No soy ninguna puta.
-Solo quiere que bailes-Se apoyó en la pared del cansancio.
-Está bien, vamos.

"New Sensation" Capítulo 62-T...Tú 

-¿Qué estás haciendo? –Recogió su pelo dorado en una coleta iluminada por las verdes luces de Neón.
Me agaché para responderla
-Trabajar…
-Baja, por favor-Tiró con suavidad de mi pierna, fruncí el ceño y me levanté para seguir bailando, la música estaba bastante alta así qué no podía oírla, solo veía, rabiosa, como movía sus labios, cabreada, angustiada para que bajase de aquella peligrosa plataforma.

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Alguien agarró mi tanga, metió un sucio billete de 5€ mientras manoseaba mis piernas, todas las noches igual, asquerosa sensación aquella, tenía que pararlo, debía pararlo, podía pararlo.
Metí un tacón en su boca con brutalidad, empezó a sangrar y agonizar, todo el mundo que presenció esa escena acudió en su ayuda, el corazón empezó a latirme, fuerte, rápido, sabía lo que me esperaba, Karen presenció la escena atónita entre la multitud, todavía flipaba, boquiabierta, la miré y rápido giré su espalda, monté a caballito y bajé la cabeza, el pelo tapaba mi rostro y Karen se abría paso, la salida, sí, por fin.
Entramos a un callejón, bajé y me clavé un cristal, ya que había perdido un tacón, Karen se sentó en una esquina que olía bastante a pis, puso su cara entre las manos e intentó tranquilizarse.
Tiré un cubo, y me senté encima, la miré, con todo el maquillaje corrido, con mi cara de drogadicta.
-Estás fatal- Afirmó
-No lo he superado-me quité el otro tacón.
-Han pasado 3 años y medio, Dakota.
Un incomodo silencio inundó el callejón.
-Pasen los que pasen, esto seguirá igual-Crucé los pies-Y ahora que, ¿De repente te importo?
Suspiró
-¿De repente? ¿YO me largué de casa? ¿YO olvidé a mi familia y amigos? ¿YO me mudé? ¿YO me convertí en una puta?
-¿QUE HAS DICHO?- Salté descalza, destrozándome los pies mientras me acercaba a ella- ¡¿PUTA?!- La agarré del vestido dispuesta a propinarle un puñetazo, pero la miré, mas mayor, mas estúpida, menos pija, pero había sido mi mejor amiga toda la vida… había sido, si… Bajé el puño, retrocedí, lloraba, ella, no yo, hace 3 años que ni una lagrima se escapaba de mi ojo.
-Lo siento-Añadió-Pero vine porque Zendaya me dijo que trabajabas aquí, algo muy fuerte a pasado, se que hace años que no hablábamos, pero esto te impactará, solo tienes 3 días…
-Ha sido bueno volver a verte-La corté, no quería indagar más en el pasado-Adiós.
-¡DAKOTA, ESPERA! ¡TE GUSTARÁ! ¡PODRAS VOLVER A…
Pero ya me estaba alejando del callejón, confusa, descalza, y con toda una vida por delante, una vida de mierda.
-Cariño- Una stripper sentada, abierta de piernas en la acera, me acarició, era Gissel, una compañera-¿Una mala noche?
-Sí…-retiré el pelo de mi cara-¿Tienes?
Gissel me miró, sacó de su escote una bolsitas con polvos blancos, cocaína, seamos claros
-Deberías parar, mami, te estás pasando-Empezó a machacarla con dos tarjetas de crédito realmente usadas.
-No te preocupes-Enrollé un billete que yacía enredado en mi tanga, cogí la tarjeta con cuidado, y haciendo una ralla con los polvos, los esnifé, sin pensar, ya ¿Qué mas da?


-Ten cuidado
-Vale-Me levanté, tambaleando, perdiendo el equilibrio por segundos, con un dolor increible de cabeza, sí, de cabeza me iba a estampar contra el suelo, mientras intentaba caminar, un brutal codazo estalló en mi pecho.
-AAAH! Dios, ¡DIOS!-Me retorcía de dolor
-Lo siento-Unas manos masculinas intentaron tranquilizarme-Perdóname
-¿¡PERO TU ERES TON…-Parálisis cerebral, impresión, demasiada-Que… qu… tú…Dios mío.

"New Sensation" Capítulo 61-Baila. 

-¿Descargaron todo?
-Supongo.
-Te dije que lo revisaras.
-No soy tu puta camarera , solo bailo.
Rió sarcasticamente.
-Bonita, yo te pago el sueldo y tus caprichitos, calla la boca.
-Me suda el coñ...
Marian entró a la sala, de su viejo bolso blanco colgaba una rebeca color pardo.
-Te la dejaste en casa de mi hermano-Me la tiró suavemente con la intención de que la volviera a guardar.
-Fue un buen polvo-Sonreí vacilante mientras guardé la chaqueta en una mochila desgastada, de la marca Adidas para ser exactos.
-Cambiaros, abrimos en 10 minutos-El jefe salió por la puerta a fumar un puro, Marian y yo subimos las escaleras flourescentes de caracol hasta lo que denominabamos "camerinos", una cochambrosa sala llena de trastos, boas de plumas, vestidos extremadamente cortos, tops, faldas, sujetadores, tangas y brillos, donde las strippers nos cambiabamos para salir a bailar toda la noche.
-¿La falda de Leopardo quien la quiere hoy?-La levanté con mi mano llena de pulseras, regalos "generosos" de los señores clientes.
-¡Yo!-Una rubia que rondaba por los 30 años de edad me la arrebató de la mano.
Todas revolvimos cajas y perchas en busca de algo provocativo para bailar, cada uno eligió su modelitos con poco estilo y sin conjuntar, pero pensar ¿Que mas da? A los 10 minutos subida en una barra toda la ropa te la arrancaban.
-Vamos-La discoteca se habia llenado en cuestion de minutos, los clientes esperaban ansiosos que menearas tus caderas, para babear agusto perdido en tus curvas.
Subí a una barra, empezó la música:

Todas empezamps a menearnos con sensualidad, las manos brotaban del público, te manoseaban sudorosos, apretaban tus muslos con fuerza, te piropeaban, hacian obscenos comentarios fuera de lugar, sus bruscas caricias indicaban unas incontrolables ganas de violarte.

Os puedo asegurar que es una de las peores sensaciones del mundo.
Mientras bailaba ví a entrar a un grupo de chicas, la verdad esque debian tener mi edad, unos 19 años, venian felices, hice unos crudos y rapidos calculos y me di cuenta que estabamos en epoca de notas, y que al acudir a universidades vinieron a celebrar sus matriculas de honor, no le di mas importancias a aquellas chicas, hasta que 15 minutos despues una de ellas me tocó la pierna con su dulce mano.
-¿Dakota?
-Karen...

"New Sensation" Capítulo 60- Adiós 18 de Jun a las 23:19

-Como…-Karen se arrodilló en el suelo y se sorprendió en exceso- ¿Pretendes olvidar a Eric Surita?
-No, olvidarle es imposible-Abrí el gmail, pronto iba a iniciar sesión- Solo voy a despedirme de él, y empezar una vida, completamente nueva, sin estrenar, porque si no, voy a caer en una depresión oscura, y posiblemente no pueda salir.
Me miró, yo deposite mis grandes ojos en el ordenador, oí como se cerraba la puerta, estaba completamente sola, yo y mis pensamientos, mis pocas alegrías y mis infinitas penas, mis ganas de decirle a Eric Surita todo lo que pasa por mi mente, y sobre todo, lo dañado que esta mi corazón.
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Suspiré. Mientras lloraba movía mis dedos al son del traqueteo de las teclas
“Hola Eric, ¿Te acuerdas de mí? Solía ser la razón de tu sonrisa.
Sí, estoy destrozada ¿Por qué? Por algo que tú me dabas, por algo llamado amor, y lo que me jode es que a pesar del daño que me has hecho, no puedo evitar echarte de menos.
Echo de menos que me cojas, y bien apretada a tu abdomen, te tires al agua, me hagas rabiar, salir empapada y echando humo de la piscina, después mirarte, y mientras das vida al jardín con tu sonrisa, que digas “Me encanta cuando te enfadas”
Para mi es uno de los recuerdos más bonitos de mi corta vida, dudo que tú te acuerdes de algo tan insignificante, insignificante, sí, como yo.
Todos sabemos que el físico nos atrae, la personalidad nos enamora, y el orgullo nos separa.
Pero, ¿Qué nos ha pasado? Por culpa de un accidente todo ha cambiado, he perdido al único e irrevocable componente que daba sentido a mi vida.
Es jodido que me ignores, pero es más difícil fingir que no me importa…
Ahora para mí todo está oscuro, añoro levantarme entre las cuatro paredes de una triste habitación de reformatorio, desayunar rancias galletas mojadas en leche fría, llevar un pálido uniforme gris, solo y únicamente porque sé que estas a metros de mi, que con dar míseros pasos, puedo notar tu olor, observar tu cara preciosa, esa que aparece en todos mis sueños, sentir el calor de tu cuerpo y observar cada abdominal tuyo como bollito recién salido del horno
Quiero que vuelvas a ponerte delante de mí que creas ser el más guapo del puto universo, que te flipes, que me hagas rabiar y sentir vergüenza, que hagas lo que sea para producir mi furia… Pero al menos, vuelve a ponerte en frente mía, por un minuto, por un segundo, quiero saborear por última vez a Emilio Eric Paolo Skoldberg Surita
Pero, solo es un sueño, solo.
Guardaré esto en lo más profundo, NADIE podrá sacarlo de allí, porque a Eric, a mi Eric, nadie lo va a apartar de mí…
Al menos el vivirá en mi corazón, siempre.
Tu eres el significado de la palabra todo, se podría decir que más de una vez me he preguntado si serás como yo, si piensas en mi antes de acostarte, al levantarte, y en cada bocanada que tomas de aire, tranquilo, he desechado esa idea.
¿Te acuerdas de esa estúpida sonrisa en mi cara? Sí, tú eras el motivo
Soñaba con desayunar contigo en la cama, o desayunarte en la cama, da igual, con estar triste, destrozada y oír de tu boca “Sonríe, porque, en serio, lo único que te falta es la corona, princesa”.
El hecho de que fue bonito, tú eras el motivo.
Ahora, tú has empezado una nueva vida, con ella, con el amor de tu vida ¿Te parece bien si yo hago lo mismo? JAJAJAJJAJAJAJAJAJAJJAJAJAJ buen chiste, si mi puta vida eres tú.
Pero no olvides que siempre quise verte feliz, siempre lo querré aunque ya no estés junto a mí.
Es que yo soy tan “para siempre” y tú eres tan “mientras tanto”… No somos compatibles, pero dime ¿Cuántos puzles encajan cuando las piezas son idénticas?
Pero a pesar de todo esto, sonreiré, y le hare saber al mundo que hoy soy más fuerte que ayer.
Yo no soy como tú, a mí ni un accidente de coche, ni un terremoto, ni una invasión extraterrestre me hará olvidarme de ti, ni siquiera un coma de un año entero, aquí sigo, con las mismas mariposas de siempre revoloteando, ahora algo mas dolidas y sin fuerzas, pero ahí siguen y seguirán por siempre.
No me gustas. No te echo de menos. No me importas. No me creas.
Y ahora, esto es un adiós, intentare seguir con mi vida, va a ser difícil, pero nadie dijo que sería fácil.
Solo que sepas, que, estar contigo, ha sido… No sé, como un cúmulo de nuevas sensaciones, y como tú siempre decías “Las palabras suenan más bonitas en inglés” así que
New sensation
Guarda este video como algo irrompible, en el está todo mi amor hacia ti.

Adiós, te amo como nunca nadie más podrá hacerlo.

"New Sesation" Capítulo 59-Twiter

-No voy a llorar-Lagrima que recorría mi mejilla con dolor-No voy a llorar-Otra salía con continuidad, dejando atrás el beso que me di con Eric-No, no voy a llorar-Todos los momentos en los que me hacia rabiar, que a mí me encantaban, quedaban en el recuerdo- ¡No voy a llorar!
Karen sollozaba al verme así de trastornada, yo chillaba, con fuerza, hasta que me calmé por completo, cogí la servilleta de la bandeja y me sequé las lagrimas, por dentro se me clavaban mil puñales en los cuales, grabado en plata, aparecía el nombre de Eric, como me abandonó, y lo que de verdad le importaba, solo me quedaba una cosa por comprobar, para saber si realmente había sido una parte insignificante en su movida vida.
-Karen-Llamaron a la puerta
-Tía vienen a visitarte, yo me voy.
-Al final del día quiero que vuelvas, y me traigas un ordenador.
-Pero…
-¡Tú tráelo ¡
Abandonó la habitación y a continuación mi revuelta y eufórica familia empezó a pasar a la habitación llenándola de calor y alegría, algo muy acogedor.
Mi padre me abrazó con fuerza, venia cansado del trabajo y algo dolorido, pero no le había visto más feliz en mi vida, su nombre es Sergio, la verdad hay que reconocer que mis padres son bastante guapos, mi progenitor siempre ha tenido una vida de putero, hasta que mi madre le paró los pies, sus achinados ojos mostraban felicidad, adoraba a mi duro y estricto papá.
Luego mis tíos, abuelos y primos entre llantos y risas me alegraron la tarde, con regalos y tonterías a tutiplén.
Los padres de Karen también optaron por visitarme y traerme unos pendientes de aro de la tienda Claires, su madre se llamaba Nieves, rubia, como ella y guapa, su padre, o quizás su tío, bueno, digamos que el padre de Karen, Alejandro, tiene un hermano gemelo llamado Guillermo con el que siempre le confundo, yo no sé cómo se las arreglara Nieves para distinguirlos…
Mi hermano también llegó, algo más tarde que los demás, lloró como nunca antes y prometió que cuanto antes me traería al pequeño Viagi para que le conociera.
Cuando todo el barullo pasó, la enfermera me ayudo a ducharme, que bien sienta agua fresquita y jabón lagarto después de un año sin ducharme, asqueroso.
Cené, puse la tele y de repente la puerta volvió a abrirse, Karen apareció, esta vez menos arreglada, con un moño algo destartalado, vaqueros y una camiseta de tirantes roja, sacó del bolso un portátil pequeñito y me lo depositó en las piernas, se sentó en un extremo de la camilla y empezó a observar lo que hacía.
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Nervios
Buscar: Emilio Eric Surita
Observé sus últimos twets, estaban en Brasileño y como me suponía, en ninguno aparecía mi nombre, me metí en sus fotos, quería saber si algo de mi quedaba aun en su corazón.

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"Con mis chavales de juerga"
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"Una buena tarde en compañía de la family"
Se había cortado el pelo, estaba tan guapo, mas maduro y sensual, increíble sin duda.

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"De comida familiar con mi hermano :P"
Dudu también estaba mucho mas cambiado, antes Eric le sacaba una cabeza, ahora tenían casi la misma altura.

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"Para todas mis fans, os quiero lindas"
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Aquí, empecé a llorar de nuevo, mis manos temblaban y mi boca las imitaba, leí con ganas de morir por dentro.
"Con la chica de mis sueños"

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"Mi niña y yo con nuestro idolo"
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"Eso quiero, tanto tiempo contigo"
Hubo un incomodo silencio en el que mis ojos no paraban de expulsar lagrimas, me quemaba por dentro, y no había estado tan sumamente destruida en mi vida.
-Dakota no tienes porque ver esto...
-No-Corté a Karen-Puedes dejarme un momento sola, necesito escribir.
-Si, pero... ¿Para qué?
-Es la hora de despedirme de él, y empezar una nueva vida.

"New Sensation" Capítulo 58- Que se joda

Un año, 360 días perdidos en una fría camilla de hospital, sobreviviendo gracias a medicamentos dañinos, suero y una maquina que media cada latido de mi corazón, bum, bum, bum, así durante las 8.760 horas de un año, así, perdí mi vida, porque ahora ¿Qué me queda?
-No Karen-La miré con ojos tristes-Un año no, ayer mismo me caí y estuve inconsciente, hoy me he despertado, voy a salir de aquí y en la habitación de al lado estará Eric, con algunas vendas y escayolas, pero despierto y consciente de que no le voy a abandonar-Seguía mirándola, cada vez mis palabras entristecían mas su rostro- Dudu me abrazará, Anne arropará con sabanas de franela a Emilio Surita padre, y todo seguirá igual… Verdad
Lentamente, una gota de agua salada salió de la comisura del verdoso ojo de Karen, hizo que su rímel se corriera, yo, me desgarraba por dentro y volví a repetir
-Verdad…- Amarré la sabana bajera con mi mano, esperando una respuesta, aunque fuese un simple “Sí”…
El chirrido de la barata puerta nos dio la libertad de escapar de aquel incomodo momento, a punto de romper a llorar se encontraban los ojos de aquella bella mujer morena, Paula se llamaba, sí, no me subestiméis, porque esa mujer me había traído al mundo.
-¡Mamá!-De mis ojos pocas lagrimas han caído a lo largo de estos 16… Bueno, ahora 17, pero es mi madre, ¿por ella?, un mundo.

Picha aquí para ver la foto.
-Mi vida…-Su largo pelo moreno acaricio mi demacrado rostro, digno de un zombi de primera, me apretó con fuerza sobre su tórax y por el parecer no quería soltarme nunca, sus lagrimas mojaban mi espalda descubierta por el camisón de hospital, creo que es lo único bueno que me había pasado aquella mañana, sentir el calor de una madre, tanto tiempo sin verla, sin catar su olor a vainilla y coco, sin sus besos de chocolate, una revuelta de sensaciones y olores que nadie es capaz de hacerme sentir, solo ella, mi madre.
-Estas bien vida mía, por favor Dakota este momento es el más feliz de mi vida, creía que te perdía-Colocó un mechón de su teñido pelo detrás de la oreja-Y ahora estás aquí, nunca más te voy a separar de mi lado, por muy mal que vayan las cosas-Volvió a darme un beso, bueno, unos cuantos, yo sonreía.
-Mami-Intente pegar un extremo de la tirita que andaba suelto por mi mano-Te quiero
-Y yo a ti tesoro-Sonrió mientras lloraba, pero de felicidad-Papá vendrá en menos de ya, está totalmente eufórico, ha salido del trabajo como una bala, la familia también esta de camino, y…-La enfermera irrumpió en la habitación, entró con una bandeja azul celador llena de comida.
-Por favor, abandonen la habitación-Invitó con la mano a que traspasasen la puerta, yo cogí a Karen del brazo.
-Tú, quédate…-La enfermera encogió los hombros y posó la bandeja en una mesa blanca, la subió hasta mi altura con una ruedecilla y la puso en frente mía.
Había arroz blanco en uno de los apartados, en otro más pequeño se encontraba el pan, en un extremo el agua, en un hueco algo más grande un filete ruso, y de postre, pera.
Cogí el tenedor sin pensármelo dos veces y ataqué el arroz, apenas tenía sabor pero me sentaba a gloria, comía con placer y muy rápido.
-Creo que eres la única persona a la que le gusta la comida que le dan en el hospital.
-Si tu llevases un año sin meterte alimentos en la boca harías lo mismo, ahora me comería hasta semen de mono-Karen miró hacia arriba y hizo un sonido extraño con la boca.
-Pero mira que eres asquerosita
Solté el tenedor y me limpié la boca, subí mas el respaldo de la camilla y a continuación crucé los brazos.
-Karen, cuéntame todo por favor…
Ella se encontraba tocando el tacón de su zapato, evadiendo mi mirada y pensando muy bien cómo iba a argumentar lo ocurrido sin causarme ninguna alteración fatal para mi estado de salud actual.
-Veamos-Se acomodó en el sillón-Hace exactamente un año, recibí una llamada de Dudu, me alegre bastante ya que sabes que a mi ese niño me encanta, y para mí fue un orgullo conocerle porque es tan sumamente gu…
-Karen…
-Vale, vale-Prosiguió- Me llamó bastante alarmado, me dijo que Eric había sufrido un accidente, que un coche le había atropellado y que estaba totalmente inconsciente, la verdad me dijo que su vida no corría peligro porque le habían atendido muy rápidamente, a continuación me dio la noticia escalofriante, la de que te habías golpeado la cabeza, abriéndotela así, y que también yacías inconsciente, ahí fue cuando avisé a todo el mundo, tus padres viajaron a Brasil, y estuvieron allí un mes aproximadamente, hasta que decidieron que querían que te recuperases del coma aquí en España.
En unos meses largos no supe nada de los Surita, la verdad, tampoco me importaban, solo tú, hasta que un buen día Dudu volvió a telefonearme, me contó que por allí todo iba bien, que Eric se había recuperado con éxito y que todo marchaba bien, me preguntó por ti, y le dije que todavía seguías en coma, me dio muchos recuerdos y buena suerte para ti.
Me quedé pensando, me encontraba mal.
-Y Eric… ¿No pregunto por mí?
-No…
-¿Ni una llamada?
-No Dakota
-¿Un email, un fax, una simple muestra de interés?-Comencé a llorar, esta situación me superaba, lo más importante de mi vida se olvidó de mi en un puto año.
-Mira Dakota, no sé lo que le pasa, pero el único que se preocupó fue Dudu, el sigue su vida, acéptalo, tu sabias como era el, siempre ha sido un putón…
-¡Me dijo que yo le hice cambiar!-Mi llanto aumentaba
-Ya está, amor-Me abrazó.
-Se ha olvidado de mí
-Tú vales mas, olvídale tu a él, y que se joda.
-Sí-afirmé secándome las lagrimas- Que se joda.


New Sensation" Capítulo 57-Uno más, uno. 

Se escuchó el eterno grito de los neumáticos viejos rozando brutalmente con los frenos puestos el asfalto inclinado, Eric empujó mi cuerpo hacia la acera, yo caí empicada y golpeé mi cabeza contra el cemento, todo se me nublo en un eterno instante, en el que, no, no pasó toda mi vida en milésimas de segundo, sino que vi como el esbelto cuerpo de Emilio Eric Surita chocaba con la parte delantera de ese maldito Audi rojo desgastado, como rebotaba cual pelota de goma y como se estampaba al son de un crujido escalofriante, dado a que sus huesos quebraban como ramas de ar.. arbo… Toqué mi cabeza, mi mano se tiñó de rojo cabuleado, la sangre cesaba, no acaba nunca, ya no sentía nada, solo llegaban a mí los cansados latidos de mi corazón que disminuían, y disminuían y…
Pum.
Abrí los ojos con parsimonia, tenía la incierta sensación de que no se habían abierto en mucho tiempo, pasé mis dedos, algo extraños tal vez, por ellos, para apartar las numerosas legañas que cegaban mi campo de visión, me recosté, mis pupilas parecían dilatadas, y mi mirada nerviosa, los ojos, mis ojos, se movían con rapidez divisando aquel lugar tan asquerosamente poco familiar, era claramente la más fría habitación de hospital que existe.
-Por favor, hay alguien-Silencio, entristecedor- ¿Hola?-Dakota, deja de intentarlo, no, nadie me escuchaba.
Resoplé, una maquina, de mi altura aproximadamente, marcaba mis pulsaciones, era un ritmo bastante pausado, la grafica era color verde, lo que quería decir que todo iba bien, que nada podía ocurrirme en esos instantes, de la aparatosa maquina salía un cable, que si lo recorrías con la mirada te conducía hasta mi abdomen, donde dos lapas molestas ardían pegadas a mí, extraño, en mis manos, en cada una de ellas, la verdad, bastante demacradas para una noche de inconsciencia, había clavadas dos agujas finas sujetas por tiritas de color carne, con poros totalmente antiestéticos, estaba enganchada a maquinas, me alimentaba de suero directamente inyectado en mis venas, esto me resultaba familiar, a mi hermano Guille le hicieron lo mismo, cuando de la apendicitis se trataba, pero el tiempo que se necesitaba para una buena recuperación era mucho, y yo solo había estado una noche en urgencias… Solo una…


Empecé a sudar y a agobiarme, comencé a revolver entre las sabanas blancas de la camilla, las descoloqué por completo, por fin encontré un botón rojo al que pulsé varias veces, no lo entiendo, pero las lagrimas recorrían mi rostro dejando un rastro de amargura, quizá por la simple razón de que odio los hospitales, o porque el hecho de estar enganchada a una maquina que no sea el ordenador me provoca mal estar, o porque quería saber cómo estaba Eric, sí, Eric.
La puerta se abrió con rapidez, un hombre caído en la edad de la madurez, con canosas melenas, pero abundantes, envuelto en una bata blanca y acompañado por una exquisita rubia de verdes ropas, dignas de una enfermera en prácticas, me miró, yo resoplaba por la boca con cara de idiota, tragaba agria saliva mientras ellos miraban sorprendida, el doctor apuntaba en su libreta con orgullo, la enfermera se acercó a mi impactada, con una medio sonrisa bastante sincera en la cara, yo la miraba con frecuencia, con miedo y sin apenas paciencia, seguro tenía una melena que ni el rey león en su época de apogeo, me apostaba el cuello.
-Es casi un milagro- Apretó sus dedos índice y corazón en mi muñeca
-Chss-Aullé dolorida, ya que tenía una puta aguja metida.
-Tranquila-Por la expresión de su cara parecía que todo iba bien, todavía me miraba sorprendida-No puedo creer que tus grandes ojos estén abiertos, pequeña <<¿Pequeña, imbécil, tengo 16 años, y seguro que mas cerebro que tú>>
-Já-Elevé mis labios en una media luna, mostrando una sonrisa-Ni que hubiera estado muerta.
Se alejó de mi camilla hacia la puerta
-Pues casi-Salió y dio un pequeño portazo a su ida, anuncio que ya podían pasar las visitas, sus zapatillas de plástico chirriaban con el suelo, pero…Espera ¿Cómo que casi?, que casi estuve muerta, empecé a preocuparme, sudaba, mis ojos enrojecían por momentos, inyectados en sangre, necesitaba el aire, me faltaba, parecía que entre esas cuatro paredes no había una puta bocanada de aire, volvió a abrirse la puerta.
-Dakota…-Los ojos de la flacucha Karen enrojecieron, corrió eufórica hacia la camilla y se tiro encima mía, yo le aparté.-Madre mía, estas, tan…
-Fea, dilo.
-No… yo diría que cambiada.
“¿Cambiada?” Pensé, pero si ella era la que mas cambiada estaba, solo había pasado unas semanas desde que no la veía, ya no llevaba su habitual flequillo recto, llevaba la cara completamente despejada, tenía que darme la marca de su champú porque el pelo le había crecido de una forma casi inhumana, si mi intuición no fallaba su talla de sujetador ya no era la 85, sino la 90… Parecía más madura y algo más alta y esbelta…
-¿Dakota?-Seguía mirándola sin prestarle atención, ella encogió los hombros y sacó un móvil grande y psicodélico que no había visto nunca antes.
-¿Desde cuándo tienes ese móvil?
-Pufff-Levantó la mano y la movió en círculos-Desde hace un montón-Lo guardó de nuevo-Estas despierta, no me lo puedo creer, te he echado tanto de menos.
-¿Y Eric?-Karen me miró fijamente, su mirada era fría como el hielo, podría destruir cualquier cosa.
-Pues no lo sé Dakota, hace mucho que no sabemos de él… ¡Mira lo que te ha comprado Micaela!
-¿Micaela?-Me senté en la camilla y miré como Karen buscaba entre las infinitas cestas que había encima de la mesa, algunas llevaban fruta, otras peluches de distintos animales, otras un surtido de bombones y pastas con deliciosas apariencias, al fin la pequeña rubia con tacones sacó una foto en la que salían tres personas, se acercó más a mí y la posó en mis piernas, yo la cogí, con cuidado para no romperla, de aquellos tres individuos solo reconocí a uno de ellos, mi hermano Guille, la verdad, es que me costó asociarle, porque, estaba tan cambiado, parecía que al menos un año había pasado por su impoluto rostro de porrero alocado, rebelde sin causa o hermano pelma, volteé la foto, por detrás, con una horrible caligrafía se encontraba escrito en doradas letras.
“Princesa, recupérate”
-Karen, quien es esta chica
-Micaela, La novia de tu hermano…
-¿Y el niño?-Señalé al pequeño bebé que se encontraba apoyado en una especie de colchón, el que, curiosamente, guardaba gran parecido con mi hermano.
-Pues… Es Viagi-Una pausa, eterna-Tu sobrino
-¿Qué?...-Me petrifiqué, como si el basilisco de Harry Potter me hubiera mirado-Mi hermano tiene 18 años Karen.
-No… Tu hermano tiene 19 años…
Mi corazón empezó a acelerarse, empecé a asociar todo en un segundo, porque yo estaba tan horrible, porque Karen estaba mucho más guapa y cambiada, porque mi hermano tenía un hijo, porque…
-Que día es hoy…
-17 de Julio de 2013, hoy hace exactamente un año.
Un año en el que caíste en coma. 

"New Sensation" Capítulo 56-SKATE 

-Yo es que soy más de líos ¿Me entiendes no?-Arrugó un ojo, adelantó su mano derecha, como muestra de lo que estaba diciendo era totalmente ético y moral.
-Pues yo es que suelo ser mas de pegar puñetazos-Añadí furiosa
-Creo que me voy
-¡Más vale que corras!-Comencé a mover con continuidad mis piernas, iba rápido, enfurecida, últimamente era mi estado normal, pero ¿Sí le quiero? Que puedo hacer contra ello..
Eric bajó las escaleras mirando por donde pisaba, llevaba una velocidad rápida y su pelo se movía al son de los soplidos del viento, yo le perseguía, mas destartalada, y sin seguridad alguna, ya que siempre que corría, solía caerme y romperme cualquier tipo de hueso, por muy duro y oculto que esté.
Me cansé, opté por sentarme en el séptimo escalón blanco, y descansar de la pequeña maratón que en un momento habíamos montado, apoyé las manos en el peldaño superior, sentí como la molesta arenilla se pegaba en las palmas, deje que mi pelo se deslizase hacia atrás por mis hombros mientras subía la cabeza, allí, donde antes se encontraban todos nuestros amigos, había quedado vacío ¿Pero que coñ…? No me lo podía creer, nos habían dejado solos, Eric ya se encontraba en el nivel inferior del Cristo redentor, me levanté, y asomándome por la barandilla de la escalera deslice la cabeza hacia arriba, amarré mi chaqueta abrigándome más, el tiempo empeoraba por momentos y era hora de salir de allí.
-¿Se han ido?
-Eso parece…-levanté los ojos y volví observar ese solitario balcón, donde antes yacían alegres personas observando uno de los mejores momentos de mi vida-¿Qué hacemos?
-¿Tu qué crees? Tenemos que bajar a pie- se agachó y metió por los calcetines un cordón verde que se le había desatado al correr, yo abrí los ojos y negué con la cabeza un par de veces.
-Deja el crack, yo no bajo a pie-Le aparté con la mano sin establecer ningún tipo de contacto visual, es decir, sin mirarle, y empecé a divisar el paisaje, solo veía escaleras, y escaleras, y más escaleras, ¡Ah y también!.. Ah no, son más escaleras… También estaba allí la carretera por donde los coches accedían a ver la estatua, esa obra que había visto mi beso con Eric, será cotilla… Ya estaba delirando por estar tanto tiempo allí, había pensado un par de maneras de salir de aquel lugar
Primero: Bajar las escaleras, las tropecientas escaleras que había hasta el final de la montaña, es que son ganas de tocar los cojones, el Cristo redentor también hubiera quedado muy bien en el suelo plano, coño.
Segundo: Hacer autostop, además, con Eric Surita el primer coche de desesperadas que pasase por allí iba a cogernos, aunque tendría que haberme dado cuenta que a las diez de la noche poco coche pasaba por allí….
Tercero: Bailar el “hula-hula” hasta que un pony verde melón nos venga a recoger…. No he dicho nada.
-Venga, hay muchas escaleras que bajar-Cogió mi brazo y tiro de él, yo, ya casi dada por vencida accedí a seguirle y morir bajando las miles y miles de escaleras, hasta que casi fugazmente, a la luz de una farola oxidada y vieja, vi como dos skates negros metalizados apoyaban en el bordillo de la acera, en España siempre solía salir a la calle con el mío, era del grupo de rap “Duo Kie” y se me daba bastante bien manejarlo.

Picha aquí para ver la foto.
-Eric, vamos a bajar por la carretera-Señalé los skate con el dedo índice
-Mmm-Parecía bastante incomodo-Mejor no, vamos caminando
-¿No sabes hacer skate?-Alcé una media sonrisa y crucé los brazos orgullosa, el me miró indignado.
-¡SI SÉ! Es que no me apetece…-Desvió la mirada hacia la estatua, los focos le iluminaban, que precioso era.
-Eric…-Palmeé el suelo con la planta de la zapatilla, impaciente-No sabes montar ¿Verdad?
-Complementos hawaianos
-Eso no tiene sentido... Imbécil.
Tuve que aguantar la risa, y tirar de Eric con todas mis fuerzas, logré acercarle hasta los skate, cogí uno y se lo planté en la boca del estomago, el se encogió levemente por el golpe pero después lo miró con asco, tiré el mío al suelo y me subí, nada mas posar mis dos chanclas en él cerré los ojos, me recordaba tanto a mi lugar de nacimiento, a las tardes calurosas en la que el mejor transporte era esa pequeña tabla con ruedas, un golpe me alarmó bruscamente y borró mis pensamientos, Eric había dado una patada al skate.
-Que no quiero
-Sube, venga que te cojo de la mano-Estiré el brazo ofreciéndole mi mano.
-¿Te crees que tengo 6 años?
-De mentalidad te echaría incluso menos-Me miró mal y sonrió.
-Da la casualidad de que un niño de 6 años no se tira a…
-¡Cállate!-Bajé de mi skate y le empuje-Sube.
Después de un resoplido y de tornar los ojos apoyó sus zapatillas de Jack and Jones en la tabla, subía con miedo.
-Espera-Me acerqué a él subida a mi skate y le di la mano-¿Vamos?
-Como se lo cuentes a alguien acabo con tu vida.
-No se lo voy a contar a nadie, y tú nunca me harías daño.
-Losé-Me dio la mano y bajamos un pie ambos para coger impulso, la empinada cuesta nos daba la velocidad suficiente, íbamos bajando con cuidado, bueno, hasta que.
-¡CUIDADO!